—Sustituye en el decanato de Derecho al abogado y político nacionalista Juan Andrés Ramírez. ¿Su elección constituye cierta continuidad?
—Continuidad en el sentido de que ya en el decanato de Gonzalo Uriarte (2014-2017) se aprobó un nuevo plan de estudios para Abogacía y Notariado, y lo que tenemos que hacer es terminar la implementación de ese plan. También continuidad en la excelencia académica en la enseñanza, en la docencia y en la investigación que se postuló en el decanato de Ramírez. Hacia eso estoy encaminada, con mucha fuerza.
—Cuando asumió dijo que quería generar nuevas herramientas que favorezcan el análisis crítico de los estudiantes. Citó el caso de Abogacía y Notariado, y mencionó la necesidad de atender las particularidades que presentan las licenciaturas en Relaciones Internacionales, Relaciones Laborales, y Traductorado.
—Lo primero es trabajar para favorecer el análisis crítico del Derecho. Todo ese bagaje necesario que tiene que acompasar los momentos que estamos viviendo de cambio. En el caso de Relaciones Laborales, era una tecnicatura y pasó a ser una licenciatura. Como todo nuevo plan, necesita ajustes y modificaciones, que se van viendo a medida que se va implementando. Lo que hicimos fue poner nuevas materias opcionales, y seguramente tengamos que cambiar o mejorar las materias actuales que tiene. Siempre hay que hacer ajustes en los planes. No nos vamos a ocupar solamente de Abogacía y Notariado, sino que vamos a tener en cuenta también la problemática de cada una de las cinco carreras que se dan en nuestra facultad.
—¿Qué cambios trae aparejados el nuevo plan de estudios para Abogacía y Notariado?
—Implica un cambio en la forma de enseñanza. Por ejemplo, hay talleres en otra modalidad y eso trae cambios en la docencia, en la manera de encarar la forma de dar clase, en cómo los estudiantes se enfrentan al Derecho, significa que hay casos para analizar; y eso implica otro tipo de razonamiento, de pensamiento crítico. No es ya el conocimiento del Derecho a través de la teoría, sino la aplicación de la teoría al caso, y eso implica otro tipo de razonamiento, de pensamiento crítico.
'Vamos a adecuar los salones a los medios tecnológicos. El ejercicio de la abogacía y seguramente también del notariado cambiará y tenemos que ver cómo acompañar a los estudiantes en ese sentido'.
—¿Se busca acompasar los cambios en el Derecho?
—Claro, exactamente. El cambio tiene que ver con la evolución de la sociedad y del Derecho. Hay grandes cambios en la forma de ejercicio del Derecho y tenemos que preparar a los estudiantes para eso, porque vivimos un mundo que cambia rápidamente. Agregaremos materias opcionales que estarán enfocadas en esa dirección, más ajustadas a la realidad que les tocará vivir. Mi idea es también profundizar en la cuestión del pensamiento crítico del estudiante e invitarlo desde el inicio a participar en investigación. Eso me parece muy importante. Hay convenios con otros países de América y Europa y formalizaremos otros para facilitar la movilidad estudiantil y docente a través de pasantías o estancias en otras universidades. También queremos favorecer la investigación conjunta entre docentes y universitarios.
—¿En qué cosas concretas ve que la facultad ha quedado desacompasada respecto a los cambios en el ejercicio Derecho?
—Por ejemplo, en la utilización de la tecnología. Vamos a adecuar los salones a los medios tecnológicos. El ejercicio de la abogacía y seguramente también del notariado cambiará y tenemos que ver cómo acompañar a los estudiantes en ese sentido. Incluiremos nuevos cursos sobre ética en el ejercicio profesional, en argumentación jurídica, que será otra materia opcional.
—Suele señalarse que a los abogados les falta preparación en litigación oral, tanto en el área civil como ahora en la penal; ¿harán énfasis en eso?
—La argumentación jurídica y otras materias tendrán en cuenta todos esos cambios que hoy existen en ejercicio del Derecho, puntualmente las habilidades de los abogados, y también de los jueces y de los fiscales. Cuando se graban las audiencias hay que tener las fortalezas jurídicas para el buen ejercicio en estos campos. La introducción de los talleres será muy útil para los estudiantes, bajando la teoría a la práctica para que salgan ya con la posibilidad de entender a cabalidad el ejercicio del Derecho.
—¿Usted nota una baja en la calidad de las nuevas generaciones?
—La educación tiene que cambiar a todos los niveles, no solamente al universitario. Yo no soy crítica. No podría decir que los actuales egresados tienen menos preparación que los del pasado. Diría que también está en los docentes la capacidad de motivar al estudiante y lograr su interés. En cada una de las generaciones siempre hay excelentes estudiantes y no soy crítica de la formación actual respecto de las anteriores. Tampoco creo que sea algo generalizado.
—Sin embargo, el Centro de Estudios Judiciales debió bajar la exigencia de su prueba de ingreso porque muy pocos abogados conseguían aprobarla. También la Suprema Corte de Justicia manifestó preocupación por un descenso en el nivel de los profesionales…
—Ese es un problema, más que del estudiante, del docente. Si los estudiantes egresaron y llegan a la escuela judicial y no tienen suficiente preparación... esos estudiantes lograron aprobar. Yo soy cuidadosa en ese tipo de juicio. Por eso mi idea es fortalecer la enseñanza de manera tal que lleguen con una mayor formación.
—Desde el CEJU y la Corte se ha planteado la falta de interés de los estudiantes por hacer la carrera de juez. La presidenta de la Corte, Elena Martínez, dijo que les falta vocación de servicio. ¿Piensa que eso se debe promover desde la facultad?
—Creo que lo que se tiene que promover es el amor por las distintas carreras. El respeto y el amor, por ejemplo, por ser abogado. El respeto por ser juez.
'La educación tiene que cambiar a todos los niveles, no solamente al universitario. Yo no soy crítica. No podría decir que los actuales egresados tienen menos preparación que los del pasado. Diría que también está en los docentes la capacidad de motivar al estudiante y lograr su interés'.
—Usted es la tercera mujer en asumir el decanato de Derecho y también ha sido la primera mujer Grado 5 en Derecho Laboral, ¿en qué ha cambiado el rol de la mujer en la universidad?
—No me gusta personalizar sobre mi caso. Pero creo que sigue existiendo la discriminación en toda la sociedad uruguaya respecto de la mujer, y tenemos que trabajar para una igualdad real. La discriminación existe en la sociedad, en el trabajo y también en la academia. Yo me estuve fijando cuántas mujeres son grado 5 en esta facultad y hay muchas menos grado 5 que en otros roles. En dirección de institutos tampoco es fácil llegar para las mujeres. No digo que no sea posible, pero es un poco más difícil.
—A pesar de que desde hace décadas hay una feminización de la matrícula universitaria, los hombres aún son mayoría en los cargos altos. ¿Por qué ocurre eso?
—Es un tema de estereotipos y de cultura que todavía pervive. Nuestro país ha dictado varias normas sobre la igualdad, pero de la ley a la realidad hay todavía un camino por recorrer. Porque muchas personas dicen no discriminar, pero en la realidad hay discriminación. A veces está a nivel inconsciente, otras veces hay un poco de hipocresía. Es un tema de poder.
—Otras decanas que han logrado “romper” el famoso “techo de cristal” aseguran que el sexo femenino aún se ve limitado por un cuello de embudo laboral que se da por cuestiones ajenas a las capacidades y más a cierto amiguismo o conocimiento entre pares...
—Eso sin duda. En realidad, es un tema de poder (sonríe). Hay que seguir trabajando y hay que involucrar a toda la sociedad. Y hay que convencer que es por una cuestión de justicia. La igualdad tiene que ver con la justicia. La igualdad en el trabajo, en el reparto de las tareas del hogar... Es un tema cultural acerca del rol que se le asignó a la mujer en la sociedad. Y eso no se cambia solo con la ley; se cambia realmente con el convencimiento de que es una cuestión que obedeció a determinada época pero no tiene que ser así. Pero bueno..., hay una cantidad de cuestiones que se mezclan ahí, hasta religiosas, por eso es tan difícil cambiar.
—¿Cree necesario trabajar sobre la discriminación desde lo formativo?
—Exactamente, desde la educación. Desde la escuela y después a todos los niveles. Pero hay que hacer un cambio cultural, porque el cambio en la ley está. No quiere decir que no se haya trabajado, pero falta...
—El Poder Judicial y la Fiscalía trabajan, con apoyo de la ONU, en la elaboración de una guía para que los jueces incorporen la “perspectiva de género” en sus sentencias. ¿Debería incorporarse esta mirada en el plano académico?
—Sí, estoy pensando en el estudio del Derecho con perspectiva de género.
—¿Sería una asignatura específica o un enfoque transversal en las distintas áreas?
—Hay que pensarlo de manera general. Ya veremos cómo se lleva a la práctica. La seguridad social tiene la perspectiva de género y muchas normas en nuestro país tocan las cuestiones con perspectiva de género. Hay que ver en la enseñanza del Derecho cómo se aplica.
—¿Qué opina de la adaptación del lenguaje inclusivo en la academia?
—La adaptación del lenguaje inclusivo pasa por una resolución del Consejo. El problema que se plantea es que en las normas no puede existir confusión en los conceptos, las leyes lógicamente tienen que ser claras. Pero eso no quiere decir que no se piense que el lenguaje tiene sentido y yo respeto esa cuestión.
–Cuando en 2015 asumió como coordinadora de la carrera de Relaciones Laborales, el PIT-CNT expresó en una carta temor de que la academia se alejara del movimiento sindical. ¿Cómo ha sido su relacionamiento con la central sindical?
—Apenas ingresé, celebramos un convenio con el PIT-CNT para que los estudiantes de Relaciones Laborales hagan pasantías de finales de grado. Había que encontrar lugares para hacer pasantías, y yo uno de los lugares que conseguí además del Ministerio de Trabajo fue el PIT-CNT. Celebramos un convenio con el entonces decano, Uriarte, y con los dirigentes, en el marco de un convenio más grande con el PIT-CNT y la universidad. Ha sido una experiencia muy buena. A fin de año tuvimos una reunión, solicitada por el PIT CNT cuando asumí como decana, con representantes del Cuesta Duarte y con dirigentes del PIT-CNT. La relación ha sido muy buena. Estamos con muchos vínculos y es lo que corresponde, porque la universidad debe estar abierta, en el caso de la carrera en Relaciones Laborales, a los sindicatos y también a las empresas.
?? Trámites “más cortos” para revalidar títulos
?? No “abusar” del término acoso