Asistencia a discapacitados

Usted puede pensar que se trata de padres potentados. Pues no. Se trata de gente trabajadora; docentes de Educación Secundaria de vida modesta que trabajan de sol a sol para poder solventar los gastos de su hija que demanda debido a su enfermedad. Con dos sueldos de docentes se está lejos de cubrir todas las necesidades de un discapacitado. Bien quisieran Luly y padres prescindir de la ayuda del Estado, pero es absolutamente imposible. Es algo increíble. Mientras uno ve cargos que se crean, y bien que se pagan, no hay dinero para asistir a una niña con discapacidad severa. Yo a veces me pregunto por qué cuando se hacen reajustes no se eliminan esos cargos creados pura y exclusivamente para satisfacer el clientelismo político. No somos ciegos y todo el mundo se da cuenta de eso. Ahora no se siente hablar solo de secretarios, sino que también existe el inútil invento del prosecretario. En el Parlamento, a los funcionarios que hemos elegidos, además de unos generosísimos sueldos, beneficios, viáticos y una vejez asegurada con jubilaciones que no se igualan a las de otros funcionarios públicos que han aportado mucho más años y con mucho más sacrificio su Montepío, se les paga hasta las secretarias. Direcciones creadas a troche y moche con sueldos generosos para pagar a sus funcionarios. Vergonzoso; el recorte lo hacen a la gente trabajadora y lo que es peor, a los discapacitados. Yo me pregunto: ¿no habrá, dentro de la clase política, alguien decente, sea del partido político que sea, con vergüenza, que sea capaz de proponer la revisión en serio de tanto funcionario inútil que anda en banda, de recortar excesos: secretarios, viajes, beneficios, viáticos que no deberían existir con los sueldos que les pagamos? De hecho, las secretarias deberían pagárselas ellos al igual que choferes, leer los diarios por Internet o pagárselos si quieren la edición impresa, etc. A mí como profesora nunca me pagaron extra para tener ayudantes en ninguna de las tareas que me tocaba desempeñar en mi enseñanza y el material que utilicé salía de mi modesto bolsillo; hasta borrador me tuve que comprar. Y cuando vinieron los nuevos pizarrones ¡¡¡también los marcadores!!! Lo digo a manera de muestra, lejos estoy de ser la excepción. En los docentes me consta que es la generalidad. Si habría para poder auxiliar a los discapacitados realizando recortes donde se debe. Ellos sí que necesitan ayuda. Como abuela de una niña discapacitada y sobre todo como ciudadana, pediría a quienes tienen la sartén por el mango un poco más de humildad, reconocer que están a nuestro servicio, que nos retribuyan debidamente con una buena administración, que respeten la leyes (pienso especialmente en la de las discapacidades) que ellos mismos aprobaron y nos dejen de considerar simple ganado al que hay que arrear en época de elecciones, con demagogia y con promesas que pronto son incumplidas, solo con el simple fin de conseguir el voto que les asegure la cómoda permanencia en su sillón. Basta de castigar a los trabajadores y fomentar la vagancia. Da para meditar.