¡Cada vez más cerca!

Huelga destacar la importancia de estos dos compromisos, pues han de ser los últimos que afrontará nuestra selección a ese nivel, y consiguientemente la postrera oportunidad del técnico Diego Alonso de trabajar y ver en acción a los futbolistas que —casi con seguridad— habrán de vestir la casaca celeste en el cada vez más próximo Mundial de Catar. Y ese “casi” es porque la nómina de convocados en esta oportunidad puede eventualmente modificarse, ya que la lista definitiva (con 26 futbolistas) deberá ser comunicada a la FIFA recién el 13 de noviembre del año que corre.

En la mitad del terreno están todos los que presumiblemente sean confirmados en la nómina definitiva. Y hasta nos animaríamos a pronosticar que el cada vez más exuberante Valverde, así como Vecino, Bentancur, De Arrascaeta y Torreira tienen ya un cupo asegurado, y que la duda puede estar entre De la Cruz y Ugarte. Como es de ver, en esta zona el técnico no ha innovado. Sí, en cambio, lo ha hecho en el plano ofensivo. Entre los citados en esta oportunidad son varios los que estarán en la convocatoria final. Obviamente Luis Suárez, que ha hecho absolutamente todo lo que estaba a su alcance para poder llegar en plenitud. También estarán Pellistri (la gran apuesta del técnico desde que asumiera el cargo), Darwin Núñez, en su actual esplendor como goleador en su incipiente experiencia europea, y claro está Cavani, si eleva o mantiene su nivel físico acostumbrado. A ellos cabe sumar a Diego Rossi, al que Diego Alonso ya citara anteriormente, y ahora también a Agustín Canobbio, al que convoca por vez primera y con toda lógica, no solo por su excelente rendimiento en su último pasaje por Peñarol (que le permitiera ser elegido el mejor futbolista del pasado torneo uruguayo), sino también por su excelente momento actual en el Atlético Paranaense, finalista de la Copa Libertadores. Los lugares que quedarían por definir están también en la ofensiva, y especialmente en las puntas. Puede llamar a sorpresa que en la actual lista de convocados aparezca Brian Ocampo. No por sus indiscutibles condiciones naturales —que las tiene y en muy alto grado— sino por la irregularidad y discontinuidad con las que las ha exhibido, desde su aparición en Nacional. Tanto fue así que no había logrado estabilizarse en la titularidad en el primer equipo; al menos, hasta la sorpresiva llegada de Luis Suárez, que parece haberlo tutelado, haciéndole ver que su futuro solo depende de sí mismo. Y hasta nos arriesgamos a pensar que ese casi instantáneo y especial entendimiento entre ambos, puede haber jugado un rol determinante para su actual convocatoria. Quizás la intención de Alonso es hacer una prueba con él y ver cómo responde a tamaña exigencia (tal como ocurriera con Pellistri en su momento, y con un resultado sorprendente). Lo de Martín Satriano, nacido en Nacional pero desarrollado futbolísticamente en el exterior, puede estar también dentro de esa misma tónica. Sí nos sorprende y mucho la no convocatoria en la presente oportunidad de Facundo Torres, quien consideramos ha resultado ser la mejor aparición de un futbolista juvenil en nuestro medio en los últimos tiempos. Ya había brillado en Peñarol antes de su lógica y pronta salida al exterior, y viene confirmando sus excelentes condiciones semana tras semana, en el ya hoy exigente fútbol de los Estados Unidos. Sin duda, hubiera sido esta una buena (y quizás la última) ocasión de darle una oportunidad, porque se mueve en una zona de la cancha donde su dribling a la carrera y excelente definición pueden ser de suma utilidad para el funcionamiento ofensivo del equipo (como ya lo demostrara en su debut en la selección mayor).

Ojalá los resultados acompañen, y que estas dos últimas presentaciones ante selecciones mundialistas le permitan a Diego Alonso conformar de la mejor manera el plantel definitivo; y, asimismo, poder definir la línea futbolística más adecuada; ya superado felizmente el acuciante momento en el que tuvo que asumir su actual función.