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Paula Silva: “Creo que una de las cosas positivas que tengo es la capacidad de sorprenderme”

Editora de Galería

Nombre: Paula Silva • Edad: 35 • Ocupación: Actriz • Señas particulares: Es devota de la virgen de Lourdes, tiene un perro que se llama Freddie, mantiene intacta la capacidad de deslumbrarse

¿Qué recuerdos tiene de sus veranos en Piriápolis? Punta Fría es mi lugar en el mundo. Siempre lo fue y lo va a seguir diciendo. Toda esa zona: San Francisco, Piriápolis. Mis abuelos por parte de padre construyeron una casa en Punta Fría y yo iba desde la panza de mamá, que ayudaba a su suegro con mi hermano y mi papá a hacer la casa. Fue un proyecto familiar muy grande. La casa recibía constantemente familia, amigos, siempre estaba llena de gente; era una casa de comunión. La tengo tan nítida en mi memoria: el olor del mar, la hamaca de la abuela… Ya no la tenemos más, pero hasta el día de hoy tengo sueños con esa casa.

Hace poco estuvo en París. ¿Fue el destino al que viajó que más la deslumbró? Me pasé llorando en París. No podía creer lo que estaba viendo. Sentí que en otra vida había vivido ahí. Me pasó en Italia también, en la Fontana di Trevi, me temblaban las piernas. Me pasa eso, me deslumbro. Y con París sobre todo porque fue un viaje muy personal, fui sola en un momento de mi vida en que necesitaba estar conmigo. Fue transformador. Y después conectar con tanta historia, con esa cultura, deslumbrarte como si fueras una nena chica con las cosas que veías en la tele o en fotos. Creo que una de las cosas positivas que tengo es esa capacidad de sorprenderme de cosas chicas y también de grandes, como esta, y agradecerlas.

Protagonizó la película Virus 32. ¿Cómo se vive la atmósfera de rodaje en una película de terror? Fue durísimo. Creo que yo no tenía ni idea de lo que estaba por vivir cuando me dijeron que había quedado seleccionada. Hacer una película con Gustavo (Hernández, director), con guion de Juma Fodde, con una producción increíble, para mi carrera como actriz era un golazo. Aparte, con la responsabilidad que llevaba mi personaje, Iris, que el espectador vive a través de ella lo que está pasando, el miedo, la tensión. Fue durísimo porque el rodaje fue nocturno y la locación era de por sí sumamente densa, el club Neptuno, superabandonado. Fue un rodaje muy físico también, porque corro dentro del club, me persiguen, me tiran cosas, peleo contra zombies. Me parecieron increíbles las escenas de combate, pero físicamente fue muy agotador. Y emocionalmente también. Pero hubo mucha contención de todo el equipo

Ganó dos reality shows. El primero en Argentina, Despedida de solteros, y el segundo en Uruguay, MasterChef ­Celebrity. ¿Ya sabía cocinar cuando entró? Nada. Siempre fui muy mandada, pero lo de MasterChef sorprendió a toda la familia. Me encanta comer, pero era ignorante en el tema, no tenía idea de cómo sazonar, ni de las técnicas. Solo lo básico que sabe cualquiera, y hasta por ahí nomás. Cuando me llamaron, saliendo de la pandemia, al ser artista fueron meses complicados y no podía darme el lujo de decir que no, además me encantaba el desafío. Me di cuenta de que soy competitiva (risas). Y me gusta salir de mi zona de confort, porque me lleno de herramientas. Practicaba en lo de mamá. Ella me empezó a pasar sus recetas, armó un rotafolio en la cocina y anotaba las cosas más simples que sabía cocinar. Y después cuando se fue complicando llamé a la abuela Luisa. Estudié mucho y me ayudaron mucho.

¿Cuál es su plato estrella hoy? La pasta. Me gusta hacer tallarines caseros. Hago unos tomatitos cherry asados, con manteca, salvia, un poquito de albahaca, parmesano, oliva. Sé que esa receta a cualquiera le va a gustar.

Tiene un hermano tres años mayor. ¿Se cumple eso de que el hermano mayor protege a la menor? Siempre fuimos muy unidos. Yo le copiaba todo a él, era mi ejemplo a seguir. Siento tremenda admiración por Guille, siempre tiene la palabra justa. Es 100% incondicional. Él vive en la casa de abajo de la mía y tenemos una bolsa en la que nos bajamos y subimos cosas.

En su cuenta de Instagram habla de guías y de señales. ¿En qué cree? Estudié en el colegio San Juan Bautista, católico, tomé la comunión, hice la confirmación. Soy devota de la Virgen de Lourdes; mi nombre es María Paula Lourdes. Creo en Dios pero creo en algo más también, en esto de las energías del universo. Puede ser también Dios, para mí está todo junto.

Admira mucho a su madre. ¿En qué considera que se parece a ella? Mamá es mi gran compañera, mi confidente. Es mi refugio más grande. Es la que me estimuló y me potenció. Soy muy pegada y me está pasando algo relindo, que es que llega un momento en que se da vuelta un poco la cosa, y ahora siento que también tengo que estar a la altura de ella, porque ella también me siente su refugio. Espero poder hacerlo bien, trato de dar lo mejor de mí.