Amor en lo alto

Varios vuelos se cancelan debido a una tormenta y dos desconocidos, a quienes urge trasladarse a Nueva York, deciden pagar un chárter para que los traslade a otro aeropuerto y, de este modo, seguir cada uno por su lado y llegar a tiempo a sus respectivos destinos. Él: Ben Bass (Idris Elba), un neurocirujano discreto y con toda la onda, tiene que operar a un niño. Ella: Alex Martin (Kate Winslet), decidida y ejecutiva fotógrafa de prensa, debe asistir a una boda: la suya, nada menos. Y suya es la idea del chárter. Y, de ahí en adelante, suyas también son todas las malas ideas que los guionistas Chris Weitz (Rogue One: Una historia de Star Wars) y J. Mills Goodloe (guionista del drama romántico Todo, todo) meten en su cabeza (ideas que quizás ya estaban en el libro de Charles Martin en el que se basa la película). Porque luego de que la avioneta se estrella —debido a una falla técnica que afecta al piloto interpretado por Beau Bridges—, Alex, además de un egoísmo de alcances casi ilimitados, exhibe un extravagante sentido de la oportunidad y una peculiar forma de entender y ejercitar la prudencia, generando situaciones que ponen ambas vidas en peligro. Pero gracias a los dioses del guion está Ben, un médico cuyo espíritu es templo de ética y sentido humanitario, para perdonar y subsanar cada uno de los desaciertos de Alex, la intrépida. Tienen provisiones como para tres días. O menos. Algo de chocolate, un poco de agua, unas galletas. Él quiere aguardar a que llegue la ayuda. Ella quiere salir a buscarla. Y el perro del piloto, que también sobrevivió al impacto, se la banca como un campeón.