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    El avión presidencial

    Sr. Director:

    , regenerado3

    ¡¡¡El avión… el avión!!! Disculpe la paradoja de la Isla de la Fantasía, pero adelantándome al final verá qué significa…

    En las ediciones Nº 1.904 y 1.905 de Búsqueda, en “Cartas al Director”, salieron publicadas tres cartas de mi autoría, dos de ellas mencionan el avión presidencial, al cual me quiero referir:

    De estas cartas, he recibido muchas felicitaciones (o posibilidades de trabajos por la claridad técnica) inclusive desde el exterior y una crítica o posible amenaza.

    En ellas yo me referí al valor del avión presidencial antes de que lo comprara el estado o Ministerio de Defensa, al cual valuamos según el mercado en U$S 380.000, y luego adquirido o comprado por el Estado, en U$S 1.010.000 (nuevo valor del bien a fines de enero de 2017). Para lo cual hay una diferencia de valor de U$S 685.000.

    Recordemos la exposición de motivos presentada en la Comisión de Defensa por parte del senador Dr. P. Bordaberry, de febrero pasado, en la cual se defendió el valor de mercado de la plataforma, mencionado anteriormente.

    Hoy, varios meses después, el valor mercado de la aeronave (pese a que tuvo algunas reparaciones en el exterior pero no vuelos presidenciales) está en un rango de U$S 340 a 370.000 y bajando en virtud de la vida útil y el poco uso y mercado a la baja.

    El mercado de ventas de aeronaves en el país está muy frío, similar al mercado inmobiliario, muy relacionado con la situación económica del país.

    Recordemos un frase  de un amigo: “La industria aeronáutica es la primera en entrar en crisis y la última en levantarse”.

    Lo que expresé anteriormente es sobre el avión presidencial, pero hoy me quiero referir al avión Cessna 414 CX LUR, que se pretende vender en la petrolera Ancap o en Alur (recordemos el tema del valor mercado). Sabemos que la empresa anda necesitando un tasador o valuador y los vamos ayudar.

    Esto es parte de texto del diario “El País” de julio 2016: “Ancap se quiere deshacer del avión que Alur SA compró en 2012 por U$S 385.000, y que hasta ahora le ha costado otros U$S 500.000 por uso y mantenimiento. Considera que ahora ya no lo necesita, y la aeronave pasa más tiempo en el hangar que en vuelo. Sin embargo, no encuentra institución que la acepte y se haga cargo de mantener sus gastos”. Lo que demuestra que ya el año pasado se quería vender.

    Si bien la aeronave se ha mantenido  en buen estado  de mantenimiento aeronáutico (buen trabajo de la OMA, responsable del mismo), se encuentra en buenas condiciones pese a su edad (36 años, es de 1981) y al accidente o incidente de viento fuerte (en febrero pasado), sufrido en el hangar del aeroclub de Melilla, que dañó principalmente una hélice y que obliga a un TBO de overhall de motor y hélice.

    Como se mencionara en varios reportajes de la administración anterior de Ancap, fue muy usado por la misma por Alur.

    Deberemos sacar las siguientes conclusiones: 1) El avión de Ancap no vale más que el avión presidencial hoy. A valor de mercado, técnicamente el primero —que es un bimotor a reacción— es más caro y el segundo —un bimotor a hélice con menor capacidad de pasajeros y carga—, es más barato en cualquier mercado aeronáutico.

    2) Al valor de mercado hoy, el avión presidencial HAWK 700 se valuó más arriba en la presente nota y en las anteriores, y el de Ancap o Alur se valúa entre U$S 230.000-250.000 y a la baja por edad, con necesidades ambas plataformas de overhall por calendario. Lo cual nos da una pérdida aproximada de U$S 185.000 más el mantenimiento preventivo, no calculado, en el de Ancap-Alur de aproximadamente U$S 500.000.

    Si le sumamos que los empresarios de la extinta Alas Uruguay, no han pagado las cuotas que le deben al Fondes (5 cuotas de U$S 163.000)… ¿Quién las paga y quién las controla o se hace responsable de las mismas? ¿En dónde se perdieron U$S 15.000.000?

    Si recordamos los inconvenientes políticos y judiciales  que siguieron a la extinta y respetada y recordada Pluna. En donde se perdieron U$S 132.000.000 o más.

    O sea que en negocios aeronáuticos se perdieron aproximadamente U$S 148.895.000 en algunos pocos años, esto quiere decir que vamos bien.

    Es lógico concluir que el gobierno no se lleva muy bien con los negocios aeronáuticos, y no lo menciono yo solo, el Dr. R. Reilly en una nota del diario “El País” o en notas aparecidas en enfoques (semanario aeronáutico), quizás por falta de conocimiento, experiencia o —lo que es peor— mal asesorado…

    Por lo cual, la paradoja de la Isla de la Fantasía se hace real…

    No se encuentra a la vista el avión del futuro Uruguay, y ni siquiera el rumbo del avión o su destino final. ¡¡¡¡¡¡¡Lo que es peor es que no se vislumbran aeropuertos de alternativa!!!!!!!

    Rdor. Diego Ravera