La estrategia que respaldará al voto por el Sí en el referéndum, no se toma vacaciones.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPor el contrario, sus principales ideólogos y estrategas vienen reuniéndose en forma febril y determinada para sentar las bases del triunfo referendil.
El disparador de esta nueva etapa de quienes se proponen derogar los 135 artículos de la LUC, no fue la contratación de Esteban Valenti, como muchos piensan (y hasta comparan el episodio, como si el Mota Gargano hubiera fichado por Nacional, o Manini Ríos con el Partido de la Gente) sino la presentación de una supuesta segunda etapa de la campaña iniciada meses atrás.
Como sin duda ustedes recuerdan, la primera etapa fue ideada y plasmada en los hechos con un soberbio video creado por Leandro Raposo. Para los de frágil memoria, les recuerdo que Raposo es un publicista K, ar-gen-tino, que reside en Madrid. Su film alusivo se llamó “La LUC no es Uruguay”, y antes de que algunos se preguntaran “entonces, ¿qué sería?”, aparecieron las primeras escenas, de hondo dramatismo. En una de ellas una doña que afirmaba, muy suelta de cuerpo, que “no permitiré que se privatice la escuela pública a la que van mis hijos”.
Hasta Fernando Pereira, en una entrevista del Nacho Álvarez en Santo y Seña tuvo que aceptar que la alegación no era verdadera. En una palabra, que era mentira. El nuevo presidente del FA no fue el único que quedó impactado por ésa, y otras afirmaciones, como la de que con la LUC se acababan los plazos de desalojo, y en seis días te podían echar a la calle, y ejemplos por el estilo.
Pues bien, cuando Raposo le mandó a las autoridades del FA y del PIT-CNT el video de la segunda etapa de la campaña, el susto que se pegaron los organizadores viendo las escenas fue tan grande, que Pereira gritó desde su asiento en el cine privado de La Huella de Seregni: “¡este tipo está loco! ¡Hay que contratar a otro publicista! ¡Al que sea! ¡Así sea a Valenti!”.
Otros gritos de desesperación se sumaron en la sala, provenientes de las gargantas progresistas y revolucionarias del Turquito Marcelo Abdala, el Boca Andrade y el Pacha Sánchez.
Por supuesto que había que saber qué proponía la segunda etapa de Raposo. Fuentes de la cabina de proyección me informaron que en una de las escenas, la misma mujer que encarnaba a la madre que no permitiría que le privatizaran la escuela pública a su hijo, clamaba por salir a incendiar las escuelas públicas privatizadas, y que los cocteles molotov incendiarios los llevarían los niños mismos, con túnicas blancas y moñas azules, que ellos se quitarían una vez que la escuela estuviera en llamas, y las tirarían al fuego, cantando las estrofas de La Internacional.
Cuando ya lo habían contratado a Valenti, era demasiado tarde. El horror de aquellas escenas de Raposo habían llevado a los organizadores del referéndum a superar todas las barbaridades, injurias, desprecios, descalificaciones y menosprecios que Valenti había emitido sobre el Frente, el Partido Comunista, el referéndum, la campaña por el Sí, Raúl Sendic, la coherencia de la izquierda y la lucha de clases (que no fuera la que hay entre la clase económica y la primera clase, que es la que él usa cuando viaja, “porque si no me duele la espalda”).
La primera reunión entre Pereira y Valenti se tuvo que hacer en Punta del Este, que es donde ellos veranean, y, aprovechando que estaba en Punta Ballena, le pidieron a Olesker que llevara los dulces, pero que después se fuera.
Como el Parador Vik estaba completo, se reunieron en el Parador Bic, del balneario Buenos Aires, donde Fernandito tiene una casa humilde de troncos, aunque prefiere bañarse en José Ignacio, porque hay menos olas (y eso que él viene diciendo “no hagan olas” desde hace años, vaya uno a saber cómo se las arregla ahora con la mayoría Comunista/MPP en el FA…) El Parador Bic es financiado por una conocida fábrica de bolígrafos, y entre sus especialidades están el guiso de porotos “nouvelle gauche”, con reducción de clarete suelto y puntas de fiambres, acompañado por mix de repollo y espinaca.
Pereira estaba en su balneario, pero Valenti se confundió y se fue a la estancia Fasano, creyendo que podría reunirse también con Federico, y cambiar ideas y estrategias, como en los viejos tiempos. Grande fue su desilusión cuando le informaron que el dueño de la estancia, y de las Piedras Fasano, era el multimillonario ítalo brasileño Rogério Fasano, y no Federico. Él preguntó si entonces se tenía que ir a Las Piedras para verlo a Federico, pero nadie supo decirle quién sería el Federico que él estaba buscando.
Ahora ya se han reunido algunas veces, pero la campaña todavía no muestra el perfil deseado. Es que no será fácil para Esteban Valenti agarrar este fierro caliente e inventarle una promoción al Sí con buenos argumentos. ¿Cómo hacer para deshacerse de todo lo que dijo, y promover la contraargumentación en contra del No?
Cuenta la historia antigua de la política uruguaya, que Luis Alberto de Herrera tenía un senador muy elocuente y dócil, que se llamaba Martín Recaredo Echegoyen. En el senado se discutía el tratado de límites del Río Uruguay, y Herrera estaba a favor del mismo. Echegoyen hizo una larga exposición de dos horas destacando las virtudes del tratado, hasta que alguien le acercó un papelito que decía que a Herrera lo habían convencido de votar en contra. Entonces don Martín hizo un alto en su exposición y dijo: “Estos eran los argumentos a favor del tratado. Ahora les daré los argumentos en contra”. Y habló dos horas más oponiéndose al tratado, y votó en contra.
Dicen que Valenti le dijo a su analista hace unos días que había soñado con esa anécdota, y, entrecerrando los ojos, dijo: “hubiera preferido que me contrataran para la campaña del No…”.