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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáA falta de ejercitar la memoria colectiva, todavía muy débil entre nosotros, debería ser útil un repaso periódico de hechos ocurridos y perdidos en el fárrago de acontecimientos cotidianos.
Anoto tres temas como ensayo memorístico.
1. ¿El ex presidente Mujica aceptó de buena fe el cese presidencial, o aspiró a coparticipar en el poder del sucesor?
Hechos ocurridos originan dudas. El deseo expreso de incidir en la designación de ministros y jerarcas, la participación activa en las elecciones departamentales, y la promoción incisiva de la candidatura de su esposa a la Intendencia de Montevideo, desde la cual podría el presidente cesante ejercer un semipoder paralelo, constituyen coincidencias expresivas. Por otra parte, la alianza de hecho constituida entre el MPP y el Partido Comunista les permite ejercer presión coincidente desde el partido Frente Amplio y desde el Parlamento para presionar abiertamente al nuevo gobierno, contando también con cooperación de otras figuras habituadas a recostarse en la militancia activa de ambos sectores.
Contrastan estos actos con la actitud del Dr. Vázquez al cesar en el mandato, que se retiró a la casa y calló.
2. La incisiva militancia sindical muestra poder propio y voluntad expresa de coparticipar en el gobierno nacional. No es reprobable el propósito, en realidad toda la sociedad debería cooperar con el gobierno.
Lo que no es leal ni correcto ni conveniente es el uso abusivo del poder y la ausencia de contrapartidas. Ya ejercen poder los sindicalistas ocupando cargos en la dirección de instituciones estatales, ya muestran un poder económico importante (financian abundante propaganda televisiva, recaudan cuotas sociales contando con la maquinaria estatal). Han impuesto la práctica de ocupación de locales empresarios y oficinas del Estado, prescindiendo de consulta a la masa de afiliados. Es decir, disfrutan de autarquía, no son controlados por el Tribunal de Cuentas, es notorio que pequeñas minorías hacen la ocupación o decretan paros. Aspiran claramente a ejercer cogobierno dentro de la Administración Pública.
3. Significativa es la actitud del candidato presidencial Luis Lacalle Pou, que sigue en campaña electoral 10 meses después de haber perdido las elecciones en octubre y noviembre.
Su discurso sigue centrado en críticas al partido de gobierno (la década perdida), en censuras al equipo económico actual, culpable según él de las presuntas pérdidas producidas en el período anterior.
Le falta sentido de responsabilidad al antiguo candidato. Si piensa colocar a su partido, partido absolutamente indispensable para la actividad democrática de este país, en campaña electoral y de hostilidad al gobierno actual durante cinco años, estará fallando al juego democrático, y sobre todo, estará fallando al país, necesitado de paz. Es bueno que adviertan todos, en realidad, todo el país, no solo el juego de la democracia que obliga a acompañar a quien venza en las urnas, sino además, afrontar una situación delicada, imposible de resolver por parte de un solo partido en esta América agitada.
El Sr. Lacalle Pou conoce, al igual que conocen economistas de su propio partido, la dura batalla que debió dar el equipo económico en el período anterior, para salvaguardar políticas mínimas de estabilidad ante desbordes anárquicos del presidente. Lo sabe todo el país. Lo reconoció públicamente el Sr. Mujica, con declaraciones que debieron ser difundidas por los medios como el colmo del disparate político, cuando expresó su responsabilidad en las políticas autónomas de cada empresa pública. Claro que lo dijo hace poco, ya cesado en el cargo. Según sus dichos, autorizó a cada una a invertir a su antojo, en razón de que los jerarcas de Economía querían controlar todo y no hubieran permitido tanta inversión. Véase hoy el drama brasileño o venezolano, allí donde se produjeron, aparentemente, liberalidades económicas no admitidas en los países más liberales del mundo. El periodismo mira para otro lado en nuestro país, sin acoger como debería los dichos mencionados.
Pero además, seguramente advertirá el Sr. Lacalle Pou que debe mantener prudencia ante fallas anteriores de gobiernos blancos, que comprometieron severamente al país y además la persona de su señor padre.
El Dr. Lacalle Pou no puede lucir como vestal impoluta en la política, no por manchas en su foja personal, pero por respeto al país ante yerros de su progenitor. Puede observar la página 41 de la revista “Tres”, edición del 21 de junio de 1996, que muestra a su papá fotografiado a la salida de su vivienda tras conversar durante una hora con el Sr. Calloni (ambos aparecen juntos en la fotografía), figura ligada al empresario que adquirió en forma indecorosa el Banco Pan de Azúcar. Negocio escandaloso, que llevó a prisión a una figura honrada que obedeció órdenes, y que fue quemada para salvar al entonces presidente Lacalle. Este señor declaró ante el juez, que solo conocía a Calloni de vista, de haber conversado de paso con él y tal vez el juez haya sido bondadoso, aceptando la explicación.
En plazos largos, todos aprendemos, o podemos aprender.
Vale la constancia de que la revista no era escrita por gentes del Frente, sino por gentes de otro sector partidario. Es importante acumular lecciones dejadas por cada gobernante. El Dr. Lacalle nos enseñó, el Sr. Mujica también nos enseñó.
Anotamos tres temas, tres grandes problemas, y todos ellos muestran una lección común: la necesidad siempre apremiante de aunar esfuerzos colectivos para que al país le vaya muy bien.
Si al país le va muy bien, los funcionarios no tendrán necesidad de mendigar salario ni paralizar servicios. Si al país le va muy bien, la sucesión en los cargos se hará con calma indispensable para que la ciudadanía aprenda, razone, y vote a conciencia, no por eslóganes vulgares. Si al país le va muy bien, cesará el militantismo permanente de gentes que sacan beneficios del militantismo, y no del progreso económico y cultural de la sociedad.
Disfrutamos del privilegio de contar con gentes talentosas y abnegadas en todas partes.
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