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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl traspaso de la presidencia del Mercosur y dichos del canciller Rodolfo Nin Novoa agitaron el avispero seriamente.
No es un asunto sencillo, y se está mirando en las redes sociales y espectro político en blanco y negro. O se está a favor de Venezuela (el gobierno) o se está traicionando al Mercosur (opositores) ¡¡y ahora directamente a Brasil!! No soy experto en política internacional pero hay cosas que llaman la atención. Para empezar, nuestro gobierno, sí, es claro y cierto que ha dado apoyo, o por lo menos ha rehuido a sancionar a la Venezuela de Maduro. Entiendo que ha dado apoyo la fuerza política, y el presidente y canciller han evitado sancionar a Venezuela para evitar un quiebre político interno, donde el MPP, el PCU, entre otros, pero particularmente Mujica, apoyan el bloque de afinidad ideológica liderada por Cuba. Particularmente el canciller Nin Novoa, ha criticado seriamente a Maduro, y ha tratado al régimen, si bien no por falta de democracia, sí por su autoritarismo. Si se vota una sanción a Venezuela, el gobierno queda partido. Por otro lado, si Brasil, Paraguay y Argentina entienden que hay motivos para sancionar a Venezuela, ¿por qué no llevan directamente la propuesta de inhabilitación de la misma manera que se actuó con Paraguay? Excusas livianas de tono netamente político y tecnicismos con poco asidero, son expuestos, pero nadie mueve un dedo.
También es cierto que sorprendió la aparición del canciller Serra con el dos veces presidente brasileño, de improviso en nuestro país. No tengo por qué dudar de las palabras del canciller cuando deschava las intenciones brasileñas, menos cuando sabe que la sola mención nos mete en un brete complicado con el coloso del norte. Nuestro socio, que cuando al propio presidente Vázquez se le puso hacer un TLC con EEUU, nos llamó al orden porque había que pedirle permiso a Brasil y al Mercosur para hacer arreglos comerciales extras. Sin embargo, ahora es Brasil que decide per se hacer los TLC, y en vez de consultar al resto del Mercosur, avisa que está en sus planes y, como bien sabemos, el resto de los países tenemos que bailar al paso de los lusitanos criollos.
Ni tanto ni tan poco. Creo que Uruguay estuvo bien en pasar la presidencia pro témpore a Venezuela y no creo que lo haya hecho de buena gana, sino obligado precisamente por las decisiones de los socios. ¿Pretendían que Uruguay se hiciera cargo de un fardo que prepararon y que les sirvió en su momento a los gobiernos anteriores de sus respectivos países? Uruguay se hace cargo (a medias porque buena poca gana están poniendo en la relación), comediando al “respetar la ley” (y sacarse el fardo). Argentina y Brasil se tienen que hacer cargo de las decisiones de sus predecesores y son ellos como hermanos grandes, como les gusta decir (me rechina decirlo, pero fueron hermanos abusadores), los que, si hay que ponerle el cascabel al gato, deben hacerlo. Por poder agarrar mejor al gato y porque sus países fueron los que soltaron al gato.
Hacerse los otarios y pretender botijear a Uruguay no está bien. Sobre todo porque tanto el equipo económico, como la Cancillería y la Presidencia, están apuntando a abrir el país al mundo, muy a pesar de su propio partido político (pero no les da la nafta para sondear una alianza con la oposición, solo porque se les parte el partido). Eso del país primero, no es para ellos. Pero lo cierto es que quieren y no pueden. Con esta decisión de pasar la presidencia del Mercosur y dejar en evidencia a Brasil con sus históricos arreglos poco claros bajo cuerda, el gobierno parece que está buscando un quiebre sin decirlo, y teniendo el acuerdo comercial con Chile, buscando la salida al Pacífico, y con TLC empezando con Chile, Perú, Colombia y seguramente con EEUU. Lo que no sale por el este, saldrá por el oeste. Y en definitiva, esa estrategia no parece mal. Va a correr sangre en el FA, y creo firmemente que es el escollo para que estos jerarcas del gobierno no “queden mal”, no con su electorado, sino con el apoyo tutelado de los sectores de izquierda radical, que son los que les mueven al movimiento obrero fundamentalmente (ya están en la gatera), y tienen una capacidad de movilidad política que se hace sentir, y jaquean a la gestión de gobierno. No por el volumen en este último caso, sino por el ruido que hace, y sobre todo por la posibilidad que el fallido Nobel se ponga a terciar, que es peor a que se ponga del lado de su gente. Es un tema político que le puede costar el próximo gobierno, además del destierro a estos jerarcas. Están tanteando el ambiente y orillan con el conflicto interno.
Salirnos del Mercosur nos haría bien para mover la modorra ganada en estos años donde el dinero venía fácil, y el cual no se acumuló para hacer un colchón que apoyase a la reconversión productiva en un marco de TLC. Los negocios actuales no parece que caigan y si lo hacen es porque nos penitenciaron. Pero bueno, por algún lado habría que empezar. Y la jugada del gobierno no me parece del todo descabellada. Por lo demás, si se los juzga por parecer “aliados” del madurato, o parodiando una enemistad con Brasil, me deja sin cuidado. Cualquiera de los dos países están tan jodidos, que lo último que pensarán es que Uruguay les puede hacer una roncha. Lo importante es pensar en nuestro país y abrirnos de una vez por todas al mundo, para poder empezar a caminar de verdad.
Mag. Álvaro Sánchez Balcewich