Entre marzo y julio las ollas y merenderos populares brindaron 7,9 millones de platos y un aporte equivalente a US$ 11,6 millones
El coronavirus, entre sus múltiples y diversas consecuencias, trajo de vuelta a Uruguay algunas escenas que parecían haber quedado atrás. Ya en marzo, cuando el virus recién desembarcaba, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, reconocía que ni en sus pensamientos “más pesimistas imaginaba que volvería a atravesar una situación igual o peor que la de la crisis de 2002” (Búsqueda Nº 2.065). Lo decía sentado frente a una muralla de alimentos no perecederos prontos para ser donados.
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