Historia nacional de la ineficiencia.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPluna: 70 años de pérdidas, primero privada, después estatizada, después asociada a Varig, y por último gestionada por Leadgate mientras el Estado subsidiaba y era garante de las pérdidas.
Mujica: armó un remate en el que no había oferentes y hubo que suspenderlo. Para no quedar expuesto y pagar el precio político, organiza un SEGUNDO REMATE. Va a buscar a López Mena de queruza, a la sordina, mientras sale en los diarios durante días anunciando cantidad de interesados (falsos) en los aviones. López Mena quiere los aviones sin los empleados (por esa época López Mena soñaba con su línea aérea, un sueño ineficiente a todas luces que ya abandonó en semi-bancarrota), pero Mujica no quiere decirles a 200 empleados de Pluna que no tienen más trabajo porque es inviable, y arma el vodevil del remate pidiéndole a López Mena que se meta de alguna manera poco evidente, en las sombras, y se lleve los aviones.
López Mena: entiende por “manera poco evidente de meterse en el remate” mandar al padrino de sus nietos y ex empleado de BQB, a nombre de una empresa menos creíble que ACME. Al día de hoy López Mena sigue “pagando” el aval en el BROU que sacó para Cosmo a las apuradas. No sufran por él, igual tiene un espeto corrido de deuda con el BROU en el que le tachan o le agregan ceros según la temporada y el momento de la relación.
El caballero de la derecha: en la era de Google se presenta con su segundo nombre y segundo apellido con la ilusión de que nadie lo va a rastrear.
El ministro Lorenzo: aparece en una foto comiendo en un restorán céntrico con López Mena y el caballero de la derecha.
Calloia: da un aval por teléfono a una empresa que no existe y que venía a comprar aviones que valían 10 veces más que todo su capital.
El escribano Seitún (de la Hora de los Deportes al Remate de Pluna): anota mal el nombre del caballero de la derecha en uno de los folios, y después no lo arregla porque no le anda el pendrive (literal, eso declaró), además se olvida de cambiar el texto preconfigurado que dice que hubo puja en el remate cuando en realidad hubo un solo oferente.
El pendrive del escribano Seitún: no anduvo, obvio.
Pintado: me eximo de cualquier comentario al respecto de su ineficiencia.
El fiscal Gómez: pone en el auto de procesamiento de Calloia que se perjudicó a terceros con el aval a la empresa fantasma, cuando todos sabemos que no había terceros, ni segundos, ni primeros, nunca hubo un oferente real en el remate más allá de la pantomima del caballero de la derecha.
El tribunal de apelaciones: le parece que darle un aval de 13 palos verdes por teléfono y en 5 minutos a una empresa desconocida no es abuso de funciones.
Dedica el fallo revocatorio a resaltar la ineficiencia del fiscal Gómez que —según el tribunal— basa la causa en un perjuicio inexistente, ya que al no haber más oferentes no se perjudicó a terceros.
La Suprema Corte de Justicia: revoca el fallo del tribunal de apelaciones, y dedica el fallo a resaltar la ineficiencia de ese tribunal por agarrarse artificiosamente de una parte secundaria del auto de procesamiento del fiscal Gómez.
Danilo Astori: es un fenómeno de la naturaleza, un tornado subtropical de autodestrucción política. En el Frente Amplio le pusieron Pluna de sombrero y él se anduvo paseando con ese sombrero puesto durante toda la campaña electoral, tanto que puso a Calloia y Lorenzo en sus propagandas. De alguna manera se apoderó de un desastre de todo el gobierno, de todo el Frente Amplio, de todo el país. Resultado: dos bancas menos en el Senado.