Los ingleses tienen un refrán muy sensato que dice: “Si todos pensáramos igual, no habría carreras de caballos”.
Pero hay veces que uno tiene la impresión de que corren como 200 caballos en la misma carrera.
Algo así paso en las recientes elecciones peruanas, en las que compitieron 17 candidatos diferentes (y vean en lo que terminó ese mosaico: ganó el peor).
Algo parecido ocurre ahora con el “caso Boca Andrade”. Mamma mía… Nunca vi tantas opiniones diversas, tantos matices, tantos énfasis, tanta pasión.
Un grupo de sicólogos, sociólogos y politólogos de la Udelar organizó un simposio bajo el título La incidencia de la morosidad municipal junto con el abordaje de la construcción sin planos en el enfoque del progresismo comunista.
En su transcurso, el socio-sico-politólogo Braulio Elsurrea Lista (graduado como licenciado en Genética Política en la Universidad de La Habana) manifestó que “la prescindencia intencional del aporte y el pago de la contribución inmobiliaria es una reafirmación del libertarismo marxista-leninista, aun si la víctima no recaudatoria es también perteneciente al mismo partido político del victimario, porque la contribución inmobiliaria es un claro símbolo del poder burgués sobre las clases humildes”.
En una posición bastante diferente, el Centro para la Desratización Progresista y la Fumigación contra las Plagas Frenteamplistas, organizó un taller sobre El desafío del Boca, o la bofetada marxista a la economía de libre mercado. Durante su desarrollo de los trabajos, el Cnel. (R) Gumersindo Sipué Dotescracho dijo que “estos microbios del neoterrorismo anarquista priorizan y promueven el desfalco tributario a fin de debilitar las arcas del tesoro en el Estado de derecho, para verlo agonizar de asfixia y luego tomar por asalto los centros de poder, como lo hicieron Fidel en Cuba, Chávez y Maduro en Venezuela y Ortega en Nicaragua”.
Si se tratara solamente de estos dos casos tan opuestos y enfrentados, todo sería más comprensible. Pero alcanza con recorrer los medios de comunicación y las redes sociales para encontrar otros enfoques tan variados como originales.
Por ejemplo, al intendente de Canelones le preguntaron de frente y mano por el caso Boca y dijo que no tenía nada que opinar, pero que aprovechaba para recordarles a los contribuyentes de su departamento, vivan o no en él, que con el pago de sus aportes por impuestos como la contribución inmobiliaria es que se pagan los sueldos de los trabajadores municipales, y que para los que hayan debido atrasarse, por las razones que fuere, existen planes y convenios y otros tipos de facilidades. Tiro por elevación, que le dicen.
Por su parte, el senador Enrique Rubio creó la campaña Un Peso para el Boca, y ya mandó fabricar unas alcancías que se colocarán en las mismas mesitas de las esquinas en las que se juntaban firmas contra la LUC, de manera de recaudar fondos para auxiliar al indefenso y contumaz deudor tributario, que no ha podido hacer frente a la ingente suma de $ 200 mensuales (que viene omitiendo pagar desde hace 10 años), que corresponden al “terreno baldío” en el que, por arte de birlibirloque, apareció una casa de dos plantas con churrasquero-barbacoa en la terraza de la planta alta, que nadie había detectado hasta que el tenaz Bicho Amaral dio con ella por casualidad.
Ni corto ni perezoso, el PIT-CNT se sumó a la campaña recaudatoria, proponiendo que quienes firmaron contra la maldita LUC cedan voluntariamente el 1% de sus sueldos y jornales con el mismo altruista fin.
El Frente Amplio desenterró las actas de la resolución de apoyo sólido, unánime y uniforme a Raulito Sendic, las fotocopió y procedió a borrar donde decía “Raúl Sendic” y poner en su lugar “Boca Andrade”. Alguien trajo a colación entonces la grabación de las palabras de Tabaré Vázquez diciendo que nunca había visto un bullying tan cruel e intenso como el que le estaban haciendo al vicepresidente, pero la mayoría se inclinó por no volver a divulgarlas en este caso.
Por Twitter, los anónimos de siempre reflejaron expresiones tan disímiles como “no aflojes, Boca, que quieren distraer a la opinión pública con esta trampa para que no se hable del aumento de los combustibles”, o “foca defraudadora, ganás casi 300 lucas y no sos capaz de hacer una obra sin estafar al Estado que estás sirviendo, renunciá y dedicate al contrabando de garrafas en la frontera”, o también “patriota progresista, generoso donante a las causas nobles de los que menos tienen, loor a tu cruzada por la redención del hombre nuevo, ejemplo para la humanidad”, o asimismo “rata almizclera, miserable defraudador de tributos y aportes, sos el oprobio de la clase política, a la que nunca debiste pertenecer”. En fin, para todos los gustos.
Falta que el Sunca saque un comunicado diciendo que el Plan Atlanta vuelve a conspirar contra las bases del progresismo, que se extiende nuevamente por Latinoamérica, y que termine con un voto de aplauso para el nuevo presidente peruano.
Pero hay una esperanza: se trata de la novedosa Fundación Siembra, surgida de la inspiradora y fértil mente del senador Alejandro (a) Pacha Sánchez, que ha abrevado en variadas fuentes tales como Aristóteles, Einstein, Proust y Engler para promover una civilización de amor y entendimiento que sane las heridas, cierre la grieta y todos podamos abrazarnos, querernos, perdonarnos y olvidar viejos rencores.
Se sabe que han seguido profundizando en otras frases de fuentes tan inspiradoras como las que ya mencionaron en su lanzamiento y que incluyen ahora a la Biblia (“amaos los unos a los otros”), Condorito (“plop”), Santo Tomás de Aquino (“el bien puede existir sin el mal, pero el mal no existe sin el bien”) y el Ruso Rosencof (“la fantasía, ¿sabés?, es la única cualidad humana que no está sujeta a las miserias de la realidad”).
La Fundación Siembra está organizando una mateada con picada de chorizos en el propio rancho del Boca en San Luis, a la que asistirán Yamandú Orsi, Álvaro Delgado, Carolina Cosse, el Nacho Álvarez, el senador Manini, el Pepe Mujica, el Lito Alfie, Ehrlich y Javier Miranda. Entre todos plantarán un ceibo en el “terreno baldío” y cantarán a coro A don José.
Qué país tan generoso el nuestro…
