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En un año donde el Ministerio de Salud Pública (MSP) decidió restringir la movilidad de usuarios entre mutualistas, al menos cuatro instituciones competirán en una especie de corralito abierto por el botín que representa el colectivo de funcionarios de la Intendencia de Montevideo (IMM), que abarca entre familiares, cónyuges y jubilados a cerca de 20.000 personas.
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Los trabajadores agremiados en la Asociación de Obreros Municipales (Adeom) gozan de un beneficio que la intendencia capitalina ofrece desde hace más de 40 años: una cobertura de salud con la mutualista Casmu que supone, entre otros, descuentos del 50% en estudios médicos, 12 tickets anuales gratuitos de medicamentos, seis órdenes gratis por año en consultas con especialistas y la mitad del costo en las tirillas para diabéticos. Los trabajadores municipales no están incluidos en el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y el descuento salarial que se les hace por este seguro sanitario ronda el 2%, inferior a los 4.5% y 6% que supone el seguro estatal.
Hace unos meses, los funcionarios de la intendencia evaluaron que, pese a todo, el convenio con el Casmu tenía algunas cuestiones que no conformaban y sobre el límite de un nuevo vencimiento resolvieron hacer un llamado a oferentes para mejorar sus condiciones. Esto se hizo sin consultar a las autoridades municipales, destacó a Búsqueda el director de Recursos Humanos de la IMM, Eduardo Brenta, quien señaló, de todas formas, que estaba de acuerdo en revisar el acuerdo y ofrecer las “máximas garantías de transparencia” al momento de buscar alternativas.
Al menos cuatro instituciones competirán en una especie de corralito abierto por el botín que representa el colectivo de funcionarios de la Intendencia de Montevideo.
Al llamado que hizo Adeom se presentó la propia Casmu y las mutualistas Asociación Española, Casa de Galicia y Círculo Católico, según informó La Diaria y confirmaron a Búsqueda dirigentes del sindicato municipal.
Brenta explicó que en aras de darle un carácter formal a este proceso —insistió en que el llamado lo hizo Adeom por las suyas— se acordó hacer una convocatoria a oferentes que será publicada en la agencia de compras del Estado y que será auditada por el Tribunal de Cuentas. El jerarca dijo que la estrategia será abrir la cancha, un menú con varias ofertas para elegir, para que no se genere una situación de exclusividad. La base será el convenio del Casmu: las mutualistas que se presenten deberán igualarlo o mejorarlo. También destacó que se hicieron las consultas correspondientes con el MSP y el Ministerio de Economía para determinar si esta movida puede afectar la estabilidad del sistema. Hay que recordar que este año las autoridades sanitarias decretaron la no apertura del corralito mutual por temor a no poder controlar la intermediación lucrativa, que es la oferta de dinero para captar nuevos socios mutuales.
Lo que se negoció, dijo Brenta, fue que quienes decidan cambiarse, deberán permanecer al menos tres años en la institución elegida. Brenta presupone que las mismas mutualistas que se presentaron al llamado de Adeom volverán a hacerlo a este de la IMM. Según publicó La Diaria, en esa convocatoria, la Asociación Española presentó una oferta con “precios mucho más bajos” que los que se pueden encontrar en el mercado.
La disputa de la cristalinidad.
Cuando comenzó a hacerse audible el murmullo de que la intendencia no renovaría el convenio con el Casmu, se tejieron especulaciones varias sobre las razones de su caída y el destino de los funcionarios. A algunas de las autoridades municipales les llegó el rumor de que ya se había definido que el paquete sería absorbido por La Española. Valeria Ripoll, presidenta de Adeom, explicó a Búsqueda las razones para plantear alternativas a lo que ya existía. “Nosotros hemos tenido muchas quejas de compañeros con respecto al Casmu, como la aparición de adeudos de algunos compañeros, algunos muy viejos que no tenían explicación o incluso incumplimientos del acuerdo donde les cobraban de más cosas que estaban en el marco del convenio de seguro de salud”, explicó.
Dijo que “todas esas quejas” llevaron a que una asamblea resolviera “mejorarlo”. Pero cuestionó la forma en que la IMM planteó el tema. Una reciente asamblea rechazó incluso el llamado. “El seguro de salud no tiene las cláusulas que marca la comuna, por ejemplo, en cuanto a la cantidad de años afiliados a una mutualista y que no te podés cambiar”. Y se quejó también de que en el mensaje que dejó el intendente Daniel Martínez en el sistema y en el llamado a oferentes, se puntualice que esto es para “darle cristalinidad” al asunto.
Los trabajadores municipales no están incluidos en el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y el descuento salarial que se les hace por este seguro sanitario ronda el 2%, inferior a los 4.5% y 6% que supone el seguro estatal.
“Cristalinidad le dimos nosotros al momento que abrimos la apertura a oferentes y planteamos que no fuera una renovación automática. Si es un tema de dudas de la cristalinidad, convengamos que es la intendencia la que sistemáticamente ha firmado siempre con el mismo prestador. Nosotros no teníamos dudas con respecto a la transparencia, pero los que vamos a terminar resolviendo somos nosotros, que somos los beneficiarios”, subrayó.
Ripoll asumió que es la intendencia la que termina firmando el convenio, y que además paga una parte, pero enfatizó que el gremio también paga con los descuentos salariales. “Entonces no es que la IMM va a firmar con quien se le antoje, no. Nosotros tenemos opinión y no vamos a rifar la atención de salud de nuestras familias porque la intendencia diga ‘arreglo con este’”, enfatizó. “No vamos a permitir que resuelvan por nosotros”.