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Las elecciones internas del Frente Amplio van a ser muy entretenidas. Ya más o menos se ve quién va a ser el caballo del comisario, pero las votaciones (y si no, pregúntenles a los que proponen el Sí o el No para derogar o mantener los 135 artículos de la LUC) tienen toda esa etapa previa, llena de dramatismo, escenografía y mise en scène, que resulta apasionante.
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Los comandos de los tres candidatos se reúnen un día sí y otro también en la Huella del Pobre Seregni, para ajustar detalles de lo que hasta ahora viene resultando muy difícil y bastante complicado: los actos conjuntos, en los que los tres presidenciables participen desde la misma tarima, para tratar de convencer al pueblo frenteamplista de que se respetan, se aman, se llevan de lo más bien, piensan casi igual, con pequeños matices, y, una vez concluida la elección, quienquiera sea el triunfador, trabajarán en conjunto y en equipo, con la mira puesta en la felicidad de los uruguayos, de los que los voten a ellos y de todos los demás.
El coordinador de los grupos que apoyan a Fernando Pereira, el exsindicalista devenido en político, es el Lic. Braulio Eldemocris Tiano. Este militante del PDC, que se jacta de ser el que escribió la propuesta original de la candidatura de su amigo, se tuvo que bancar después que la misma fuera aprobada, que se le sumaran (oh, sorpresa) el MPP, el Partido Comunista, la Vertiente Artiguista, los seregnistas progresistas de Bergara y Astori, y una larga lista de grupúsculos militantes que hacen ruido, hacen.
La coordinadora de la única candidata mujer, que llegó segunda en la elección interna de las candidaturas, la senadora Ivonne Passada, es la militante feminista exsocialista Viviana Tríasa, que fue expulsada del PS porque —aunque no tenía ningún parentesco con el espía canario que traicionó a la patria en la II Guerra Mundial filtrando datos secretos a los checos a cambio de unos dólares, whisky y cigarros—, su nombre y apellido eran demasiado parecidos a los del traidor. A madame Ivonne la apoya la Liga Federal, ese nombre que a tantos nos recuerda a la Liga Federal de Acción Ruralista, aquella que lideraba don Benito Nardone. No te hagas muchas ilusiones, muchacha, por más que le hayas ganado a Civila en las internas.
El coordinador del que llegó tercero, el diputado socialista Gonzalo Civila, se llama Roberto (a) Tito Masalaiz Quierda, y es una de las personas que gozan de mayor confianza del joven militante. Dicen que cuando muestra al aire sus dos manos, el Tito muestra primero su mano izquierda, y dice “esta es mi mano izquierda”, y luego exhibe la derecha, y dice “y esta es mi ultraizquierda”. A este candidato lo apoyan el Partido Socialista, la Lista Amplia (tan amplia como el Antel Arena) de Carolina Cosse, y unos cuantos grupos más, pero, Gonzalito, vos tampoco te hagas demasiadas ilusiones. El pingo Piseneté es el del comisario.
—Me parece una exageración de tu parte proponer un acto conjunto de los tres candidatos en el Quincho de Varela —le dijo el Tito Masalaiz Quierda a Braulio Eldemocris Tiano—. Ese lugar está demasiado ligado al Pepe, es marcar la cancha de arranque —enfatizó, siendo apoyado por Viviana Tríasa, que por su parte propuso que el próximo acto conjunto se hiciera en la sede de la Intergremial Feminista Michelle Suárez. La propuesta corrió la misma suerte que la de Braulio.
Después de que Braulio contrapropuso hacer el acto entonces en la chacra del Pepe, para facilitarle la asistencia ahora que está tan viejito, resolvieron dejar el tema para más adelante, y discutieron en qué orden de aparición deberían los tres candidatos intervenir en el acto.
—Obviamente nosotros primero —dijo el Tito Masalaiz Quierda—, porque el apellido de Gonzalo empieza con “C”, letra que está en el alfabeto bastante antes que la “P” de los candidatos de ustedes.
—Si lo vas a hacer por orden alfabético, entonces nosotros proponemos el alfabeto griego —dijo Viviana Tríasa—, en griego la “P” está antes que la “C”, y la “P” de Passada está antes que la de Pereira, porque es “Pa” y después viene “Pe”.
—¿Y de dónde sacaste eso del alfabeto griego? ¿Vos hablás en griego? —dijo el Tito.
—Hablar no sé, pero yo le pregunté eso del orden de las letras en el alfabeto griego a un almacenero del barrio que es nieto de inmigrantes griegos, y me dijo que era así —afirmó Viviana.
—¡Andá a freír churros! —le dijeron los dos varones a la dama, y descartaron la propuesta tan traída de los pelos. Decidieron entonces librarlo a la suerte, poniendo tres papelitos iguales con los nombres de los candidatos adentro de la gorra que había traído el Tito, y le dieron la derecha (bueno, es un decir) a Viviana para que, tapándose los ojos, sacara uno, que resultó ser el de Fernando Pereira. Cuando ya lo iban a dar por resuelto, la gorra se cayó al suelo, y de adentro de ella salieron cuatro papelitos más, todos los cuales resultaron decir “Fernando Pereira”. Braulio tuvo que reconocer que en un descuido había puesto algunos papelitos más con el nombre de su candidato, porque no estaba seguro si era un papelito por cada uno, o más de uno.
Ahí se armó una batahola en la que se dijeron tantas palabrotas que le habría dado vergüenza hasta al Pepe escuchar la sarta de improperios que se cruzaron.
—Decir que Pereira es frenteamplista es como decir que Trump es progresista, banana —le dijo el Tito a Braulio—, ¡es un socialdemócrata!, y vos no hinches más con la identidad de género —le dijo a Viviana—. ¡Si querés género, andá a la Casa de las Telas, vo!
—Y vos preguntales a los comunistas cuántos votos sacó Stalin cuando lo eligieron —le dijo Viviana a Braulio.
Así siguieron injuriándose hasta altas horas de la noche. Todavía no hay fecha para la próxima reunión, pero no importa.
