¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
$ Al año*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
$ por 3 meses*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
stopper description + stopper description

Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

Suscribite a Búsqueda
DESDE

UYU

299

/mes*

* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

Marta Cruz: “Volvemos a invertir en emprendedores que fracasaron porque son los que más aprendieron”

La argentina directora de NXTP, el fondo para empresas incipientes más activo de América Latina, se dedica a “robustecer” el rol de la mujer en los negocios

Redactora de Galería

El mundo de los negocios mutó hacia los partners e inversiones digitales. La tecnología permite hoy un mayor desarrollo de productos y mejor mantenimiento de las redes de contacto dentro de un ecosistema digital de emprendimiento, el lugar de convergencia de todos los involucrados en los procesos de innovación, creación y desarrollo de empresas emergentes en clave digital, llamadas startups.

Aunque se use una terminología compleja y las business issues resuenen más con Estados Unidos y la India que con Uruguay, la realidad es que así como funciona en Silicon Valley también lo hace en América Latina, a su propia escala. Si hay lugar para incredulidades, mejor ilustrar con las casi 200 startups de diferentes países en las que la argentina Marta Cruz invirtió con su aceleradora de empresas NXTP Ventures, el fondo de inversión de capitales inteligentes (dinero, asesorías y acompañamiento) más activo de todo el continente, dedicado al capital riesgo o venture capital, es decir, al financiamiento de empresas incipientes en fase de crecimiento con elevados índices de potencial como de riesgo.

NXTP comenzó su actividad en 2011, cuando el ecosistema de emprendimiento digital en Latinoamérica era muy nuevo. Se dedica a vender su know how a emprendedores con un producto o servicio y una plataforma bien consolidados pero sin conocimientos en “cómo ser empresarios”, explicó Marta Cruz en entrevista con Galería en el marco de la cuarta edición de la Clínica de Tendencias de Claro Empresas.

Ella, sin embargo, sí sabe cómo serlo. Cruz es licenciada en Administración por la Universidad de Buenos Aires y tiene un posgrado en Gestión (Management). Trabajó por casi 10 años como directora regional de Latinoamérica en la agencia de marketing digital MRM Worldwide de McCann Worldgroup, fue directora de Revista Mercado y llevó adelante consultorías en representación de Argentina en la Organización de las Naciones Unidas. Además, fue la primera presidenta de la Asociación Argentina de Capital Emprendedor. Es una mujer destacada en un ambiente históricamente masculino, que más que un problema significó el puntapié para fundar la comunidad Mujer Emprendedora de América Latina y el Caribe. Se trata de una comunidad de emprendimientos de base tecnológica que aglutina emprendedoras de toda la región y ofrece herramientas, conocimiento y oportunidades para que puedan desarrollarse en el medio.

Cada renglón de su currículum quedó demostrado cuando después de invertir en las primeras startups, ya para 2016 se había generado una avalancha de nuevos emprendedores, que a su vez captaron la atención de fondos de otras latitudes como Estados Unidos y Europa.

A pesar de su alta competitividad, NXTP todavía sigue invirtiendo en compañías on stage, es decir, las que recién empiezan con “un mínimo producto viable” en la región. ¿El único requisito? “Tener una visión muy clara de lo que se quiere hacer y cómo colaboraría para ello el uso de las tecnologías, para llegar a convertirse en una compañía de presencia regional y hasta global”.

Primer paso. Cruz reivindica que no todo empieza por una gran idea, de hecho, se puede comenzar a trabajar en el mundo del emprendimiento como colaborador y acercarse a la dinámica sin tener uno propio. Esperar la “iluminación de las ideas” suele ser desmoralizante, según Cruz; “hay mucha gente joven y no tan joven que se frustra mucho si no se les ocurre nada, y sufren como epidemia la falta de ideas”.

Sin embargo, cualquier forma de solucionar un problema que esté pensada en clave digital es un potencial servicio a futuro, y se le puede ocurrir a cualquiera casi sin darse cuenta durante sus actividades rutinarias. Si el problema está lo suficientemente extendido, se puede pensar a la larga en una compañía, si no, esa solución se convierte en el pitcher (en béisbol, el jugador encargado de lanzar la pelota al bateador) de un producto más grande. “Se trata de jugar con las variables del mercado”.

Y hay algunos consejos que pueden ser útiles para comenzar, que ella misma aplica en NXTP, como apuntar a venderles a las empresas antes que directamente a los usuarios. “Supongamos que vamos a hacer una plataforma de inteligencia artificial que simula o haga un aporte a la atención psicológica. Lo ideal es pensarla para que los centros de psicología puedan usarla en sus pacientes antes que directamente para quien tiene la dolencia”, explicó. “Es un proceso más largo de venta, pero más seguro y específico”.

Vivimos en un mundo donde todos quieren ser su propio jefe. ¿Cuál es la verdadera madera del emprendedor?

Estamos ante la disyuntiva de si emprendedor se nace o se hace. Pero en el general de los casos se hacen. Los buenos emprendedores siempre tienen una historia emprendedora en la familia, historias que en Latinoamérica son todavía más fáciles de encontrar porque todos venimos de familias de inmigrantes, gente que no tenía ni para comer y tuvo que aprender a ganarse la vida como zapateros, carpinteros, modistas… Y de repente, aparecieron órdenes de compra espectaculares, y ellos no desperdiciaron ese dinero. Ampliaron sus fábricas, contrataron personal, y hoy algunas empresas de la industria de los muebles, por ejemplo, todavía son líderes.

Y si no existe la necesidad, ¿por dónde se empieza?

Lo primero siempre es visualizar un problema, una carencia, y a partir de ahí poder desarrollar una descripción funcional de tu solución que la vuelva ejecutable. Después, es cuestión de probarla en el mercado. Lo empezás dando gratis, que se conozca. No estás perdiendo dinero, estás invirtiendo para ver si eso que vos creés que funciona realmente funciona. Ahí te dicen qué agregarían o quitarían y luego uno lo debate consigo mismo y capaz cambia algunas cosas, dando inicio al proceso de lean startup, es decir, ir desarrollando y mejorando el producto a la par que desarrollamos clientes. Y de a poco van apareciendo los inversores ángel, gente que está dispuesta a invertir dinero y conocimientos en tu etapa temprana, que te ayudarán a ajustar tu producto en el mercado hasta que veas que hay gente que está dispuesta a pagar por él. Allí hay un negocio.

¿Vale la pena invertir en empresas incipientes?

Tanto para el inversor como para el emprendedor lo principal es aceptar el fracaso. De mis 195 fondos invertidos hay más de cinco unicornios —empresas que alcanzan una valoración de 1.000 millones de dólares sin tener presencia en Bolsa—, pero tampoco son todos casos de éxito. Teóricamente el ratio indica que el 50% de los fondos invertidos desaparece, sin retorno, mientras el otro 50% sí aterriza en una compañía que te paga, pero la devolución se termina de dar en un plazo de 10 años mínimo. Con mis números estamos hablando de aproximadamente una consecución de 100 compañías de las 200 en las que invertí. De esas 100 hay 35 activas, 35 vendidas y los unicornios, o sea, compañías de mucho valor. El de NXTP es un caso de éxito aunque no todas las inversiones fueron exitosas. La realidad es que siempre volvemos a invertir en emprendedores que fracasaron, porque esos son los que más aprendieron en el camino.

Latinoamérica también clasifica. El continente tiene un ecosistema de emprendimiento de inversión “muy pujante”, según Cruz, al punto que ya dejó de ser “clave” marcarse como un norte la presencia en el hogar californiano de Apple, Facebook y ­Google, cuando un producto o servicio puede desarrollarse dentro de un ecosistema de valor tanto para emprendedores como inversores jugando de local.

No son justas las comparaciones, pero no se puede negar la preeminencia de Silicon Valley. ¿Qué oportunidades tiene América Latina?

No es justo compararnos porque somos diferentes y no es lo mismo desarrollar un emprendimiento en la meca de la tecnología, donde el capital está al alcance de la mano con las grandes empresas que miran dentro de un mercado como el de Estados Unidos, que acá. Sus problemas a resolver con tecnología son otros a los que tiene que resolver Latinoamérica, y los actores del sistema, emprendedores, inversores, pero hasta los gobiernos, las universidades, los abogados y los contadores, son distintos. Entonces los programas de capacitación son distintos. Nosotros tenemos muchos problemas básicos vinculados a la inclusión financiera, la educación, la salud mental. Eso no quiere decir que estamos atrasados, simplemente que estamos en momentos de desarrollo diferentes. Sin embargo, Y Combinator o Textar, por poner algunos ejemplos de otras empresas que hacen despegar empresas, empezaron solo dos años antes que nosotros. El problema en Latinoamérica es que tenemos un desarrollo desparejo entre los diferentes países. La buena noticia es que los países que entran más tarde al desarrollo de su propio ecosistema tienen mucho aprendizaje de los otros que se fueron desarrollando antes.

¿Y a Uruguay cómo le va en la región?

Uruguay viene teniendo un desarrollo muy particular, es un país muy pequeño pero tiene dos unicornios (D-local y Pedidos Ya), dos compañías de más de 1.000 millones de dólares en un país con tres millones de habitantes realmente es para sacarse el sombrero. Estos mercados pequeñitos son una gran oportunidad para probar productos y tendencias porque tienen todo muy concentrado, entonces las primeras pruebas se dan fácil. Pero la verdadera gran ventaja es que por su tamaño pueden apostar al mercado de consumo local y siempre piensan en compañías regionales, lo que es muy bueno para el juego del venture capital.

Las mujeres también clasifican. A lo largo de su carrera, Cruz siempre observó muy poca cantidad de mujeres emprendiendo en el mundo de la tecnología, hasta que empezó a preguntarse por qué y a ocuparse del diseño de algunos programas para “robustecer” el rol de ellas en este ambiente. Así fue como nacieron We Exchange y We Invest, dos plataformas que conectan a emprendedoras de alto crecimiento de América Latina y el Caribe con mentores e inversores. We Exchange, que es financiada por el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab), organiza un evento por año para que las mujeres emprendedoras de la región tengan la oportunidad de ampliar su red de contactos, acceder a capacitaciones en temas clave así como la posibilidad de participar en una convocatoria anual en donde las mujeres “son las únicas que tienen la oportunidad de hacer el speech frente a inversores, porque siempre son los varones”.

¿Ha cambiado en algo esa realidad?

Todavía sigue habiendo poca mujer, pero se ven más, aunque con mucha dificultad para levantar capital. Muchas veces tiene que ver con características intrínsecas del género, que podríamos hacer una nota aparte, pero en la mayoría de los casos es porque hay muy pocas mujeres inversoras, entonces cuando los equipos con o de mujeres van a contar su proyecto a los fondos se encuentran con todos varones sentados a la mesa. No hay una mirada de mujer, un lente de género que entienda que necesitamos una industria del venture capital más inclusiva, que además incorpore un programa de acompañamiento psicológico, porque son muy importantes la capacidad de resiliencia, el manejo de conflictos, la capacidad de absorber las frustraciones…

¿Eso se alcanzaría formando algunos equipos exclusivos de mujeres?

No, con equipos con la diversidad de género incorporada, equipos mixtos. De la diversidad es de donde viene el valor, aunque bien es cierto que necesitamos muchas más role models emprendedoras que hagan empresas que aparezcan en las tapas de las revistas.

¿Qué características “intrínsecas” de las mujeres las detiene a invertir o emprender?

Muchas veces no saben que pueden hacerlo. Trabajadoras que tienen un bonus dos veces por año que podrían invertir en un emprendimiento al que además pueden agregar mucho más valor desde su experiencia de trabajo y no lo hacen. Somos muy adversas al riesgo, nos da mucho miedo el hecho de perder capital, pero muchas inversiones son a largo plazo y la realidad es que hay posibilidades de perderlas todas, pero también de tener un retorno muy significativo si elegís bien dónde invertir y conocés el mercado. Pero es una cuestión de falta de información y de pensar: “esto no es para mí”. ¿Esto es de los hombres? No, es para nosotras también, el emprendedurismo es para todos. Pero primero nos lo tenemos que creer y segundo entender que hay que hacer un poquito más de esfuerzo. Hacerse menos cualitativas y más cuantitativas, somos muy del storytelling, que está buenísimo, pero hay momentos donde no tenemos al socio varón para aterrizar y dar los datos duros y tenemos que hacerlo nosotras mismas. Ahí caemos en el “dejame que lo averiguo”, entonces tiene que ver con muchas cosas comportamentales.

Usted lo consiguió. ¿Cómo lo hizo?

Primero, no pensando que existen obstáculos, si no nos convertimos en las principales depredadores de nuestra capacidad. Siento que trabajé un montón para lograr una posición donde miro para los lados y siempre estoy sentada en mesas de hombres. A veces siento que tengo un poquito más de libertad de poder hablar de este tipo de cosas porque no solamente lo viví, sino también me ocupo hace años de ayudar a que otras mujeres derriben esta cosa de que nos quedamos enganchadas. Los hombres también tienen sus obstáculos y los saltan, siguen la carrera. Nosotras somos más del “no lo hice tan bien, lo podría haber hecho mejor”, “esto que estoy haciendo no sé si estoy capacitada”... Como emprendedoras tenemos que entender que basar una campaña en tecnología no quiere decir que tengamos que ser programadoras. Yo no sé programar ni una línea de código, pero trabajo en tecnología hace 25 años y sé lo que la tecnología puede hacer para mi negocio.

¿Qué podría volverse un diferencial positivo de nosotras?

La mirada de la mujer es enriquecedora en todo; a la hora de armar buenos equipos, olfatear los buenos talentos, de mantenerlos motivados, de hacer mucho más con menos recursos, lo que se traduce en compañías más sustentables a lo largo del tiempo. Pero para valorar todo esto es fundamental que los fondos de fondos, o sea aquellos que invierten en fondos, tengan una política de diversidad de género y privilegien invertir en equipos mixtos, diversos.

Aunque haya conseguido que alrededor de 400 mujeres de todo el continente interactúen entre sí a través de sus programas, interesadas en invertir dentro de su propia región y con la familia como “motor e impulsor” y no un impedimento, Cruz asegura que el éxito realmente estará dado el día que no sea necesario mencionar nada de esto durante ninguna entrevista.