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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáManuel Oribe envió la siguiente carta a su amigo Larravide: “Querido amigo, recibí su carta y su magnífico obsequio, le devuelvo ambas cosas. Lo uno, porque no merezco los conceptos con que me favorece, y porque como su amigo leal, creo que no conviene a Ud., para el porvenir dejar con su firma esa carta cortesana de los tiempos de Luis XIV, mal dirigida a un republicano.
El regalo porque es demasiado valioso y no conviene a mi decoro aceptarlo, ni a Ud. el hacerlo dado nuestras posiciones respectivas.
No debo ni quiero quedar obligado a persona alguna del modo que me obligaría la admisión del importante presente que Ud. tiene la amabilidad de hacerme en este día de mi cumpleaños”.
La dignidad, el orgullo de un legajo honrado y decente, no son patrimonio de partido político alguno sino de cada ser humano. Cierto es que los círculos virtuosos hacen que gente con principios y valores similares se junten y se conformen grupos positivos y los círculos nocivos, hacen que quienes comparten intereses espurios, ambiciones inescrupulosas se junten y conformen grupos negativos.
En política se debe buscar obtener el respaldo popular y ganar para llevar adelante proyectos e ideas, pero ganar para que valga la pena como decía Wilson, porque la liviandad y mediocridad de parte de la dirigencia política, hace que un slogan mejor que otro defina una elección y en esa cómoda expectativa se sustentan muchos. No pretendo cambiar el sistema ni ser un analista político, pretendo ser un crítico ciudadano que se niega a callar las verdades que otros no dicen a cambio de concesiones, privilegios o cargos.
El anuncio de Pedro Bordaberry de no ser candidato en 2019, deja al Partido Colorado con una baja tremenda, que les costará tiempo superar, pero sé que lo harán. El Partido de Rivera se renovará en su dirigencia que ya aparece y en el futuro recuperará electorado, pero para el 2019 no parece ser una buena noticia para la oposición de cara a enfrentar al Frente Amplio.
La aparición del Partido de la Gente y Edgardo Novik, es un fenómeno interesante y un proyecto valiente que merece ser reconocido, pero tampoco parece tener para el 2019 la fortaleza electoral que le dé posibilidades de definir.
El Partido Independiente debe seguir siendo una referencia ética de la política y ha dado interesantes aportes, sobre todo de parte del senador Mieres.
Por lo dicho, parece que el camino para que la minoría mayor de los partidos de la oposición la tiene el Partido Nacional. Pero me niego a festejar ser el menos malo o ganar una carrera de petizos, dado que merecemos ser preferidos por ser mejores entre varios buenos y ganar una carrera de pura sangres.
Por lo dicho, el destino de nuestra patria a partir de las elecciones de 2019 se definirá entre continuar con el Frente Amplio o cambiar por un gobierno del Partido Nacional y con el mayor respeto, si no gana el Frente Amplio es por errores u horrores de ellos, no por mérito de la oposición. Los brutales episodios de Pluna y Ancap bastarían para que el cambio ya se hubiese dado.
Por el Banco Pan de Azúcar y algunas otras denuncias de corrupción, el Partido Nacional no fue premiado por la gente en 1994, siendo electo por segunda vez el Dr. Sanguinetti. Luego Luis Alberto Lacalle Herrera no fue nunca más electo presidente, así como Jorge Larrañaga y Luis Lacalle Pou no pudieron superar ni a Vázquez ni a Mujica.
¿Por qué la ciudadanía no toleró a unos y sí tolera a otros? ¿Por qué se castigó por años a unos y no a otros?
Mi opinión es que el concepto de alternativa es decisivo y lo que ha pasado es que el electorado uruguayo no ha encontrado en la oposición al Frente Amplio ese concepto, es decir, ningún candidato creíble ni fuerte como para acompañar y dejar de votar al Frente Amplio.
El dicho “cómo será la cañada, para que el gato la pase saltando” parece bien representativo. ¿Cómo serán los candidatos de la alternativa, para que el electorado siga votando hace 30 años en Montevideo y 15 años en lo nacional al Frente Amplio, con la pésimas gestiones que han desarrollado.
La ciudadanía prefiere seguir votando mayoritariamente al Frente Amplio y no a los candidatos que ha ofrecido nuestra colectividad. Es triste, pero es así…
No representamos a la mayoría del pueblo uruguayo con nuestros candidatos y ellos solo insisten. Porque aunque pierden, son electos senadores, diputados o designados en cargos y con eso tiran 5 años más y así indefinidamente.
Se puede recorrer todo el país y visitar a los compañeros de siempre, los que permitirán ganar la elección interna, pero no quedan dudas de que falta liderazgo y conducción para ser atractivos a los que no son electorado cautivo, juegan en la cancha chica de los comités, donde se sienten cómodos, abrazados, saludados y aplaudidos, solo pensando en aferrarse a los cargos, pero no hay visualización de un eventual gobernante que cambie el destino de nuestro país y que sea respetado y admirado en escenarios neutrales o adversos como un estadio, un tablado de carnaval, una feria de ganado o una feria capitalina, pero sin aplaudidores, banderas, militantes y custodios en su entorno, sino solitos, como simples ciudadanos de a pie…
No quiero caer en la paradoja de que ganar es peligroso, porque deseo que mi Partido Nacional llegue al gobierno, pero cuando veo los denominados “equipos” o “asesores”, pienso si esos monjes negros piensan que transformaron la positiva (fracaso total) en la negativa, es la gran estrategia para ganar.
Un líder y quien aspira a ser gobernante no permite que le manipulen su personalidad, sino que su personalidad es la que hace adaptarse a las estrategias, su entorno no lo condiciona sino que él condiciona a su entrono y nada de eso vemos por ahora.
Por último, digo que no me gusta que mi partido se transforme en el recito de premiar a arrepentidos que cambian apoyo por cargos, pensando que ellos traerán los votos de la vereda de enfrente, como se premió a la comunista Graciela Bianchi como legisladora (senadora y diputada) solo por pasarse de bando, sin tener votos marcados por ella o militancia partidaria como antecedente.
Ahora aparece el diputado Gonzalo Mujica, a quien respeto por su decisión de abandonar el Frente Amplio, siempre que no termine siendo en 2019 candidato a legislador de mi partido (acuerdo mediante), porque no trae votos y se volvería a premiar la mera traición en detrimento de los queridos compañeros partidarios.
Que se valore en su justa medida la actitud de ese legislador y de todos los que quieran ser parte de un proyecto distinto al actual, vengan de donde vengan. Pero el mencionado legislador antes de su escisión del FA, fue en todos los gobiernos frentistas un poco conocido legislador que integró el MPP y Asamblea Uruguay, por tanto responsable de los mismos.
Lamento que los enamoradizos de los conversos y temerosos de los leales, desvirtúen la esencia de nuestro Partido, pero la historia los juzgará y hasta el momento su saldo es deudor.
Espero que el partido fundado por Manuel Oribe, no sea mancillado y que si ganamos, (trabajaremos duro para ello), al final de su gestión honremos la carta del comienzo…
Dr. Marcelo Maute Saravia