• Cotizaciones
    sábado 26 de abril de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Crátilo y el sufijo

    Columnista de Búsqueda

    Nº 2172 - 5 al 11 de Mayo de 2022

    La locura en el caso de Quijote está en lo connotativo literario, no en el tránsito de una realidad a la otra, ni en la recodificación, ni en la singularidad ni en la subjetividad. Invoco esto porque quiero hablar del bautismo. ¿Qué hay en un nombre? La pregunta de Julieta ha estado presente en la filosofía desde mucho antes que la escena del balcón. ¿Es verdad que una rosa podría oler igual con otro nombre? En el diálogo Crátilo de Platón se expone con mucha precisión la relación que hay entre el nombre y la cosa. Crátilo se pregunta —para delectación pensativa de Borges, que habrá de celebrar el nudo— si en el nombre de la cosa está la cosa. Como un naturalista lingüístico extremo, Crátilo sostiene que los nombres no pueden elegirse arbitrariamente en la forma en que describe o defiende el convencionalismo lingüístico porque los nombres pertenecen de un modo sustantivo, intrínseco, a sus objetos específicos. Borges dirá que en el nombre de la rosa está la rosa…

    Luego de bautizar a su rústico jamelgo, el hidalgo Quijano o Quesada decidió ponerse un nombre acorde a la misión que se había fijado en esta fase productiva de su vida, que no es otra que la de traer al frente el espíritu de la caballería, salvar el honor de la edad de oro en esta insípida edad de hierro, de olvidos, de indiferencias. Dice el relato que pasó varios días pensando en el nombre de su caballo hasta dar con el muy infeliz aunque elocuente de Rocinante; y dice también que discurrió otros tantos días pensando en su nombre propio, esto es, en aquel que llevaría como rúbrica y seña de su misión en el mundo. Para Quijano o Quesada es necesario cambiarse el nombre porque eso forma parte de su elección de vida, del modo y contenido supremo de su existencia. El nombre, en rigor, acompaña al ser que uno decide ser. La filiación, para quien empieza una nueva vida, tiene que ser completa; por eso es comprensible que cavile afanosamente hasta dar con la forma del contenido que ya tiene albergado en su mente.

    Con relación al nombre Quijote, la terminación ote es un sufijo aumentativo común en la lengua española. Así como capa viene de capote, de Quijano viene Quijote. Dice Cervantes: “De donde, como queda dicho, tomaron ocasión los autores de esta verdadera historia que sin duda se debería llamar Quijada y no Quesada como otros quisieron decir. Pero acordándose que el valeroso Amadís de Gaula no solo se había contentado con llamarse Amadís a secas sino que añadió el nombre de su reino y patria por hacerlo famoso y se llamó Amadís de Gaula, así quiso el buen caballero añadir el nombre de la suya y llamarse Don Quijote de la Mancha, con que al parecer declaró muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre de ella”. El principio de identidad consiste en decidir ser quien soy.

    Permita el lector un paréntesis para dar lugar a ciertas analogías congéneres. Decía Victor Hugo en una de sus baladas: yo soy el rey proscripto, soberbio y solitario; busco en mí la zarza ardiente. Viene a cuento esta balada porque efectivamente uno elige ser lo que es; uno no es, sino que uno está por ser. Esa es la experiencia del vivir, de la existencia. En ese momento de alma de Victor Hugo se siente como un rey desterrado, prohibido y solitario. Siente que está en un desierto, pero como rey, con el poder de estar consigo mismo pero a condición de estar por fuera del mundo de los hombres. Baudelaire inmortaliza en Las flores del mal: soy un cementerio abandonado por la luna. Así se asume él en un momento de su vida, es así cómo construye su identidad. Y finalmente y carácter casi inevitable tenemos a Nietszche, que ya en medio de la locura escribía en Ecce homo: soy el viento del norte que derriba los higos. Estos elementos son afirmaciones de la identidad que es una materia o un fluido escurridizo, fugaz, pero que marca el signo de lo que construye nuestra libertad de ser.

    Cuando el exaltado caballero deja de ser Quijano o Quesada, nos preguntamos por qué elige el sufijo ote y la respuesta, por obvia, no se hace esperar: Quijote se declara Quijano pero superlativamente, en una declaración entusiasta, desmedida. Quijote quiere superabundar en la afirmación de su identidad, y es por eso que se vale del sufijo ote. Quijano es quien quiere ser de una forma que excede su aldea, su cuerpo, su tiempo, el opaco destino de la vejez y del silencio.