• Cotizaciones
    jueves 15 de mayo de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    La farsa del mago Vega

    Nº 2138 - 2 al 8 de Setiembre de 2021

    Lo que ocurrió —debido a la marginalidad del protagonista y lo absurdo y tramposo de su planteo— no merecería ni una línea. Pero vale porque ocupa una banca de diputado, desde donde alienta a los negacionistas con falsedades que ponen en riesgo la salud y la vida de muchos. Es consciente de ese riesgo, pero prioriza su interés personal. El diputado del Partido Ecologista Radical Intransigente (Peri), César Vega, dio un manotón desesperado y se afilió a lo que Hanna Arendt llama “Una morbosa lujuria por lo exótico, anormal y diferente”. Con la escenografía del Palacio Legislativo armó un show con ribetes de timo para capturar adeptos contra la vacunación del coronavirus y electores para su partido.

    Durante años hemos visto diputados ignorantes, desinformados, violentos, y hasta “mudos” durante toda una legislatura. Daban vergüenza ajena, pero ninguno se atrevió a convocar a una conferencia de prensa en el recinto de un poder del Estado para demostrar con “evidencia” el magnetismo que se produce en el cuerpo de los vacunados. Presentó a dos mujeres que exhibían implementos metálicos presuntamente adheridos a sus cuerpos por efecto de la vacuna contra el coronavirus. Mintió. Más tarde su abogado aclaró que la imantación se produjo luego de vacunarse contra la gripe; las mujeres cambiaron el discurso: ocurrió tras hisoparse.

    Algunos sostienen que el diputado cometió una estafa moral, cuando no legal. Pero el artículo 347 del Código Penal establece que comete ese delito “El que con estratagemas o engaños artificiosos indujere en error a alguna persona, para procurarse a sí mismo o a un tercero un provecho injusto en daño de otro”.

    Al margen de debates jurídicos finos, al convocar a esa conferencia de prensa en la sede legislativa —ámbito que eligió para impresionar con un aparente respaldo institucional—, indujo en error a los presentes y al público receptor de la información. Con “engaños artificiosos” pretendió hacer creer que la imantación es una consecuencia de vacunarse. Su razonamiento no es científico (abundan en el mundo las opiniones en contra), sino que busca atemorizar y captar seguidores para obtener un provecho injusto que se traduce en el dinero de su salario y eventuales votos. A los ingenuos o ignorantes que por su consejo decidan no vacunarse les provoca un perjuicio.

    En definitiva, es peor la estafa moral que la legal, y no es solo por su culpa. Sus seguidores y quienes callan —especialmente los políticos, que se deben al ciudadano— terminan como coautores de la farsa.

    El periodista Leandro Grille en su programa Legítima defensa de YouTube calificó a Vega como “un farsante, embustero y embaucador”. Su convocatoria, sostuvo, constituyó “una actitud delincuencial que puede engañar a determinadas personas”. Lo comparto. Pero además el discurso de Vega demuestra la falsedad de la declaración de principios de su partido: “Recuperar y fomentar valores formadores de personas sanas física y moralmente”.

    Vega denunció a Grille por difamación e injurias y lo defendieron los abogados Jorge Barrera y Marianela Melgar. En 2009 el artículo 336 del Código Penal que contempla ese delito se modificó para eximir de responsabilidad cuando se trate de asuntos de interés público y exposición social de relevancia. En consecuencia, Grille no tiene responsabilidad penal salvo que, como sostiene Vega, haya actuado con “real malicia”.

    Demostrarla implica la voluntad de agraviar o vulnerar la vida privada de las personas, lo que no se verifica en este caso. La fiscal Brenda Puppo solicitó el sobreseimiento de Grille. Fin del proceso, porque el periodista actuó dentro del marco de la libertad de expresión. La fiscal remarcó además que Vega es una persona pública susceptible de críticas. Pero lamentablemente este juicio deja un vacío: que el ciudadano conozca la estratagema montada por Vega y una demostración durante la audiencia. Aunque la fiscal se respaldó en siete informes de profesores de la Facultad de Ciencias que niegan el vínculo entre las imantaciones y las vacunas, pueden no ser suficiente para los negacionistas radicales y algunos ingenuos.

    En varios países se ha planteado similar situación y se demostró que esa imantación no existe. En España el Mago Migue dijo que hay diversos métodos, desde el “efecto ventosa”, para que el objeto se quede pegado a la piel, hasta cubrir los objetos con celo (cinta de pegar) de doble cara o sustancias grasas que ayuden a mantenerse pegado. “Será más fácil cuanto más pequeño, ligero y mayor superficie en contacto con la piel tenga”.

    La seductora Inés la Maga, principal ilusionista de España, reveló haber realizado espectáculos en los que “magnetizaba” al público. Recuerda “uno muy divertido donde seleccionaba a un niño entre los espectadores y le decía que lo iba a convertir en un electroimán”. El niño examinaba unas cucharas y “luego se las acercaba y mágicamente se quedaban pegadas a su cara y a sus brazos”. ¿Cuál es el truco? Responde: “Los magos nunca revelamos nuestros secretos, pero estar o no vacunado no tiene nada que ver”.

    Pero un especialista cercano a Inés dijo que esa ilusión depende de tener un poco de sudor o sustancia grasa sobre la piel para que los objetos metálicos queden pegados. La prueba en contrario es poner talco sobre la piel, que absorbe la humedad y neutraliza la grasa, entonces no habrá forma de pegar nada contra la piel y la falsedad del mago Vega quedará al desnudo.

    Duro competidor para el Mago Ariel.