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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáHace algunas semanas, un amigo me anunció que se publicaría en breve una biografía del presidente Jorge Batlle por parte de un muchacho sin experiencia o antecedente alguno en la materia. Recuerdo haberle comentado que, precisamente por ello, teníamos que aguardar con expectativa la novedad de tal trabajo.
Me enteré por Búsqueda de que, ya publicado el libro, en él se incluye el imposible disparate de que yo habría integrado un “grupo de economistas, contadores y abogados” interesados en precipitar la renuncia del presidente Batlle en 2002, al punto de solicitar la intercesión del presidente Julio M. Sanguinetti con el mismo fin.
No sé por dónde comenzar a comentar esta estupidez, hija de una añeja estupidez nacional que se alimenta de imaginarios complots desde los cuales buscar explicaciones a nuestros inexplicables absurdos. El mismo presidente Batlle fue, durante años, blanco y víctima de esta enfermedad de las ideas, y ahora parece que un historiador ha tendido, con éxito, al insuficiente autor del libro esta vieja celada. Démosle unos años más y se habrá así consolidado la mendaz conclusión de que en 2002 estaba en marcha un fantasioso “golpe de Estado (…) de ultraderecha”.
Así como no puedo defenderme del cargo de haber conspirado para organizar el asesinato de John F. Kennedy, tampoco puedo hacerlo ahora del de haber presionado para precipitar nada menos que una renuncia presidencial… aun cuando, gracias a Dios, a nadie le hubiera importado un rábano mi presión.
Mitigo mi perplejidad, pues, recordando que es el propio autor del libro el que nos informa que “su tesis de grado sobre el conflicto entre mamíferos y pescadores artesanales en la costa uruguaya no logró ser publicada por ningún medio de prensa, pero convenció a Fin de Siglo de que (sic) era el indicado (sic) para escribir sobre la vida de Jorge Batlle”.
Y eso, creo, explica todo lo que el lector precisa a fin de conocer el mandado y al mandadero.
Álvaro Diez de Medina