Haciendo boca

Después de varios meses pasando el mensaje “se acabó la fiesta, bajen un par de cambios en los Consejos de Salarios, compañeros, cambien los bizcochos por galleta malteada y ensillen el mate si se les lava, no se extralimiten, hay que cuidar lo que conseguimos en estos 10 años hermosos”; se aparece con una puesta en escena a todo vapor, rimbombante, pomposa, que consistía de un telón negro, un power point, y todos los ministros sentaditos atrás esperando la foto (incluso algunos con cara de “¿y a mí cuánto me toca, a ver, qué color de la barra es el mío?), a anunciar las inversiones récord del Estado uruguayo, ¡inversiones récord mundial de la historia de la humanidad universal uruguaya! Entonces es como que está en esta fase de gobierno a la que le podríamos llamar “litio para el colectivo”, en la que él nos va regulando el estado de ánimo y nosotros tenemos que responder adecuadamente a sus estímulos. No hay que estar preocupados. Pero tampoco hay que ser imprudentes. No hay que negar la realidad. Pero tampoco hay que achicar. A su vez, también está la parte más vehemente de sus mensajes que no es para nosotros, sino para la oposición. Hay una actitud “insértate el felino doméstico en el recto hasta llegar al duodeno” de Tabaré de la que no debemos hacernos cargo, está claramente dedicada a la oposición, y cuando digo la oposición me refiero al MPP y al gobierno saliente de Mujica y a los bolches que agitan los sindicatos para que le peguen a Tabaré y Astori y a Valenti. No es que Tabaré esté enojado con nosotros, chiquilines, no se preocupen, toda la parte en que le refriega por la cara los números y habla del récord guinness de las inversiones es con la oposición.