N° 1803 - 12 al 18 de Febrero de 2015
N° 1803 - 12 al 18 de Febrero de 2015
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn pocos días visitará nuestro país una misión técnica de los servicios veterinarios de Japón con la finalidad de verificar información aportada por el Ministerio de Ganadería, como paso previo a la apertura de ese mercado para la carne vacuna desosada y madurada.
La reapertura del mercado nipón (destino que estuvo operativo hasta la crisis de aftosa de 2001 en Uruguay) es de gran trascendencia estratégica para el país pero difícilmente genere un impacto en la valorización de nuestras carnes, como de antemano pudiera presumirse.
Japón es el segundo líder mundial en la importación de carne vacuna en términos de valor (2,9 billones de dólares) detrás de Estados Unidos (5,4 billones de dólares), según datos de Comtrade para el año 2014. El consumo total de carne vacuna en Japón asciende a 1,3 millones de toneladas anuales, de las cuales 750.000 toneladas (57% del consumo total) es carne importada. Sus principales proveedores son Australia y Estados Unidos (más del 90% de lo importado), con una gran participación de carne australiana que creció en forma exponencial desde el año 2004, momento en que su principal proveedor de aquellos tiempos (Estados Unidos) sufriera un caso de encefalopatía espongiforme bovina (vaca loca) a tres años de que un brote de esa misma enfermedad afectara a Japón. A raíz de esos episodios, la población japonesa bajó el consumo de carne vacuna por temor a la enfermedad, con una pérdida de confianza significativa hacia el producto.
La carne en Japón se consume en preparados que tienen una corta exposición al calor, ya sea directamente al fuego o hervida en agua. Debido a eso, la carne normalmente es cortada en fetas y preferida con un contenido de grasa intramuscular muy significativo (marbled cuts), producto ante el cual la carne uruguaya no tiene cómo competir con la estadounidense o incluso la de feedlots australianos, por nuestra condición de productor de carnes magras en base a pasturas. A pesar de ello, una porción importante (y en aumento) del consumo de carne vacuna en Japón es bajo la forma de hamburguesas. Australia es quien le provee la mayor cantidad de carne manufactura (trimmings) provenientes de ganado de pasto con destino a la fabricación de hamburguesas, siendo ese el principal producto exportado por Australia al mercado nipón.
Para Uruguay sería una oportunidad interesante la posibilidad de exportar trimmings magros a Japón (pequeños trozos de carne), pero difícilmente ello sea aceptado del punto de vista sanitario por el país de destino ya que es un producto donde es muy difícil trazar un eventual problema sanitario e identificar al animal que lo causó (en una misma caja de trimmings puede haber carne de varios animales). Tal vez pueda existir la posibilidad de poder colocar carne en manufactura en block o trimmings de cortes anatómicos identificados, pero difícilmente podremos competir en precio. Otros productos muy demandados en Japón son las menudencias, en especial las lenguas, pero Uruguay no quedaría habilitado para menudencias crudas (sí está habilitado a exportarlas cocidas). Otra limitante para Uruguay será las condiciones de acceso arancelario. A partir de enero de 2015 Australia firmó un tratado comercial con Japón por el cual los aranceles comienzan a bajar desde 38,5% (nivel actual) hasta 23,5% y 19,5% en carne enfriada y congelada respectivamente en el transcurso de los próximos 18 años.
Ingresar al mercado de Japón es una materia pendiente para Uruguay ya que es el último mercado del mundo al cual no tiene acceso con carne vacuna por una prohibición de índole sanitaria. Pasar esa barrera le da argumentos al país para defender su condición frente a otros importadores e incluso negociar mejoras en el acceso. No obstante en el corto y mediano plazo es difícil esperar un impacto en la valorización de las carnes uruguayas por el acceso a ese mercado.
(*) El autor es ingeniero agrónomo, especialista en el mercado cárnico y docente de la Universidad ORT