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Sole Ramírez: "Ahora todo habla de mí"

A pocos días de empezar su primera gira como solista, Sole Ramírez cuenta sobre su proceso de transformación, los cambios en la industria musical y los desafíos de lanzarse con una nueva imagen

Sole Ramírez se ve a sí misma parada en la línea de largada. Ni las millones de vistas en Youtube, ni el otro millar de reproducciones en Spotify, ni las decenas de miles de seguidores en Instagram la convencerán de lo contrario. Apenas se reconoce en aquella joven de 21 años que tuvo que desprenderse abruptamente de la timidez para cantar en público y subirse a escenarios de todo el país para ser escuchada y aplaudida por miles en cada show de la banda Mala Tuya. Por momentos, no parece que hayan pasado 10 años del comienzo de aquel proyecto —más que proyecto, un fenómeno— de 10 amigos que informalmente comenzaron a tocar, que subieron un videoclip casero que estalló de forma inmediata y que cambió sus vidas. Fueron ocho años ininterrumpidos de giras, grabaciones, composiciones. “¿Viste cuando estás muchos años en muchas cosas en piloto automático y no hiciste el ejercicio de preguntarte si esto lo seguís eligiendo?”, plantea con la misma voz angelical de siempre y la mirada verde que, al igual que hace 10 años, sigue resaltando bajo un cerquillo recto y oscuro. La del 2022, sin embargo, es otra Sole Ramírez. Si la de hace 10 años era temerosa e insegura, la de ahora es una mujer plantada, segura de sus objetivos. Una Sole que está pronta para comerse el mundo y a la vez dotada de la modestia que la lleva a insistir en una idea: está recién empezando.

El 2 de setiembre en la Sala Magnolio pisará por primera vez el escenario siendo ella, Sole Ramírez, y nadie más. Será el primer concierto de su carrera como solista, que empezará con una gira por todo el país. Será, también, el resultado de dos años de reseteo, de una suerte de metamorfosis. En 2020, pandemia y quietud de por medio, la cantante revisó sus vínculos, su alimentación, su estilo de vida y, de paso, su carrera: “Me cayeron varias fichas y terminé de definir que estaba con muchas ganas de poner una impronta mucho más personal en mis canciones, en los shows. Mi necesidad empezó a surgir más por hablar en primera persona desde la música, llevar un mensaje desde mi nombre, mi verdad, y no tanto representando un grupo. Y ahí empecé a pensar: si voy a hacer un proyecto solista, ¿cómo voy a hacer mis canciones?, ¿cómo van a sonar?, ¿de qué voy a hablar?,  ¿cómo me voy a vestir? Empecé a rearmarme de nuevo”.

Despampanante, Sole es retratada para la producción de esta nota entre prendas de lino metalizado, ecocuero, guantes, zapatos de charol y hasta un arnés. Obsesionada, Desaparecer y Diabla son las primeras tres canciones de la cantante que, en su nueva etapa, fusiona ritmos que navegan entre el pop y el reguetón. “Estoy lanzando un proyecto que es nuevo, que nació en diciembre del año pasado, y nueve meses para un proyecto nuevo no es nada. Que la gente entienda que ahora soy solista, que mi propuesta es esta, es volver a empezar, y aprender a hacerlo de manera distinta”, explica entusiasmada por encontrarse por primera vez con su público en un show que, según adelanta, buscará convertirse en toda una experiencia.

¿Cómo empezó tu nueva etapa como solista?

En la pandemia se terminó de acomodar en mí la decisión de dejar el proyecto de Mala Tuya para empezar a encarar un proyecto más individual. Fue un momento ideal para eso por ser de tantos movimientos, incertidumbre y de cuestionarse un montón de cosas. Fue un hueco, un espacio libre para pensar. Siempre estás tocando, pensando en producir una nueva canción y no había tiempo para pensar en si me llenaba lo que estaba haciendo, si me sentía identificada. Me cayeron varias fichas y terminé de definir que estaba con muchas ganas de poner una impronta mucho más personal en mis canciones, en los shows. Mi necesidad empezó a surgir más por hablar en primera persona desde la música, llevar un mensaje más desde mi nombre, mi verdad y no tanto representando un grupo. Y ahí empecé a pensar cómo voy a hacer mis canciones, cómo van a sonar, de qué voy a hablar, cómo me voy a vestir. Empecé a rearmarme de nuevo.

Los cambios externos generalmente vienen acompañados de otros internos. ¿Este giro en tu carrera también vino acompañado de una metamorfosis interior?

Estuvo todo bastante sincronizado. Este cambio a nivel profesional se vio acompañado con un cambio a nivel personal que se dio en mí en todos los niveles, lo profesional fue un ámbito más. Todo cayó y empecé a construir una nueva Sole.

¿A qué atribuís tanto cambio?

Hay momentos de la vida que son de crisis, de cambio, de replantearte cosas y rearmarte y seguir. El anterior fue a los 21, 22 cuando arranqué el proyecto Mala Tuya, había sido el último hito en mi vida, donde mi vida, realidad y personalidad habían dado un giro de 180 grados de un día para el otro. Ocho años después, en 2020, ya venía procesando otra especie de metamorfosis, de crisis, creo que tiene que ver con el retorno de Saturno que todos tenemos más o menos a esa edad. Empecé a hacer muchas movidas, estaba viviendo en pareja y me separé, hacía un tiempito me había ido a vivir a Punta del Este, me empecé a plantear esto a nivel personal, empecé a revisar mis vínculos en general, cómo me relaciono con mis amistades, con mi familia, conmigo misma, con mi alimentación, mis hábitos, una revisión general, mezclé todo y arranqué de cero. Viste cuando estás muchos años en muchas cosas en piloto automático y no hiciste el ejercicio de preguntarte si esto lo seguís eligiendo, y a mí me tocó en ese momento, quizás la pandemia ayudó. Fue mi momento de transformación. 

¿Cómo es la nueva Sole Ramírez?

Creo que todavía está en construcción, es un proceso, a medida que voy ejecutando cosas voy materializando esa definición, pero en principio creo que me siento más madura, más plantada, más fuerte que antes. Más segura. Me cuesta un montón definirme, pero en comparación a la Sole de antes, soy una mujer más segura de mis convicciones, lo que quiero, poniendo un poco más de limites en general, en todo, antes me veía más chiquita, más niña, más temerosa.

¿Cómo desarrollaste esa confianza en ti misma?

De adolescente era muy tímida, no era introvertida porque siempre tuve muchos amigos y amigas, nunca tuve problemas para relacionarme, pero sí a la hora de pasar al frente y estar ante las miradas de todo el mundo, me sentía muy insegura. Lo fui trabajando también tomando clases de actuación, que estudié desde siempre y eso me fue dando una confianza en mí misma, en soltarme más y perder el miedo a equivocarme, o a hacer un papelón, relajarme, reírme de mí misma si me tropiezo, si me equivoco, aceptar el juicio ajeno sin que me afecte o no me importe tanto, eso es un proceso que lo vas trabajando y construyendo. Cuando arrancamos con Mala Tuya fue ahí, sobre el escenario, en el juego, que aprendí a jugarlo, no me preparé.

Hablás sobre tu impronta, sobre dar tu mensaje en tus propias canciones. ¿Sabés lo que querés transmitir?

Siento que encontré una parte y estoy buscando la otra. Eso lo voy a terminar de construir con el resto de las canciones que completen mi álbum que tengo pensado lanzar pronto, espero. Ahí va a ser en perspectiva, mirando hacia atrás, que voy a decir :‘OK, acá está este primer universo’. Creo igual que es algo que está en constante construcción, siempre, en el momento en que encontrás algo te define, pero luego ya estás trabajando en lo próximo que se va a materializar más adelante. En el momento en que lanzás una canción y todo el mundo la escucha, vos ya venías trabajando en un proceso de mucho tiempo, entonces cuando la lanzás quizás ya no te representa tanto como cuando la empezaste a hacer. Uno va medio por adelantado. Las tres canciones que presenté ahora siento que marcan una primera etapa de Sole solista. Las canciones que van a venir ahora van a tener otro enfoque y otro color porque después de esas canciones aprendí un montón de cosas, y estoy en otro lugar.

¿Hasta ahora, qué ha sido lo más desafiante de lanzarte como solista?

Todo. Si bien obviamente yo trabajo con un equipo, todo pasa por mí, tengo la última palabra en todo. Tomar decisiones me pone muy nerviosa, porque juega eso de si estaré tomando la decisión correcta. Escucho a mi equipo y pregunto y consulto, pero al final creo que el desafío es convivir siempre con la posibilidad de errarle y aceptar que eso es una posibilidad y que si pasa será un aprendizaje. En cambio, cuando es un grupo la responsabilidad es de todos, a veces se decide por votación y es la mayoría, y hay un descanso más en eso. Después, trabajar mucho más la confianza en mí misma para proponer, para mostrar lo que estoy haciendo, las canciones que voy a hacer, el show, es algo que estoy mostrando en primera persona, entonces es también mostrarte más vulnerable, expuesta frente a los demás. Antes era la canción de Mala Tuya, que no sabés quién la escribió o de quién fue un arreglo. Ahora todo habla de mí, me la juego a desnudarme.

¿Te preocupa tener un hit?

Me interesa, no te voy a decir que me dedico a esto y que me da igual que a una canción que haga le vaya mejor o peor, o la escuche más o menos gente. Si hago una canción mi intención es que llegue a la mayor cantidad de personas posible, y si hago un show que vaya la mayor cantidad de público posible, los números son una referencia, miden y son importantes. Pero también hay una parte cualitativa, que no se mide con números, que te indica que vas por buen camino.

¿Cómo medís el éxito de una canción?

Con varias varas. Una es la de los números y la otra es de experiencias, devoluciones. Si yo tengo una canción que no es numéricamente lo que define un hit pero me llegan mensajes de personas que me dicen: me siento reidentificada con esta canción, la escucho y se me eriza la piel, o me sube la vibra, o compré entradas para tu show, estoy contando los días, o escucho tu voz y me pasa esto, valoro esas cosas que también son la esencia de por qué hago lo que hago. Obviamente tengo que generar números y dinero para vivir, pero cuando hacés una actividad artística implica dar mucho de tu emocionalidad, tu voz, y buscás una conexión. Me van a escuchar quienes conecten con lo que hago, les guste y sientan algo.

A la hora de crear una canción, ¿buscás un balance entre lo que te gusta y lo que sabés que le va a gustar a otros?

Es una opción, porque uno también puede hacer la música como a uno le guste y a quien le guste bien y a quien no también y ya. En mi caso apunto a tener una mirada más comercial porque obviamente que quiero que mi música se escuche y se venda, pero en esta búsqueda que fui haciendo en estas primeras tres canciones, si bien son bastante diferentes entre sí, siento que me di la oportunidad de investigar, poner una impronta personal y buscar sonidos fusionados de distintos géneros. Di lugar a sonidos que me gustan y a probar letras que no sean tan personales pero que a su vez me representen. Ahora estoy yendo a hacer sesiones de composición con algunos productores de Buenos Aires para descubrir cosas nuevas en mí, sacarme de mi zona conocida, entonces sigo en ese juego de laboratorio donde todavía yo misma estoy descubriendo qué cosas nuevas tengo para decir. Para mí es un equilibrio, que no se te vaya mucho para un lado ni para otro, ni esto es lo que me gusta a mí aunque sea supermegaexcéntrico, como una canción de 10 minutos solo con sonidos de cuchara, bueno, si no te importa que muy pocas personas conecten con ese arte tan abstracto y te hace feliz, es por ahí. En mi caso, no me gusta hacer algo solamente siguiendo una fórmula que va a funcionar, porque ahí perdés tu esencia. El equilibrio es hacer algo que vos puedas defender en el escenario, en vivo o que solo con una guitarra puedas sentirte verdadera, que se sienta natural, y tratar de contemplar cosas dentro del marco de lo que está sucediendo en la música, para que a la gente le entre en el oído más fácilmente.

El músico uruguayo tiende a tener un perfil bajo. ¿Aspirás a romper con eso?

Me gustaría romper un poco con eso. Pasa eso con los artistas uruguayos, pero también el público uruguayo consume artistas que se paran desde otro lugar porque vienen de otras culturas donde los artistas tienen otra construcción diferente a los artistas uruguayos. Creo que hoy en día, al estar todo tan globalizado vemos otras realidades. Capaz que el público uruguayo es más crítico con los artistas uruguayos y no tan crítico con otros artistas, no lo tengo muy claro. Yo creo que mientras que lo que hagas como artista lo sientas real y lo puedas sostener, habrá quien conecte con eso y quien no, y ese no será tu público.

El show de Pibas junto a otras cantantes uruguayas siguió la tendencia que se ve en otros países de artistas que se unen y colaboran.

Por suerte en el último tiempo nos hemos hecho muy unidas con otras cantantes de acá. Es algo muy inherente al ámbito artístico ser seres bastante sensibles, emocionales, eso es lo que permite después hacer lo que hacemos. Pararte arriba de un escenario te pide mucho de vos a nivel emocional y energético, no es solo cantar bien y pararte así y asá, sino que las actividades artísticas implican mucho de tu cuerpo, tu cabeza y energía, y hay que cuidar esos aspectos. Antes, encerrada en mi experiencia y en que mi entorno se dedique a otras actividades, no tenía mucha referencia para comparar qué les pasa a otros artistas, pensaba que quizás solo yo era así, pisciana sensible, insegura. Pero después, al contrastar mi experiencia con otros y otras me di cuenta de que es parte de este tipo de profesiones y carreras donde todo es muy incierto. Hay etapas de mucho trabajo y etapas de mucha quietud, y eso genera incertidumbre e inestabilidad. Compartimos mucho nuestras experiencias, nos entendemos, acompañamos y apoyamos. Eso está muy bueno que pase. Años atrás era impensado. Yo estaba en Mala Tuya y había otras chicas con otros proyectos y bandas y ni nos hablábamos, capaz nos seguíamos por Instagram con suerte, cada una en su camino. Esta es una industria tan pequeña que en realidad la clave es lo contrario. En el género latino y de reguetón esto pasa hace mucho más tiempo; todos hacen colaboraciones y eso hace que crezca la industria en general. Acá tenemos el pensamiento de que no, que si le doy cabida a lo que está haciendo el otro por ahí es mi competencia y me va a sacar público, me va a opacar, y en realidad es todo lo opuesto. Pero estamos en ese proceso muy de a poquito. En Argentina viene pasando y lo que ha crecido la escena de la música argentina a nivel mundial ha sido una locura y fue por eso, porque todos se empezaron a hacer amigos pero también a compartir. Uno saca un tema y todos los demás lo comparten y le dan para adelante. Esa es la visión que me gustaría que se desarrollara acá.

¿Estás planificando colaboraciones con otros artistas?

Me encantaría, no solo como estrategia para que me conozca otro público, sino también porque me gusta mucho ese intercambio entre dos mundos musicales diferentes. Como consumidora me encanta ver cómo quedan sus bases combinadas y estilos. Quiero compartirme con otros artistas, lo tengo como otro de mis objetivos y estoy esperando el momento adecuado para poder hacer una ametralladora de colaboraciones con todo el mundo.

¿Y expandirse al exterior es otra de tus metas?

Sí. Es mi objetivo en esta etapa, una vez habiendo instalado mi proyecto en Uruguay, que es donde tengo ya mi camino recorrido, gente que me conoce, me acompaña y le gusta lo que hago, dar otro pasito con mi proyecto afuera. Parte de mi equipo está en Buenos Aires y ese sea seguramente el primer paso. Sueño mucho con llevar mi música y mis shows para otros países, viajar con mi música, conocer nuevos escenarios y públicos. Sueño mucho con España. Me gusta la música española, escucho artistas españoles y sigo lo que pasa a nivel musical. Sueño con llevar mi música para allá.

A pocos días de empezar tu primera gira, ¿con qué público esperás encontrarte?

Me hago la misma pregunta. Mi última gira fue con Mala Tuya en febrero de 2020. Después en noviembre de ese año hicimos el show de Pibas (compartido entre Agus Morales, Nati Ferrero y Clipper) en el Antel Arena, y fue mi último gran show. Luego, nada. Este nuevo comenzar, salir de gira, va a ser encontrarme con esa realidad y esas personas más allá de las reproducciones de Spotify o YouTube o mensajes de Instagram, ir a la realidad a conocer a mi público. ¿Habrá caras conocidas, caras nuevas? No lo sé. 

Makeup: @marubeauty.uy y @marinaazzonimakeup. Pelo: Jorge Cruz. 

Agradecemos al Hotel Cottage por su colaboración en esta producción. 

DIRECCIONES:

Fahoma: @fahomauy 

Ghoda: @ghoda.uy

Lanhtropy: @lanhtropyuruguay

Margo Baridon: @margobaridon

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