Uruguay presenta un historial relativamente limpio como pagador y solamente un episodio que fue considerado como un incumplimiento quedó reflejado en las notas que asignan las agencias como Standard & Poor’s (S&P), Moody’s o Fitch.
Uruguay presenta un historial relativamente limpio como pagador y solamente un episodio que fue considerado como un incumplimiento quedó reflejado en las notas que asignan las agencias como Standard & Poor’s (S&P), Moody’s o Fitch.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEs que las primeras calificaciones del país datan de hace apenas dos décadas. Desde entonces Uruguay estuvo cerca del infierno (la cesación de pagos) y también tocó el cielo, como ahora al recibir el investment grade de S&P.
En 1993, a pedido de una institución externa, Moody’s otorgó a los títulos uruguayos la calificación “Ba1”, la mejor posición dentro del rango “especulativo”. Un año después, el gobierno solicitó una evaluación de S&P apostando a una mejor nota, pero recibió igual consideración (“BB+”, también un escalón previo al grado de “inversor no especulativo”).
En febrero de 1997, las agencias Duff & Phelps e IBCA le dieron a Uruguay la nota “BBB–”, el mínimo peldaño del investment grade y en junio de ese año también lo hizo Moody’s. Según esa calificadora, durante el siglo XX el país “solamente incurrió en atrasos (de pago) en la década del 30 y, por un par de semanas en 1965, en el marco de una seria crisis bancaria que tomó a las autoridades por sorpresa”, señalaba en el comunicado que informó de la mejora de la nota. Ponderaba particularmente la reforma del sistema de seguridad social que había sido aprobado en 1996 y que estaba orientada a “superar el déficit” financiero del mismo.
S&P le dio al país el grado inversor el 13 de julio de 1997.
Las agencias más relevantes mantuvieron el grado de inversión no especulativa hasta que en los primeros meses de 2002 se combinó en Uruguay una recesión económica con una crisis bancaria que hizo dudar de la capacidad de pago del gobierno. S&P fue la primera en degradar la nota.
En abril de 2003 la administración del presidente Jorge Batlle anunció una propuesta de canje de deuda y de inmedianto Fitch y S&P castigaron la nota colocándola un escalón por encima del default (en “C” y “CC”, respectivamente).
El camino para recuperar el investment grade llevó unos diez años.