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El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAyer, mi amigo Don Qujote, me recordó que estamos en el mes en que falleció su padre, Don Miguel de Cervantes Saavedra. Y nos narró también que de sus obras la más famosa era la que había escrito sobre él: El Quijote. Es cosa que cada día que pasa adquiere mayor vigencia. Es —creemos nosotros— la Biblia de la literatura y de la filosofía universal. Nos enseña el caballero de la triste figura, en primer término, “que su oficio es y ejercicio es andar por el mundo enderezando y deshaciendo agravios”. Que nos desea: “Dios te dé vida y salud y mi no me olvide”. Nos afirma que “en la vida hay que luchar para defender a las doncellas, amparar a las viudas y socorrer a los huérfanos y menesterosos”. Señala que “en el cielo poco valen los bienes de fortuna, ante la muerte las ropas y toda diferencia desaparecen, todos quedan iguales en la sepultura. Menéndez y Pelayo dice que “el Quijote siempre pone el brazo armado al servicio de la moral y la justica Y “Unamuno, al terminar de leerlo, exclamó: “¡Y si la vida es sueño déjame soñarla inacabablemente!”.
Atilio Arrillaga Simpson