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    ¡En problemas!

    Nº 2148 - 11 al 17 de Noviembre de 2021

    No es secreto para nadie que, a partir de mañana, nuestra selección emprende un ciclo singularmente problemático, en su afán (que es el de toda nuestra afición deportiva) de recuperar su chance de clasificar para el próximo Mundial, sensiblemente complicada a raíz de los resultados adversos que ha cosechado en sus últimas presentaciones.

    Está aún fresco en la memoria de todos el paupérrimo rendimiento del equipo celeste en sus recientes partidos ante Brasil y Argentina, precisamente quienes hoy aparecen encabezando (en ese orden) las posiciones en las Eliminatorias, y pueden ya considerarse presentes en Qatar para la fase final de aquel torneo.

    Un digitado cambio del fixture original por parte de la FIFA nos hizo enfrentar en forma consecutiva y en calidad de visitantes, a esos dos colosos del fútbol mundial. Pero, como singular contrapartida, nos dará la oportunidad (a renglón seguido, y apenas un mes después) de una revancha ante nuestro vecino del Plata; y esta vez jugando como locales en el Campeón del Siglo. En el ínterin, como es bien sabido, ocurrieron algunos hechos importantes, al punto que, a más de las lógicas críticas por el bajísimo nivel de juego exhibido en aquellos dos partidos, incluso llegó a ponerse en duda la continuidad del cuerpo técnico encabezado por el Maestro Tabárez, algo que nunca había acontecido en sus 15 años al frente del proceso de selecciones nacionales.

    Nuestros lectores tendrán seguramente presente algunas particularidades del anterior choque ante el equipo albiceleste. Por un lado un inicio muy promisorio de nuestro equipo, que sorprendió a su rival adueñándose de la iniciativa e incluso generando (casi siempre por conducto de un Suárez en gran nivel) tres claras situaciones de gol, que no se concretaron por falta de fortuna (hubo un remate en el palo) o por mérito del excelente golero rival. Pero de allí en más, el equipo se fue apagando inapelablemente. Messi se adueñó de la pelota y del propio trámite del partido, los goles del local fueron llegando (dos en el primer tiempo y un tercero en el complemento) y, pese a los cambios que Tabárez introdujo con el correr del partido, nuestro equipo se fue apagando con el paso de los minutos. Pero lo que más dolió en aquella oportunidad fue la insólita pasividad con la que se asumió la superioridad del rival, al punto que (según la estadística del partido) se cometieron solo cinco infracciones, y ninguna al protagonista principal del partido, al que se lo dejó moverse a su antojo, sin que ninguna pierna fuerte se interpusiera en su virtuoso recorrido. Lo que todos vimos esa penosa noche en Núñez fue (y así titulamos la columna siguiente) una insólita “versión light” del equipo celeste.

    Se nos presenta mañana la oportunidad de tomarnos una cumplida revancha, esta vez con el aliento del público que (pese a los altos precios que se fijaron) seguramente colmará el aforo del coqueto escenario aurinegro. Pero para que ello pueda darse es menester que la formación que ponga en cancha el Maestro mejore notablemente el paupérrimo nivel exhibido en sus últimos partidos, que si fue malo en Núñez, lo fue aún peor en Manaos, donde Brasil, el actual líder de esta clasificatoria sudamericana, literalmente “nos pasó por arriba”.

    ¡Es por demás evidente que Tabárez no la tiene nada fácil! La lista de los futbolistas reservados (que quizás pudo haber sido más amplia) fue mermando con el paso de los días. Fueron varios los que no pudieron llegar del exterior como consecuencia de lesiones sufridas en los clubes en que militan. Y, para peor, la lista fue aumentando con el paso de los días. A las bajas de Sebastián Cáceres, Coates, Viña, Valverde, De la Cruz, De Arrascaeta, Cavani y Maxi Gómez, se sumó luego la de Darwin Núñez. De modo que el pasado lunes, al inicio del trabajo específico del cuerpo técnico, solo estuvieron presentes 15 futbolistas. ¿Las razones de esas deserciones? Sin duda alguna, la creciente sobrecarga muscular que están padeciendo los futbolistas de casi todos los equipos del mundo, producto de una saturación de partidos, para poder atender las crecientes exigencias de un profesionalismo despiadado. Es probable que algo similar les ocurra a otras selecciones (así, no se sabe si Argentina puede contar con Messi), pero de seguro el esquema inicial del Maestro debe haberse visto perturbado. Más aún, porque entre los disponibles, hay varios futbolistas con cuatro amarillas, como Josema Giménez y Diego Godín, seguros integrantes de nuestra línea de zagueros, y también Nández y Vecino, quienes pueden llegar a perderse el problemático siguiente partido en la temida altura de La Paz. Ante este incierto panorama, y sin perjuicio de que han vuelto a ser convocados (y alguno hasta con chance de ser titular) varios jóvenes futbolistas del medio local, somos de la opinión de que este partido ante Argentina era la oportunidad ideal para que pudiera volver a la selección (a la que defendió eficientemente durante muchos años) el Mota Gargano, figura excluyente en Peñarol, el equipo que hoy mejor juega en nuestro medio. Entre varias razones, porque podría haberle aportado a nuestra primera línea de contención esa cuota de marca recia y de “dientes apretados” que tanta falta nos hizo en el último choque ante este mismo rival. ¡Y hasta pudo haberse aprovechado el excelente momento actual de Agustín Canobbio!

    Es claro que hay mucho en juego en este partido de mañana. Por un lado, lo que es la tradicional y añeja rivalidad entre los hermanos del Plata. Y es seguro que muchos futbolistas deben haber quedado con sed de revancha después de los “oles” que acompañaron el exuberante despliegue de Messi y los suyos, apenas un mes atrás. ¿Tiene armas nuestro equipo para sacarse esa espina? Entendemos que sí. No debe olvidarse que en el partido anterior, en el estadio “millonario”, los primeros minutos fueron de neto dominio celeste, y que al influjo de Luis Suárez pudimos habernos puesto rápidamente arriba en el tanteador (lo que, como se dijo, no ocurrió por la pericia del excelente golero rival y una buena cuota de fortuna). Después sí, el descalabro total, que esperamos que el Maestro Tabárez sepa corregir en esta tan pronta y anhelada revancha; más aún, tras el fuerte “sacudón” a su orgullo, producto del consiguiente e inédito pedido de explicaciones de la cúpula de la AUF.

    La consigna es recuperar el cuarto puesto en la clasificatoria sudamericana. Lo que también dependerá de lo que pase días después en la temida altura de La Paz, y también de los cruces del resto de quienes pugnan por lo mismo. Pero es casi un mandato de nuestra rica historia vengar la humillante derrota ante Argentina en el partido de ida. Especialmente, por la forma y el modo en que ello aconteció.