Nº 2215 - 2 al 8 de Marzo de 2023
Nº 2215 - 2 al 8 de Marzo de 2023
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa descomposición política y social parece definitiva. Mediante la hiperpartidización y los argumentos mal olientes, el deterioro se consolida. A los bufones de todos los partidos no les importa mentir, insultar, atribuir intenciones o inventar conspiraciones. Su único objetivo es sumar fanáticos mediante la tesis de que los malos siempre están en la vereda de enfrente. Le comenté mi preocupación a un veterano político y para mi sorpresa los justificó: “¡Así se hace ahora política!”. Cayó en la cloaca. Aunque el paso del tiempo endurece, esto todavía me provoca ganas de vomitar.
Quienes erosionan son amorales e inmorales. Cuando atacan mediante eufemismos o generando hechos sin distinguir lo correcto de lo incorrecto, lo lícito de lo ilícito, son amorales. La inmoralidad se produce cuando actúan en contra de principios morales pese a tener plena conciencia de lo que está bien y lo que está mal e igual embisten.
El único terreno en el que se había actuado con mesura era la Justicia, sin deshonrar a jueces o fiscales. Son los reguladores sociales para asegurar el bienestar común mediante la aplicación de las normas; cuando se los descalifica sin fundamento el derrumbe asoma. Y esto nada tiene que ver con las críticas lícitas a las decisiones judiciales, bienvenidas en toda democracia.
La Justicia fue creada para asegurar el orden social y el bienestar común mediante orientaciones legales, castigos y sanciones. Su importancia reside en organizar a la sociedad de manera imparcial, y cuando se acusa falsamente a quienes la administran estaremos perdidos. Dentro de ese marco, políticos de la oposición reiteraron las embestidas contra la fiscal de flagrancia Gabriela Fossati. Si tuvieran pruebas de que es corrupta —porque de eso la acusan elípticamente en el contexto de sus cuestionamientos— formularían una denuncia penal o recurrirían a la ley para que la Cámara de Senadores la destituya por ineptitud, omisión o delito en el ejercicio de su cargo. Como nada de eso existe, optan por hacer política menor.
Primero argumentaron que los delitos del excustodio presidencial Alejandro Astesiano —delincuente de cuarta producto de la uruguayez del gobierno— se hayan definido mediante un proceso abreviado entre la Fiscalía y el investigado, como lo establece la ley. Les vino bien para hacer zancadillas. Han sostenido que si la fiscal hubiera seguido el juicio la condena habría sido mayor y se habrían descubierto otros hechos de corrupción en el entorno del gobierno. ¡Que siga el carnaval para agitar las cloacas!
Pretenden hacernos creer que ese proceso es un invento uruguayo pese a que se utiliza en todo el mundo con sistemas judiciales modernos. Permite renunciar a un largo juicio mediante un acuerdo. Es para agilizar la instrucción, el enjuiciamiento, el fallo de determinados delitos y evitarle al Estado mayor costo. Astesiano fue condenado por asociación para delinquir en reiteración real con un delito continuado de tráfico de influencias, un delito continuado de conjunción de interés personal y público y un delito continuado de revelación de secretos a la pena de cuatro años y seis meses de penitenciaría, 100 UR de multa e inhabilitación especial por cuatro años.
Fue votado por todos los partidos luego de un profundo análisis de los principales especialistas. El pedido de condena para Astesiano refrendado sin objeciones por el juez Alejandro Asteggiante es irreprochable. Pero como seguramente la mayoría del talud partidario no lo conoce (y si lo conoce se hacen los giles), vale la pena que lo lean 1.
Otro ataque político a Fossati apunta a su decisión de considerar indagado al sociólogo Gustavo Leal sobre una reunión que mantuvo con familiares de Astesiano en la Barra do Chui. Por lo que declaró como testigo puede existir un eventual delito de encubrimiento cometido aquí y no en el exterior, como argumentan sus defensores. La fiscal le intimó a que designara un abogado (Diego Camaño) y como indagado tiene legalmente el beneficio de otras garantías: derecho a no producir prueba en su contra, derecho a solicitar medidas probatorias y, a diferencia de un testigo, derecho a mentir en el ejercicio de su defensa. Es la Fiscalía la que debería probar un eventual delito. Por lo tanto, muchachos, a quejarse a Figureti.
Aunque Fossati amplió las garantías de Leal, armaron un entrevero encabezado por el presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira. Haya procesamiento o archivo, por la torpeza de su “operativo fronterizo” algunos correligionarios tildan al sociólogo de un zonzólogo desprestigiado con el solitario apoyo de Pereira. Esa etiqueta será permanente.
Fossati aguantó hasta que decidió defenderse porque ningún colega suyo intervino de oficio como en el caso del presidente del gremio de los fiscales, William Rosa, víctima de un odio racial. Por eso Fossati planteó denuncias por difamación e injurias contra Pereira, el director de Caras y Caretas, Alberto Grille, y tres usuarios de redes sociales, informó el periodista Gabriel Pereyra. Al presidente del FA le atribuye haber afirmado que “no habría actuado de acuerdo a derecho” y de actuar en favor del oficialismo. “No ha tenido claridad (…). Llamó a muchos testigos durante este caso y el único que pasa a calidad de indagado (Leal) es de la oposición”, dijo.
Grille cuestionó el proceso abreviado “complejo, corto en su duración y apresurado en su finalización”, y dentro de ese accionar opinó que optó por favorecer al oficialismo: “Dejó por fuera a los de arriba y le dio con un fierro a los de abajo”.
Dentro de este panorama irrumpieron otras “noticias” para intentar demostrar una conspiración del gobierno. El periodista de Maldonado Leonardo Secinaro confeccionó un árbol genealógico de la familia Fossati con la pretensión de erosionar a la fiscal porque tiene hermanos trabajando en el gobierno, en particular, Guillermo, en el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), al que ingresó en 2020.
Secinaro razonó: “¿Cómo podemos pensar que la fiscal Fossati va a ser neutral? Sinceramente cuesta creerlo, tal vez con el archivo de las causas, su hermano pase de tener un contrato de ‘trabajo temporal’ a uno permanente, porque, ya que nos enteramos de estas cosas, podemos comenzar a poner en tela de juicio su trabajo, lo lamento por la señora fiscal, pero los hechos hacen que todos dudemos de su buena voluntad a la hora de juzgar a los poderosos de turno, los mismos que le dieron el trabajo a su hermano. Entonces puedo llegar a entender porque respeta tanto la investidura presidencial como no leer los mensajes con Astesiano por pedido de Presidencia de la República”.
La extraña deducción se basa en su presunción política con el apoyo de la forzada influencia de la genética biológica. Ese argumento fue publicado por el semanario Crónicas del Este, la agencia de noticias Uy.press y La Red 21, apéndice del diario La República. También la replicaron redes sociales con espíritu militante.
Así nos va.
1) https://www.gub.uy/fiscalia-general-nacion/comunicacion/noticias/ex-custodio-presidencial-condenado-asociacion-para-deliquir-entre-otros