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    El guardián de la ortodoxia

    Nº 2156 - 6 al 12 de Enero de 2022

    Mañana, viernes 7 de enero, se cumplen cinco años del fallecimiento de Ramón Díaz, fundador de nuestro semanario.

    En reiteradas oportunidades hemos escrito sobre su biografía, su vida, su carrera académica y periodística, tanto en Uruguay como en el extranjero, sus logros, sus luchas, sus inquietudes, su militancia en el liberalismo.

    Nunca nos parece suficiente. Recordarlo es revivir su paso por la vida, la cátedra, su trayectoria en cargos de gobierno, su huella en esta publicación, que ideó, fundó y dirigió, en la que dejó memorables aportes a su inclaudicable lucha por la libertad.

    Ramón –que así lo llamamos coloquialmente en Búsqueda- tuvo muchas virtudes, pero transar, o conceder, no estaba entre ellas. Téngase en cuenta que Búsqueda no se llama así desde la concepción de la idea de una publicación con este perfil. Mientras recorría la ciudad buscando el apoyo de amigos que le permitieran financiar la salida de una publicación liberal, se llamaba “El Intransigente”. Recién cambió de idea tras una charla con una de esas personas, a la que no le gustó ese nombre tan duro, y le propuso algo como el título de un libro que estaba leyendo (que se llamaba, en francés, À la recherche d´une nouvelle philosophie —En la búsqueda de una nueva filosofía—). Acto seguido, al verlo reflexionar a Ramón en silencio, esa persona le espetó un enfático ¡ahí tenés un nombre, llamalo Búsqueda! Ramón aceptó la idea y le cambió el nombre al proyecto, pero el espíritu del intransigente siempre flotó en el aire de sus ideas y sus columnas. No transaba con el populismo, la burocracia, el dirigismo estatista, cualquier piedra que se interpusiera en el camino de la libertad.

    Coincidentemente, esta semana también se cumple otro aniversario: la salida del Número 1 de Búsqueda, en enero de 1972. Cumplimos cincuenta años. Medio siglo ya. Hace ya unos cuantos años que somos el semanario más longevo de la historia uruguaya. Ya habrá tiempo de celebrar el medio siglo de vida en los próximos meses, pero hoy queremos recordar a nuestro fundador.

    En el número uno, Ramón escribió sobre el sentido y la orientación que tendría la nueva publicación, bajo el título “A la Búsqueda de una Nueva Doctrina Económico-Social”, subtitulando “Una doctrina para la Libertad”. En el párrafo inicial dijo: “Los objetivos de nuestra búsqueda van delineándose. Entrevemos una nueva idea del Estado. Más fuerte pero menos invasor de la esfera de libertad del individuo. Más compacto, más eficaz, más acorde con las necesidades del siglo. Pero esta idea del Estado es incompatible con la doctrina económico-social que predomina entre nosotros. Por lo que tendremos también que lanzarnos en pos de una nueva doctrina que oriente la marcha de la nación por ese campo”.

    Por esa nueva doctrina Ramón luchó toda su vida, sin dar un paso atrás. En su prédica y en su búsqueda tuvo éxitos –no demasiados- frustraciones –unas cuantas- pero siempre fiel a sí mismo, y a su filosofía de vida. Discutió, debatió, argumentó, se enojó muchas veces, pero siempre sin rencores ni odios. Él procuraba convencer, así una y otra vez constatara que su interlocutor no aceptaba sus ideas. Y volvería a intentarlo. No es sencillo ser liberal sin marcha atrás.

    Fue director de la OPP, presidente del Banco Central, profesor de Economía, presidente de la Sociedad Mont Pélerin (fundada en 1947 por Friedrich Hayek), figura destacada dentro y fuera del país, pero para nosotros fue siempre Ramón. Hoy se puede recorrer gran parte de su profusa trayectoria en una página web —ramondiaz.uy— y en un libro, en venta en librerías, titulado Historia Económica de Uruguay, que recopila muchos de sus principales trabajos. El fundador, el luchador, el inspirador, el orientador, el portador de la antorcha.

    El guardián de la ortodoxia.