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    La dama del perrito

    Hijo bastardo de una prostituta adolescente, Charles Manson pasó la mayor parte de su vida entre rejas. Era un habitual de los reformatorios. Los informes hablaban de un inadaptado muy inteligente pero con mínima posibilidad de recuperación. Incluso alguno iba más lejos: “No hay que confiar en él ni para cruzar la calle”. Su prontuario incluye  asalto a mano armada... a los 13 años, violación homosexual... a los 17, robo de autos y falsificación de cheques. Se casó dos veces, la primera con una camarera y la segunda con una prostituta, y tuvo un hijo con cada una. Fue proxeneta y estuvo vinculado a la cienciología. Su libertad siempre fue interrumpida por un delito. La cárcel era su casa y allí quería quedarse, tocando la guitarra. 

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    —No me liberen porque no sabría qué hacer afuera y probablemente haría algo malo. No sé vivir en libertad —dijo a las autoridades competentes. 

    La mañana del 21 de marzo de 1967 le otorgan la libertad. Con 32 años, había pasado 17 encerrado. Lo dejan en Los Ángeles y decide trasladarse al barrio Haight-Ashbury, de San Francisco, que bulle en plena movida de paz, amor y rock. Mendiga, revuelve la basura, se mezcla con los hippies, toma ácido. Intenta abrirse paso como músico y advierte que, de tener la oportunidad, sería más famoso que los Beatles. El tiempo le dará parte de la razón, aunque no por el lado musical.

    Un día ve a una chica pasear un perro. Charlie se le pega y le suelta su cháchara envolvente, que va desde los platos voladores, la Biblia y los Beatles hasta el misticismo más delirante. La chica, titulada en Historia por la Universidad de Wisconsin, era Mary Brunner y recibe el primer contagio del virus. Lleva a Charlie a su casa. Y a los pocos días Charlie lleva otra chica, y luego otra, hasta completar 18 adolescentes, incluyendo una de 13 años. Hay que reconocer que el tipo tenía persuasión y seducción.

    Querían “huir del sistema” y ver la mayor cantidad de conciertos de rock, que en aquel entonces pululaban por todos lados. Consiguieron un viejo autobús escolar, le quitaron los asientos y colocaron alfombras, y se largaron a la carretera. Fue el nacimiento de la Familia.