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    “Desestiman agresión”

    Sr. Director:

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    En la pasada edición (30 de diciembre de 2015), se da cuenta de los resultados de un informe del Departamento de Jurídica de la Universidad de la República (UdelaR), informe elaborado en el marco de una investigación solicitada por el Consejo Directivo Central (CDC) de esa casa de estudios, ante la denuncia presentada por la delegación del orden egresados, sobre una supuesta agresión física y verbal realizada por mi parte hacia la consejera Alejandra Veroslavsky (“Desestiman agresión”, pág. 17).

    En primer lugar agradecer la publicación de esa noticia; muchas veces pasa que ante determinadas coyunturas, las denuncias son ampliamente difundidas y los resultados finales de los procesos de su indagación tienen menor repercusión. Más cuando, como es este el caso, el CDC mismo aun sabiendo las repercusiones que estas denuncias tuvieron, resuelve ante el informe simplemente tomar conocimiento y archivarlo sin más. Esta actitud, sin embargo, es solo una perlita más de un largo collar que viene hilvanándose desde fines de 2014.

    Hace poco más de un año fuimos acusados un grupo de compañeros y compañeras de Extensión Universitaria, de patoteros y de violentos, y en mi caso personal, de haber golpeado a una consejera en los pasillos de la Facultad de Derecho de la UdelaR. Estas acusaciones se dan en el marco de un fuerte enfrentamiento del actual rectorado de la Universidad con las políticas de Extensión llevadas adelante en períodos pasados, y donde el orden egresados, además, se ha caracterizado por llevar ese enfrentamiento a un plano de acusaciones que no tienen otro fundamento que el de ensuciar el debate desde la mentira. No solo la consejera Veroslavsky nos ha atacado de manera burda, diciendo, por ejemplo, que nuestro salario como grado III debía superar el del entonces presidente José Mujica, tal como fue comentado en la nota que presenté al CDC en la sesión del 4 de noviembre de 2014, cuando supe de la denuncia en cuestión. Federico Kreimerman (también delegado al CDC por egresados) se suma al coro de ataques en una entrevista realizada para Sala de Redacción en noviembre de 2014 (medio periodístico de la Licenciatura en Comunicación), en donde se despacha con que el otorgamiento de extensiones horarias de alta dedicación (hasta 40 horas o más) en el SCEAM (unidad académica de la Extensión Universitaria en la UdelaR) en el período del rectorado de Arocena se debía a “una alianza política” de este último con los docentes del SCEAM, a partir de lo cual se “aseguró así el respaldo de los docentes de este servicio” (sdr.liccom.edu.uy/2014/11/29/debate-sobreextension-divide-interna-universitaria/). Para la delegación de egresados, se volvió habitual atacarnos por el lado del salario y de la búsqueda personal del rédito monetario. Lo que parecen olvidar es que los salarios universitarios, y sobre todo de los grados I y II (que es de lo que se compone mayoritariamente la plantilla del SCEAM), son de los peores salarios del funcionariado público en comparación con sus pares a la interna del Estado. Cualquiera de nosotros si nos motivara el dinero, tendríamos que buscar otros espacios laborales más interesantes en ese sentido, la UdelaR no lo es. Esto bien que lo saben tanto Veroslavsky como Kreimerman ambos provienen de familias con vínculos económicos y/o político-partidarios con el Estado; no puede haber ingenuidad en este sentido.

    Los docentes del SCEAM son compañeros y compañeras licenciados en trabajo social, psicología, antropología, sociología, en agronomía, veterinaria, y un largo etcétera, muchos de ellos con maestrías y doctorados en curso o aprobados. Se nos quiere despreciar diciendo que nos mueve el dinero y el provecho personal ante definiciones que son políticas. Trabajar con una alta dedicación horaria en Extensión Universitaria no nos vuelve ricos ni por asomo, y es además un insulto a nuestro compromiso y esfuerzo por la Universidad y la sociedad que soñamos.

    El 2015 se caracterizó, además, por una importante y fuerte persecución política a la interna de la institución. Tenemos grabadas declaraciones del rector Markarian anunciando que como las políticas de Extensión iban a cambiar, también lo podían hacer los docentes que las llevaban adelante. Compañeros y compañeras del SCEAM y otros programas vinculados (como el Programa Integral Metropolitano-PIM) han tenido postergaciones de dos, tres, cuatro meses o más, de las renovaciones de sus cargos docentes, o siendo renovados por seis meses (cuando solo podría hacerse en caso de observaciones al desempeño en las tareas docentes), llevando la incertidumbre de su futuro laboral hasta casi finalizado el año. No fue hasta el 24 de noviembre donde todo se “destrabó”. La aprobación en general en el CDC de una nueva reestructura del SCEAM (no la de octubre de 2014, sino otra totalmente distinta y propuesta por el pro rector de Extensión Hugo Rodríguez), permitió por ejemplo que el 1º de diciembre donde el Consejo Directivo Académico (CDA) aprobara la renovación de docentes en cargos del SCEAM con fecha de finalización hasta el 31 de julio de 2016. La mayoría incluso, explicitando que ni siquiera habían tomado en cuenta los informes de actuación de los docentes en cuestión. O sea, lo importante no eran nuestros desempeños, evaluaciones generales o particulares en orientaciones o tareas específicas. Lo importante era no renovar los cargos por un año para poder contar con el presupuesto liberado para una nueva estructura docente.

    Para el inicio del 2016 se realizarán llamados a nuevos cargos, con perfiles definidos por una comisión especialmente nombrada por el CDC para ello, y sin ningún tipo de consulta con espacios ni académicos (SCEAM) ni políticos (Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio-CSEAM / órgano cogobernado desde donde se plantean las orientaciones de la Extensión Universitaria desde fines de los 90). Todas las garantías dadas para una nueva camada de docentes afines a las nuevas líneas. Solo compañeras y compañeros que tienen cargos en efectividad (con plazos más largos que el de un año, y que no se pudieron renovar por menos en este 2015 dados límites normativos) se mantendrán pasada la que no dudamos en caracterizar como la Gran Purga en Extensión Universitaria. Los derechos de los docentes como trabajadores pisoteados sin lugar a dudas.

    Para culminar este año tan particular, y volviendo al inicio de esta carta, el CDC recibe un informe de Jurídica donde se le da cuenta de que lo denunciado por egresados no sucedió. Una egresada, haciendo uso de una posición de poder (como lo es el desempeño de un cargo en el CDC), realiza falsas acusaciones a otros universitarios y el órgano donde se realizan no toma acciones al respecto. Veroslavsky no fue patoteada, no fue agredida física ni verbalmente (fue insultada sí por mi parte en el marco de una fuerte discusión que ella inició), mintió, el orden egresados se hizo eco de esas mentiras y el CDC archiva la investigación. Eso se llama hacerle juego y ser cómplices de IMPUNIDAD. Pues quien realiza acciones como las que se hicieron, y no recibe las sanciones correspondientes tiene carta blanca para poder seguir en esa línea.

    La UdelaR cierra un 2015 con menos justicia, atropello de los derechos de los trabajadores y mucho autoritarismo. Esto nos produce una fuerte tristeza; es todo lo contrario a como la soñamos.

    Gabriel Picos

    Profesor Adjunto del SCEAM

    5 de enero de 2016