Sr. Director:
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáSoy uno de los muchos uruguayos (realmente espero que sean muchos) que considera indispensable leer Búsqueda cada semana para entender mejor lo que pasa en el país, en la región y, asimismo, en no pocos casos, en el mundo.
Pero, señor director, me he encontrado recientemente con varias cosas, a mi juicio inexplicables e incluso muy preocupantes, en sus dos ultimas columnas firmadas. Me refiero a Del color de la sangre y Por la negativa. Le daré los motivos de mi consternación en el primer caso y de mi decepción en el segundo, en el orden en que fueron publicadas.
Respecto a Del color de la sangre, me pareció curiosa y quizás parcialmente acertada su categorización de los políticos entre los “carnívoros” y los “herbívoros”. Utilicé parcialmente para no decir superficial o poco acertado; esa es mi opinión y, por supuesto, respeto la suya. Lo que sí me pareció interesante son las varias contraposiciones que en apoyo de su tesis y a su modo de ver se dieron en el país en el curso de las últimas décadas y particularmente en este año 2024.
Me voy a detener solo en la que se está procesando en este momento entre los dos princpales precandidatos del Frente Amplio: la Sra. Carolina Cosse y el Sr. Yamandú Orsi. Todo lo que Ud. fue relatando en el curso de su columna —en el contexto, por supuesto, de la alegada dicotomía “carnívoro” y “herbívoro”— era coherente y, agregaría, muy informativa, hasta que se llega al oráculo de que la Sra. Cosse “va a ser una figura central del próximo gobierno, eso está cada vez más claro” (énfasis mío). Aparentemente, para Ud. el triunfo del Frente Amplio en las elecciones de 2024 es un hecho. Yo pensé, con ingenuidad, que había elecciones este año y que los resultados están por verse. En apariencia, estoy equivocado, y en el lugar de un electorado que determina nuestro destino político hay oráculos (por lo menos, uno importante) que lo predicen, y sin margen de error. Creo que he explicado el motivo de mi consternación en lo que a esa columna respecta.
Respecto a Por la negativa el motivo de mi preocupación es más grave que mi consternación por la anterior. En esta, Ud. desvaloriza y menosprecia de una manera muy excesiva y, por ende, muy injusta, a mi entender, a los líderes políticos del país e incluso a la ciudadanía. No creo que Ud. lo haya hecho de exprofeso pero a mí no me cabe duda de que, a través de lo que se deduce de su columa, Ud. está contribuyendo desde una de las publicaciones más prestigiosas y respetadas del país a socavar la democracia, a debilitar la fe en ella y a minar la confianza en el proceso electoral.
En efecto, ¿prevalece tal grado de “mediocridad” a la que Ud. alude cuando en la misma edición de Búsqueda hay una nota seria y confiable sobre los (muy satisfactorios, agrego yo) “números de la economía” que se refiere a una presentación públicade la Sra. ministra de Economía para rendir cuentas de su gestión y, por ende, del gobierno? Cuando hay una nota que cubre casi dos páginas sobre la gestión del intendente Antía en Maldonado y hace referencia a logros que nadie cuestiona y que nunca se habían alcanzado; cuando se publica un aviso de página entera sobre la próxima participación del presidente Lacalle Pou en el primer desayuno de Búsqueda correspondiente al ciclo 2024 en el que no creo que él hable sobre el sexo de los ángeles; cuando, en la misma edición, hay una nota muy ilustrativa sobre un debate entre la ANEP y la oposición política y sindical sobre si hubo o no recorte de recursos en los presupuestos para la educación durante este período de gobierno; cuando también incluye una excelente entrevista al ministro de Ambiente, el Sr. Robert Bouvier, que nos informa de las realizaciones de un ministerio creado durante este gobierno. A mí, por lo menos, no me cabe duda de que todo ello es parte significativa del “debate público” (sano) que existe en el país del que son protagonistas, precisamente, los líderes políticos que Ud. denuesta en su columna por incurrir predominantemente en debates teñidos por la mediocridad. El propio contenido de esa edición de Búsqueda no “habla” de un país mediocre y de una democracia que no funciona. Por no hablar de una campaña electoral que recién empieza en serio, en la que seguramente las opciones que las dos principales coaliciones políticas ofrecerán al país serán claras y muy distintas una de la otra.
En esa disputa electoral por persuadir a la ciudadanía, le puedo asegurar que se discutirá, y mucho, cuál es la importancia y el significado de unos temas y cuáles son los de otros (por poner un solo ejemplo, entre el régimen de Maduro por un lado y el caso de Sebastián Marset por el otro), en cuáles se juegan valores y principios que hay que defender y preservar, en cuáles están en juego las instituciones democráticas y en cuáles flaquezas humanas personales muy dañinas pero en las que aquellas no están en juego.
Le ruego, Sr. director, con todo respeto, que no se convierta en un magistrado omnisapiente que desde las alturas condena tan duramente a los “políticos” y a los ciudadanos que supuestamente alimentan la mediocridad con que Ud. los califica con tanta dureza. Para ponerle más sal a la herida, Ud. no duda, al final de su columna, en agregar para su mayor ignominia (la de los políticos y la de los “desinformados” ciudadanos que los alimentan) que “capaz de tanta mediocridad ni siquiera logramos darnos cuenta de eso” (énfasis mío). No sea tan duro, estimado Sr. Danza. Hay mucho para salvar, mucho para defender. No contribuya a hacer la tareá más dificil de la que ya es.
Elías Bluth