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En los liceos públicos uruguayos existen en promedio 27 alumnos por grupo y muchos especialistas recomiendan disminuir esa cantidad para solucionar los problemas de repetición y abandono. La fórmula parece simple: una proporción relativamente baja de estudiantes por docente aventura mejores rendimientos académicos pues genera relaciones más personalizadas. Sin embargo para ello es necesario construir nuevos liceos y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) asegura que no tiene predios donde hacerlo.
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Ante esa dificultad y la propuesta del futuro gobierno de integrar territorialmente a través de campus los distintos subsistemas educativos, el Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP prepara para este año la construcción de liceos aledaños a escuelas de tiempo completo.
“Nosotros tenemos un conjunto de obras a realizar y vamos a comenzar en estos días. Aspiramos a tener centros más pequeños, sobre todo en educación media, donde la población es fuerte”, adelantó a Búsqueda Javier Landoni, miembro del Codicen.
La intención es construir en las zonas más populosas de Montevideo “liceos chicos”, con dos grupos de 1º, dos grupos de 2º y dos grupos de 3º. Tres de ellos serán desarrollados en los predios donde hoy funcionan la escuela Nº 255 de Malvín Norte, la Nº 330 de Ituzaingó y la Nº 364 del Cerro.
“Perdemos un número muy importante de alumnos cuando los trasladamos a los liceos. El chiquilín, en lugares superpoblados, cuando pasa al liceo se siente perdido. Necesitamos un lugar donde no tenga un desprendimiento tan profundo. Tenemos que ir a centros chiquitos, familiares, identificables, con atención más personalizada, donde esos 50 o 100 alumnos que egresan de sexto de escuela permanezcan en el mismo predio. En Primaria se apuesta a un menor número de estudiantes por maestro y es una de las variables que son exitosas”, explicó Landoni.
Al lado de la escuela Nº 364 del Cerro, conocida como “El Polvorín”, se levantará un liceo porque el actual “les queda muy lejos” a los habitantes de la zona y la ANEP “no tiene ningún espacio” donde construir uno nuevo. Tendrá seis aulas, biblioteca, sala de profesores, batería de baños y un laboratorio que será utilizado junto a Primaria porque “debe profundizarse en los maestros la formación en ciencias”. La intención es que mientras los niños usan el laboratorio los liceales aprovechen el comedor de la escuela como centro de encuentro.
Como muchas de las edificaciones realizadas en esta administración, los liceos se harán en base a modelos de construcción alternativos y económicamente accesibles, como el de prefabricación. “Dan respuestas rápidas y son confortables. No es lo mismo esperar dos o tres años que en 100 días tener un edificio de muy buena calidad. La construcción en el mundo cambió”, dijo Landoni.
Para definir dónde crear los nuevos liceos, el Codicen continuará cruzando datos con el Instituto Nacional de Estadística y el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, que le permiten conocer entre otros elementos en qué zonas la población tiende a crecer o disminuir.
Escándalo.
En octubre de 2012 Wilson Netto y Landoni asumieron respectivamente como presidente y consejero del Codicen, sustituyendo a José Seoane y Nora Castro. En ese momento docentes de San José ocupaban liceos del departamento en reclamo de urgentes mejoras edilicias.
Ante el “escándalo de lo que pasaba con las obras” en los centros educativos públicos de todo el país, Landoni creó el programa “ANEP en obra”, diseñado para solucionar los problemas de infraestructura del sistema mediante tres niveles de intervención (construcción nueva, mantenimiento y acondicionamiento) con la colaboración del Ministerio de Transporte y Obras Públicas y la Corporación Nacional para el Desarrollo.
En ese momento se calculó que llevaría diez años dejar en óptimas condiciones las aproximadamente 3.000 escuelas, liceos y centros de UTU y Formación Docente. Desde entonces la Administración ha invertido 100 millones de dólares anuales, realizando aproximadamente 10 construcciones nuevas por año y 5.000 intervenciones de mantenimiento y acondicionamiento en centros de enseñanza ya existentes.
“Con este nivel de inversión y este nivel de gestión vamos a poder tener en menos tiempo todos los locales con la dignidad que deben tener. Nuestra aspiración es que, si seguimos con este nivel de inversión, antes de los diez años tendremos toda nuestra planta física en condiciones”, afirma hoy Landoni.
Según el jerarca, la mayoría de los centros educativos tiene un nivel “más que aceptable” en un ranking desarrollado por la propia institución para determinar el estado de su planta física. Para divulgar ese tipo de información, este año el organismo agregará a su sitio web una plataforma en la que los usuarios podrán conocer en el momento el estado edilicio y mobiliario de cada centro. El servicio se sumará al ya existente 0800 que permite informar por teléfono a las autoridades sobre problemas edilicios en los centros educativos.
Sin embargo, desde la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) y otros sindicatos de la enseñanza se ha criticado el programa de infraestructura de ANEP por considerar que apuesta demasiado a sistemas de construcción alternativos, sin brindar soluciones definitivas.
Landoni sostiene que ese tipo de sistemas alternativos son pensados para continuarse en el tiempo y se utilizan pues son remedios parciales a situaciones urgentes.
“Las soluciones parciales son de calidad y nos han permitido algo impensable, como resolver en cinco meses el hecho de Maroñas”, dijo en referencia a lo sucedido en junio, cuando dos personas incendiaron parte del edificio compartido por las escuelas 173 y 196 de Flor de Maroñas. Un mes después, la ANEP montó en el lugar aulas prefabricadas para que los 800 alumnos de ambas escuelas pudieran seguir sus clases.