Pérdida de líneas navieras, una “competencia feroz” entre los operadores de contenedores por los clientes y la posibilidad de dejar de ser un puerto “comodín” para ser un puerto “salteado”. Esas fueron algunas de las consecuencias que los actores del sector portuario imaginaron para Montevideo cuando en noviembre de 2013 entró en vigencia una resolución del gobierno argentino que impidió que las cargas de ese país se trasbordaran en Uruguay.
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Un año después, los números disponibles muestran que la medida provocó una caída de 5,16% en el movimiento de contenedores del principal puerto uruguayo.
“El impacto no fue tanto para lo que podría haber significado la medida argentina, porque mitigó mucho la carga de Paraguay”, opinó Juan Olascoaga, gerente general de Montecon, empresa que se dedica al movimiento de contenedores en los muelles públicos.
Un análisis similar hace el presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Alberto Díaz, que considera que salir a buscar las cargas paraguayas fue una decisión “bien tomada por el gobierno y bien seguida por los privados”. De todas formas, reconoce que “el mercado paraguayo no es el mercado argentino”.
Terminal Cuenca del Plata (TCP), que concentraba la mayor parte de los trasbordos argentinos, fue la más afectada por la resolución. El responsable de Comunicación Institucional, Fernando Correa, sostiene, de todos modos, que el año “no fue catastrófico” y también reconoce la importancia de Paraguay.
Para adaptarse a la situación, TCP debió “modificar su metodología”, “optimizar sus recursos” y hasta enviar 16 empleados a seguro de paro. Correa rescata como positivo que en las dificultades pudieron tomar “nuevas oportunidades”, como un plan piloto de contenedorización de granos.
“El resultado fue fantástico. El año que viene creo que va a tener un impacto importante en los movimientos de nuestra terminal”, adelantó.
Mirando hacia adelante, los tres coinciden en que hay margen para aumentar la actividad con Paraguay pero consideran que la prioridad es recuperar las cargas argentinas. Según dijo Díaz a Búsqueda, el gobierno está trabajando en un acuerdo bilateral con Argentina.
Impacto.
Según los últimos datos disponibles del Centro de Navegación, el movimiento de contenedores en el puerto de Montevideo cayó 5,16% al comparar el año móvil de octubre 2013 y setiembre 2014 con el de octubre 2012 y setiembre 2013. El movimiento en ese período fue de de 463.348 contenedores.
La disminución de actividad se explica por una caída de 9,04% en el movimiento de contenedores en tránsito y 15,8% en contenedores vacíos. En contrapartida, la actividad de exportación aumentó un 10,55% y la importación 1,29%.
Según informó Correa a Búsqueda, TCP cerrará el mes de octubre con un movimiento que rondará los 18.900 contenedores, 0,8% menos que el mismo mes del año pasado. Olascoaga, por su parte, adelantó que el movimiento de Montecon en el mes de octubre rondará los 20.000 contenedores.
Sumando los movimientos aproximados con que las dos empresas cerrarán octubre, el puerto de Montevideo se acercará a la actividad de 38.079 contenedores que registró en el mismo mes de 2013.
La afirmación de Correa de que TCP absorbe la mayor parte del impacto de la medida argentina puede constatarse en sus registros. Si se compara el año móvil de noviembre de 2013 a octubre de 2014 con el de noviembre de 2012 a octubre de 2013, la caída de actividad de de la terminal supera el 17%.
“Una anécdota”.
Más allá de que el impacto sobre el puerto de Montevideo fue más leve de lo que pudo haber sido, las dos empresas que mueven contenedores coinciden en la necesidad de recuperar las cargas argentinas.
Olascoaga dijo a Búsqueda que “una buena oportunidad para retomar el tema” será una reunión en noviembre del subgrupo 5 de trabajo del Mercosur, que se ocupa de los temas de transporte del bloque. “Ahí Uruguay debe ir con una posición definitiva para firmar un acuerdo. Uruguay se negaba, pero hoy, perdidos los tránsitos argentinos, habría que firmar un acuerdo bilateral o multilateral que permita recuperar esa carga”, aseguró.
Correa separa esos dos posibles acuerdos y dice que para su empresa se trata de “dos velocidades” distintas. La “resolución rápida”, a su criterio, es “firmar un acuerdo bilateral de cargas con Argentina” que haga que la medida que ese país tomó en noviembre ya no alcance a los puertos uruguayos.
“No debería haber ningún impedimento para que Uruguay y Argentina se pongan de acuerdo”, dijo.
Por el contrario, opina que las negociaciones en el Mercosur serán más complejas porque son cinco países y tienen “otra burocracia”. De todas formas cree que se deberá, con más tiempo, firmar un acuerdo en el bloque.
Díaz sostuvo que están “trabajando en un acuerdo bilateral con Argentina” aunque evitó dar detalles para no entorpecer la negociación.
Correa confía en que en unos años este período en el que los puertos uruguayos y argentinos no pudieron complementarse sea solo “una anécdota”.
Otras posibilidades.
Las chances de Montevideo para captar otras cargas de la región son reducidas. Brasil cuenta con una infraestructura portuaria que le permite sacar su producción e importar por sus propios puertos. La carga de Bolivia —otro potencial interesado— sale en la actualidad por puertos chilenos o peruanos. El puerto que da a la hidrovía Paraná-Paraguay tiene problemas de infraestructura, está lejos de los centros de producción y el acceso de los camiones a la terminal es complicado.
Con ese escenario, Díaz y Olascoaga coinciden en que con Paraguay aún hay espacio para aumentar el margen de actividad. “Hace un año y medio los tránsitos paraguayos se hacían 70% en Buenos Aires y 30% en Uruguay. Hoy debemos estar en 50% y 50%. Todavía hay un 50% más para crecer”, analizó el gerente general de Montecon.
Díaz, por su parte, afirmó que existe una posibilidad concreta de captar mercado de carne paraguaya, que abastece a Chile por camión, para hacerlo desde Montevideo en contenedores refrigerados.
“El requerimiento es que nuestro puerto tiene que estar más profundo. Hoy estamos a 11 metros y habría que llevarlo a 12. Garantizando esa profundidad tenemos la certeza de que hay navieras que traen esas cargas. Eso es lo que estamos intentando hacer”, concluyó.