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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl candidato frenteamplista Tabaré Vázquez parecería tener una suerte de “gabinete en la sombra”, como existe en otros países, pero integrado por opositores que controlan la gestión de un gobierno. Sin embargo, en este caso es oficialista y lo llama más sentimentalmente: “El equipo del corazón”. Equipo que, si gana las elecciones, va a estar en la cancha jugando el partido: Danilo Astori, Víctor Rossi, María Julia Muñoz, Álvaro García, Marina Arismendi y Eduardo Bonomi. Eso es lo que surge de una información de Búsqueda (10/04/2014).
Entonces nos preguntamos: ¿el Dr. Vázquez juega con la desmemoria de los orientales? Porque, empecemos por el principal, Danilo Astori, candidato a repetir la cartera de Economía, tan alabado por algunos empresarios complacientes con el poder de turno. Él y otro posible futuro ministro, Víctor Rossi, fueron los grandes culpables de la asociación de Pluna con Leadgate, causante de la pérdida de cientos de millones de dólares, que estamos financiando con nuestros impuestos todos los uruguayos y que significó la prisión de Campiani y dos de sus socios.
Luego, al actual vicepresidente también le caben las responsabilidades del caso en el sainete grotesco del remate, segundo acto del culebrón Pluna, con el “caballero de la derecha”, la presión de Fernando Lorenzo sobre Calloia y el aval “perfecto” de este, que terminó con el procesamiento de ambos. Sin olvidarnos de la omnipresencia aún no aclarada de Juan Carlos López Mena.
Sin duda, en la primera parte (Elberse, Campiani-Leadgate, 75% de Pluna, garantía solidaria por la totalidad de los aviones), el gran responsable fue el jefe de Estado, Dr. Vázquez, asesorado por Astori y Rossi. Así como en el cierre (la ley, el remate y el aval) el gran responsable fue —asesorado por Astori, Lorenzo y Pintado— el actual primer mandatario José Mujica, quien heredó una horrorosa situación que, pese a que ya era difícil, supo empeorar.
¿Se acuerdan de la gestión de la Dra. María Julia Muñoz al frente del Ministerio de Salud Pública? Además de demostrar una particular habilidad para las lonjas y los bailes encima de las mesas, fue la ejecutora del macabro plan Vázquez para eliminar la competencia de los hermanos Leborgne. Estos, Félix (posteriormente fallecido) y José Honorio Leborgne, tenían como principal pecado ser propietarios de la Clínica Doctores Leborgne, la más prestigiosa del ramo, la que tiene los aparatos más modernos y adelantados en materia de radioterapia y sobre todo, la que era la principal competidora de COR (Centro de Oncología y Radioterapia), que pertenecía a Tabaré Vázquez y luego a su hijo, el doctor Álvaro Vázquez.
Por ello, y no por otra cosa, el Dr. José Honorio Leborgne, fue declarado cesante del cargo de director del Instituto de Radiología y Lucha contra el Cáncer del Hospital Pereira Rossell. El cerebro fue Tabaré Vázquez y el brazo ejecutor complaciente, la Dra. Muñoz.
¿Se acuerdan de la gestión de Marina Arismendi al frente del Ministerio de Desarrollo Social? ¿Que uno de los hitos fue haber nombrado a su yerno en el Ministerio? Pero un día hubo un motín —de los cientos que se produjeron en la Colonia Berro en su administración— con toma de rehenes, asado criollo, festejo de cumpleaños, demolición de las instalaciones. Arismendi, que fue recibida por un joven con un hacha en la mano, tomó la jefatura de las negociaciones con los amotinados y acordó con ellos la transferencia de algunos al hogar Ariel. Otros, bajo la conducción al volante del senador Eduardo Lorier, serían trasladados fuera del centro y posteriormente la mayoría de esos “tiernos gurises” se escaparían amenazando a la ministra y a su suplente, con un hermoso corte casero colocado delicadamente en la garganta.
Del letrista carnavalero Álvaro García hay que recordar que al asumir su cargo de ministro de Economía, al son de las murgas presentes, Daisy Tourné, que le daba la posesión, resaltó sus méritos para el cargo, afirmando que es “el mejor poeta popular del país, sensible y considero este atributo esencial para estar asociado a la economía”.
En cuanto al anuncio de mantener a Eduardo Bonomi como ministro del Interior —en caso de ganar—, Vázquez, en su estilo de “yo no fui”, se ríe de la gente en general. Porque la inseguridad es la principal preocupación de la opinión pública y el desempeño de Bonomi es marcadamente deficiente.
El Vázquez de antaño no hubiese cometido ese error, máxime con una persona que notoriamente no es de su círculo íntimo. Eso nos demuestra que los años no pasan solos. Aun para Tabaré. Y eso quedó patentizado, pese a la benevolencia de los periodistas, en su intervención en “Código País”, del Canal 12.
A lo largo del tiempo y de los gobiernos, los partidos tradicionales han cometido muchos errores y por ello, quizá, nos merecíamos un gobierno de izquierda, que significara un cambio. Y lo tuvimos: el gobierno de izquierda, no el cambio de procederes. Esas izquierdas criollas integradas por más de dos docenas de grupos o grupúsculos demostraron —desde el 1º de marzo de 2005— que podían cometer los mismos errores que los partidos tradicionales y agravarlos.
Con más clientelismo pero con menos idoneidad, competencia y eficiencia para el desempeño de las funciones; con más burocracia pero menos rumbo y sin políticas de Estado; con más ideología, sectarismo y pequeñeces vengativas con las cuentas a cobrar y menos tecnificación de los servicios públicos; con más nepotismo y menos sentido del ridículo, de la dignidad de la función, del cuidado de la imagen y del lenguaje del gobernante.
Sin embargo, en el momento actual la candidatura de Vázquez impulsa el eslogan “Vamos bien”, es decir, el inmovilismo, la continuidad, el sigamos así como estamos y por la misma senda. Y ni siquiera es original, porque es el que usaba Fidel Castro para intentar afirmar que Cuba, en escombros, iba bien.
Quizás por todo lo anterior, los últimos datos de Factum ratifican los ya publicados por Interconsult, Cifra y Equipos Mori: la oposición sumada tiene un porcentaje de intención de voto más alto que el Frente Amplio.
Parecería que, finalmente, el tradicional amianto de la coraza “progresista” está resistiendo menos el fuego, después de nueve años de administrar el gobierno, de ejercitar el poder y de repartirse el botín.
¡Ya era hora!
Adolfo Castells Mendívil