El jueves 9 hubo peregrinación desde varios lugares del país hasta Rivera. Los ex presidentes Jorge Batlle y Julio María Sanguinetti y los principales dirigentes del Partido Colorado viajaron a ese departamento para apoyar al único jefe comunal de esa colectividad, Marne Osorio.
Osorio fue reelecto intendente con el 55% de los votos y tenía un índice de aprobación del 75%. En un largo discurso, Osorio no hizo referencia al Partido Colorado y puso énfasis en las acciones que se deben tomar para mejorar la situación de un departamento “que no quiere ser más representativo de las comunidades con indicadores socioeconómicos más desfavorables”.
En entrevista con Búsqueda, Osorio dijo que los colorados perdieron la vieja condición de ser un partido con diversidad.
Dijo que reclamará al gobierno nacional que transfiera recursos para que las intendencias puedan financiar actividades que hoy realizan, como la reparación de centros educativos o la atención en salud.
—Es un desafío adicional a los propios del gobierno y de la gestión. Es una responsabilidad adicional para los que creemos que, en algún momento, nuestra colectividad tendrá la oportunidad nuevamente de estar en el escenario nacional con posibilidades verdaderas.
—En su discurso no hubo referencia al Partido Colorado, sino a las medidas de gestión. ¿Esa omisión fue deliberada?
—Somos así en el quehacer del gobierno. Cuando salgo en campaña electoral, no engaño a nadie y le digo a la gente que soy colorado desde los 16 años. Pero parto de la premisa de que, desde el gobierno, trabajo para todos e invito y necesito a todos para trabajar. Estoy esforzándome al máximo para que los programas nacionales aterricen en el departamento, no solo demandando, sino poniendo recursos. Tal vez sea una de las particularidades que permite que la gente en mayo vote como vota. No se vota solo la bandera, es mucho más, es un estilo. El proyecto de desarrollo se sostiene con un proyecto político y el proyecto político se sostiene con el Espacio 2000. Pero la lógica no es la tradicional.
—¿Piensa que se puede replicar esta forma de trabajo en otros departamentos para buscar la recuperación del Partido Colorado?
—Creo que sí. Hemos aprendido que a la gente en realidad no le gustan las reyertas, no le gustan las discusiones que se apartan mucho de las necesidades de la gente. Estoy convencido de que esto puede ser perfectamente replicable. Nosotros acá tenemos una “concertación” que no es generada desde una asamblea o de un acuerdo político. Tenemos una “concertación” que surge de un proyecto de desarrollo de un departamento. En la campaña hubo gente subiendo a los estrados, hubo gente encabezando listas a la Junta Departamental llevándome como candidato a intendente, con una trayectoria de vida dentro de otra colectividad. Ellos decían: “Yo no dejo de ser blanco, pero estoy convencido que este es el mejor proyecto para Rivera y quiero ayudar no solamente con el voto”. Me pasó también con gente del Frente y del Partido Independiente. Creo que esto es lo que podemos presentar en una grilla de un partido que tiene que abrirse. No digo que sea la panacea, pero sin dudas es algo diferente.
—¿Evaluó lo que le pasó al Partido Colorado en octubre y en mayo?
—Nuestro partido se presentó con muy pocas alternativas. Se presentó con casi una alternativa y media. Perdimos aquella condición de ser una fuerza política con una enorme diversidad en su interna. Era tan diverso que en una punta tenía un sector claramente volcado a la derecha y en el otro extremo un sector claramente volcados a la izquierda, con patas fuertes en el centro volcadas hacia la izquierda, que fueron las banderas que se nos cayeron y que hoy están levantando otros. Los que seguimos teniendo el mismo sentimiento batllista, socialdemócrata, tenemos que ir a buscarla.
—¿Cómo logra eso?
—Hay que ir a hablar con la comunidad. Tenemos que salir a recorrer el país, pero no solo hablar con dirigentes, sino con trabajadores. También hay que hablar con las estructuras empresariales de cada departamento, las organizaciones civiles.
—En su discurso de asunción planteó que Rivera es una de las cenicientas en materia de desarrollo humano. ¿Qué plantea para mejorar esta situación?
—Cuando se lee el mapa del país en materia de desarrollo humano, los departamentos del norte son los que tienen los indicadores más desfavorables. Y no es un tema actual, es histórico. Revertir esto significa abordar desde muchas perspectivas esa situación que se ha venido generando en el correr del tiempo. Allí hay algunas acciones que tienen que ir focalizadas directamente a los nichos de mayor pobreza en el departamento, acciones que permitan romper algunos círculos viciosos. Hoy tenemos muchas acciones en el territorio, pero que se realizan en forma aislada y que no cambian la realidad, sino que atienden una situación de emergencia. Hay que hacerlo, pero eso no genera el cambio. Eso lo que genera es una suerte de dependencia al asistencialismo del gobierno. Tenemos que atender la pobreza de forma integral: darle la vivienda, garantizar que accedan a los centros educativos, trabajar con ellos en la inserción laboral, generar nuevos hábitos de convivencia.
—¿Cómo trabajará con el gobierno nacional en este tema?
—El presidente cuando estuvo en el Congreso de Intendentes dijo que iba a haber trato igualitario para todos; creo en él y confío en que así será. Y esto debería significar que todos los programas nacionales no solamente caigan desde el gobierno nacional en el territorio, sino que aspiramos a ser protagonistas en su aterrizaje.
—La semana pasada Búsqueda informó respecto a que solo cinco intendencias (Montevideo, Maldonado, Rocha, Canelones y Colonia) se autofinancian con los tributos. En estos días, varios departamentos han sido noticia por problemas financieros. ¿Cómo cree que se debe encarar este problema?
—Nuestra Intendencia tiene una economía ordenada pero, claro, es una intendencia pobre. Hoy tenemos un nivel de recaudación que nos permite pagar todo lo que son gastos de funcionamiento y prácticamente no nos permite hacer inversiones. Somos los que defendemos que los recursos vuelvan al departamento, porque le dicen partidas nacionales pero son recursos que se recaudan en el departamento. Defendemos que retornen en mayor cantidad porque forma parte de ese cambio de realidad que puede permitir viabilizar inversiones, generar empleos. Los recursos que nos pueden permitir seguir el proceso de transformación en materia física, de infraestructura, salud, educación, tienen que ser recursos que provengan del Presupuesto nacional.
—¿Ya lo planteó al gobierno nacional?
—Estamos charlando con el gobierno, poniendo como piso los recursos que se manejaron en el período pasado. Ahí se manejó el Fondo de Desarrollo del Interior (FDI), donde el 33% se ejecuta desde los gobiernos departamentales y el resto desde el gobierno nacional supuestamente en el territorio. Pero no hay una coordinación adecuada para poder priorizar hacia dónde van a ir esos recursos. Ese es uno de los temas que tenemos que trabajar. Ojo, no le adjudico mala fe, ni intencionalidad política, es un tema a mejorar. Después tenemos los recursos del artículo 214 de la Constitución, que forman parte del proceso de descentralización y que nos permiten a los gobiernos departamentales pagar la enorme carga tributaria que tenemos. Pagamos más aporte patronal que cualquier otra empresa del Estado (el doble) y pagamos IVA siendo que no podemos descontarlo. El 23% de todas nuestras inversiones las vemos desaparecer. El otro componente es todo lo que hacemos los gobiernos departamentales para lo que no tenemos presupuesto. Por ejemplo, la atención en salud que hacemos en el interior del departamento —son más de 7.000 ciudadanos—, la hacemos desde la gestión departamental: la atención médica, policlínicas, odontología. Sin embargo, no recibimos las cápitas que reciben las otras instituciones que están incluidas en el Sistema Nacional Integrado de Salud. No quiero no brindar el servicio, quiero mejorarlo, pero necesito que me den los recursos. Y lo mismo podemos hablar en el área de educación: las reparaciones de escuelas las hacemos nosotros y no tenemos recursos para ello. Queremos que nos transfieran la responsabilidad formalmente y no de hecho, y que de la mano de ello lleguen los recursos.
—¿Cómo evalúa el funcionamiento de los municipios?
—En esto tenemos una descentralización política extraordinaria. Ahora hay que dar respuesta y la respuesta va de la mano de recursos. Hoy los alcaldes están con un tenedor porque tienen la demanda, pero los cinco años pasados la plata que había era la misma que la de las Juntas Locales. Es decir, siguieron dependiendo de la pobreza que podíamos distribuir nosotros desde el gobierno departamental. Hoy ese tema está en la mesa de trabajo y la expectativa que tenemos nosotros es que el 33% del FDI se distribuya entre las intendencias. Propongo que otro 33% se distribuya entre los municipios, con la participación de los gobiernos departamentales dando el soporte técnico y operativo, pero que no sea dinero a libre disponibilidad. Elaborados los proyectos, que pase a la comisión de descentralización, que el proyecto se apruebe y que los recursos vayan contra avance de obra.