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    DIU: “Hacer las cosas bien, paga. A veces es más lento, pero paga”

    El origen de Droguería Industrial Uruguaya (DIU) está asociado al nacimiento del agua Jane, el tradicional hipoclorito de sodio para uso doméstico. La historia se remonta a finales del siglo XIX, cuando Juan Benzo, un inmigrante italiano se asocia con Miguel Jane, quien había creado la fórmula para producir hipoclorito de sodio. Convencidos de la novedad y la utilidad del nuevo producto, los socios se embarcaron en el proyecto de producción y venta de Agua Jane. Con el paso de los años, Emilio Benzo, hijo de Juan junto con su socio Domingo Cicala funda en 1935 DIU, una empresa pionera de productos químicos destinada a atender las necesidades de la industria uruguaya. Durante las décadas siguientes la empresa se desarrolla, hasta que en 1993 la difícil situación comercial lleva a que Raúl González Rocca adquiera el 51% de las acciones.

    “Vivimos momentos muy difíciles, la empresa tenía un buen nombre, pero se había venido muy abajo comercialmente. Hubo que ponerle mucha energía y corazón para sacarla a flote”, señala a Trayectorias el director de DIU, Alberto González Rocca, hijo de Raúl, que se incorporó a la compañía en 1995. Dos años después de su ingreso, cuando la compañía comenzaba a remontar, un incendio en la casa central, ubicada en la calle Paysandú, causó pérdidas casi totales y nuevamente la droguería tuvo que encontrar la forma de subsistir. “Fue un viernes en la tarde, los bomberos nos entregaron el local el sábado al mediodía y el lunes abrimos y les dijimos a los clientes: ‘Acá estamos’”, recuerda Alberto, quien señala que todo fue posible gracias al personal, que se arremangó y trabajó duro para salir de la situación, a los proveedores, que colaboraron con créditos y productos, a gente amiga, que ayudó de distintas maneras, y a los seguros. “A los tres meses estábamos facturando lo mismo que antes del incendio”, afirma.

    Pero al poco tiempo se vino la crisis de 2002 y nuevamente a recomenzar. “Somos un hueso duro de roer”, señala Alberto, con orgullo, y se ríe. En el año 2009 se incorporó accionariamente a la empresa Marcelo Doldán, quien colaboró activamente en el desarrollo del negocio. En el año 2015 adquirieron un local industrial donde instalaron una nueva planta y centro logístico que les permitió dar un salto importante. Hoy el agua Jane ya no forma parte de su cartera, sin embargo, esta asciende a casi 4.000 productos, agrupados en tres líneas de negocios: químicos en general, entre los que se encuentran productos de limpieza, para piscinas, desinfección y plaguicidas, insumos para laboratorio y una línea veterinaria de medicamentos para mascotas. A dos años del 90 aniversario de DIU, Alberto está convencido de que todo fue posible gracias al equipo que trabaja en la empresa, al trabajo y el esfuerzo. Aquí les compartimos un resumen de la conversación que Trayectorias mantuvo con él.

    ¿Cuál ha sido la estrategia para superar las crisis?

    Mucho corazón, mucha entrega y trabajar en equipo. En los momentos difíciles es donde se ven los pingos. Nuestra gente siempre respondió, metió horas extra, sacrificio, compromiso. Siempre entendimos que el principal capital de una empresa es su gente y tratamos de darles, en la medida de lo posible, todo lo que necesitan para que estén a gusto y puedan desarrollarse. Me parece que ese es el secreto. También la creatividad, porque cuando la situación es difícil, uno tiene que apelar a ella para buscar las soluciones. Después de 90 años y muchas crisis vividas, este estilo siempre fue exitoso.

    Trabajan con varias líneas de productos, ¿cuál es el rubro más fuerte?

    El área de fraccionamiento de productos químicos. Luego, el área de productos de desinfección, que durante la pandemia sobre todo creció mucho. Pero, más allá de los productos, nuestro objetivo es ser una solución para nuestros clientes. En este sentido, el asesoramiento también es un punto fuerte de la empresa. Ayudamos mucho a la gente a brindarle solución a sus problemas y explicarle.

    ¿Ustedes producen o solo comercializan?

    Nosotros compramos el producto químico, ya sea a proveedores de plaza o en el exterior, en grandes cantidades y lo fraccionamos. Ese es el negocio más importante, que está apoyado en la línea de accesorios, como guantes de seguridad, distintos tipos de envases, etc. Nosotros tenemos una línea de productos de higiene más económica. Son producciones básicas, sin demasiada ciencia, pero las hacemos nosotros.

    ¿Cuántos locales tienen?

    Tenemos cinco locales: el local emblemático en la calle Paysandú, el local de Lagomar, que acabamos de renovar, un local en Maldonado, otro en Durazno y otro en Paysandú. Estos dos últimos en modalidad de franquicia, un negocio que estamos desarrollando de a poco, para estar más cerca del cliente en el interior. Si bien estamos presentes, llegamos mucho telefónicamente y por agencias, pero entendemos que hoy hay que estar ahí. Así que seguramente venga alguno más en breve. Además tenemos la planta de producción y centro logístico.

    ¿Sus productos se encuentran en los supermercados?

    Actualmente no estamos presentes en las grandes superficies. Básicamente atendemos en nuestros locales y en cadenas de farmacia, cadenas de ferreterías y algún distribuidor en el interior.

    ¿Con qué tipo de cliente trabajan?

    Está muy diversificado. El negocio nació apuntando a la industria, pero en los momentos en que la industria se vino abajo tuvimos que diversificar. Hoy, si bien atendemos a distintas industrias pujantes, también tenemos un fuerte en el mercado institucional, donde trabajamos con el Estado y las instituciones de salud, por ejemplo. También atendemos a todo el canal farmacéutico y de ferreterías. A su vez, tenemos atención al público y brindamos asesoramiento. El abanico es amplio, tenemos unidades de negocio y personal especializado en cada público. Nosotros intentamos apoyarlos y capacitarlos.

    ¿Qué implica para usted estar al frente de una empresa pionera en el rubro y con tantos años de trayectoria?

    Una responsabilidad muy grande, sobre todo por el equipo que trabaja día a día para sacar adelante la empresa. Uno tiene que tratar de tomar las mejores decisiones para que esa gente pueda cumplir sus sueños y enfrentar desafíos.

    Parte del equipo de DIU

    ¿Cuáles son los valores de la empresa?

    Nosotros hacemos siempre mucho hincapié en la relación humana, tanto con nuestros colaboradores como con nuestros clientes y proveedores. La empatía es un valor fundamental, ponernos en el lugar del otro y tratar de interpretar qué es lo que precisa. El objetivo es ser una solución para nuestros clientes, ya sea en limpieza, en desinfección o en productos de control. También tratamos de vivir la solidaridad con el prójimo y con la comunidad, por eso ayudamos a muchas instituciones que lo precisan. Otro valor muy importante para nosotros es el cumplimiento, la palabra. Cumplir con el cliente para nosotros es clave porque genera confiabilidad, y eso hace que el cliente vuelva y nos recomiende. De hecho, tenemos clientes de años. Hacer las cosas bien, paga. A veces es más lento, pero paga.

    ¿Cómo observa a la industria uruguaya?

    En cuanto a nuestro negocio, yo creo que hay mercado. Sobre todo en la industria farmacéutica y en la alimenticia. Yo creo que hay una buena perspectiva de desarrollo en el país. Los inversores han confiado en Uruguay, más allá del gobierno de turno. Tenemos el ejemplo de las papeleras. Se está demostrando que hay una solidez y ecuanimidad independientemente de quién gobierne. Eso es algo que quien está afuera valora, y por eso las inversiones están llegando. Eso es un tesoro para todos los uruguayos.

    ¿Cuál es el secreto del éxito?

    El trabajo y el esfuerzo, no conozco otro secreto. En mi familia toda la vida viví el esfuerzo. Obviamente que uno tiene que estar en el momento y en el lugar indicados, pero después hay que ponerle mucha inspiración y transpiración.

    ¿Cómo visualiza a la empresa en los próximos cinco años?

    La empresa está por cumplir 90 años. Ha sido un desafío poder sacarla adelante con tanta tradición, con tanto nombre. Uno se ve proyectado en poder mantenerla aggiornada a lo que es el cambio de los clientes y del mercado. La dinámica de los negocios va muy rápido y es un desafío poder estar a la altura, poder acompasar estos cambios y estar siempre un paso adelante de lo que el cliente precisa para poder darle esas soluciones que hablamos.

    ¿Cómo logran estar siempre un paso adelante?

    Estando en contacto con el cliente, viendo sus necesidades, abriendo la cabeza, yendo al exterior, buscando qué hay en otros lugares. Hay que estar siempre atento. Hoy todo lo digital ayuda, pero a veces igual hay que viajar y estar en contacto.

    ¿Hay mucha renovación en los productos industriales?

    Hay mucha tradición y muchos productos que históricamente se van manteniendo, las aplicaciones de repente pueden ir cambiando. Pero, más allá de eso, siempre está el desarrollo, la química no descansa. Además, hay que ir buscando alternativas para satisfacer las necesidades que se van generando en el mercado, ya sea en cuanto a productos o en cuanto a servicios. Las maneras de compra también van cambiando y hay que actualizarse.

    ¿Cómo es la forma más habitual de compra? ¿Tienen canal web?

    Estamos trabajando en desarrollarlo. Hoy en día mantenemos una relación con los clientes muy estrecha y muy personal. Entendemos que hay que aggiornarse en lo digital, pero sin perder ese contacto. Tenemos que estar presentes y cerca del cliente para saber qué es lo que necesita. Nosotros entregamos en todo el país, por medios propios y por medios tercerizados. También lo pueden venir a retirar.