En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Dura casi cuatro horas, un pequeño detalle que conviene saber. Pero Un elefante sentado y quieto (China, 2018) es una obra maestra. La historia ocurre en un día tremendamente concentrado, dramático, saturado de voces violentas y sonidos en una ciudad del norte donde el cielo es gris y negra la esperanza de una mejor vida. Tres personajes confluyen: un anciano solitario, a quien le han matado el perro y a quien su familia no hace otra cosa que recordarle las ventajes de internarse en un geriátrico, un muchacho que huye de un mafioso porque ha golpeado a su hermano (todo por un celular robado) y una compañera de clase del muchacho que huye de su casa luego de haber sostenido una relación indecorosa con un profesor. Los tres intentarán tomar un autobús que se dirige a Manzhouli, donde supuestamente hay un elefante sentado y quieto, figura mitológica que implica algo de paz al final de cualquier trayecto. Para emplear una comparación con un cine occidental de extensiones similares y con personajes que se cruzan en su camino, es como si Robert Altman (Nashville, Short Cuts) se hubiese tomado un ácido, no hubiese salido de la depresión y terminase hablando en chino, sin perder un ápice de su talento.
, regenerado3
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
La desesperación que reina en el ambiente, la modulación perfecta de las imágenes, la muy cuidada fotografía (hay una maravillosa secuencia frente a una gran estación de trenes y autobuses con la paulatina caída de luz de la tarde), el trazado certero de los personajes y sus imponentes actuaciones, naturalistas, vibrantes, con un efecto casi documental, parecen provenir de un experto y veterano cineasta a quien le ha llevado una vida modelar esta obra monumental. Sin embargo, el director y guionista Hu Bo solo había realizado un par de cortos antes de abordar este proyecto, que también se origina en una novela propia. Los productores, y uno piensa que en cierta forma acertada y racional, le pidieron que acortara su material. Y cortó hasta llegar a estos 230 minutos, y de allí en más la muerte, dijo. El dato trágico fue que Bo, con apenas 29 años, se suicidó antes del estreno de Un elefante sentado y quieto. Quizá ese fue el último acto para conservar la integridad de una película que en estos días exhibe Cinemateca y seguramente integrará los grandes hitos de la historia del cine.