N° 1909 - 09 al 15 de Marzo de 2017
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“El personal no está motivado”. Esta es una frase que se escucha comúnmente por los pasillos de muchas empresas. Pero ¿qué es la motivación?
Como su nombre lo indica, motivación es tener un “motivo para la “acción”, algo que nos mueva a levantarnos para ir a trabajar, estudiar, hacer deporte o emprender cualquier actividad.
Cuando en las empresas se dice que “los empleados no están motivados” lo primero que se piensa es que hay que pagarles más dinero. Pero no es así.
El dinero es un motivador que funciona cuando se trata de estimular el mayor desempeño o productividad de tareas sencillas y repetitivas, pero no funciona cuando la tarea demanda un mínimo de creatividad.
El doctor Daniel Pink lo ha comprobado a través de sus investigaciones en decenas de empresas donde demuestra que el motivador económico basado en “si haces esto entonces recibes aquello” no sirve para los llamados “trabajadores del conocimiento”.
El mayor motivador debe ser “intrínseco”, es la satisfacción del “logro”, de saberse capaz de lograr las metas y cumplir con un propósito. Pero lamentablemente, pocas personas encuentran esa realización en sus empleos. Si bien “el trabajo eleva y dignifica”, no lo perciben así casi el 50% de los empleados que no se sienten satisfechos con la forma en que se ganan la vida.
Es allí donde entran a jugar los motivadores “extrínsecos”: el clima organizacional, los reconocimientos, los premios y otros beneficios tangibles.
Es aquí donde las empresas en Uruguay tienen pocas “municiones”, ya que la mayoría de los beneficios extrínsecos que podrían negociarse entre empleadores y trabajadores ya vienen dados por la legislación laboral. Hay pocas chances de pagar bonus porque si lo haces durante tres años seguidos se interpreta que pasa a ser parte del salario. Licencias especiales, formas de pago, oportunidades y otros etcéteras, quedan limitados por la rigidez de las normas que supuestamente “protegen” al trabajador, pero al final, lo terminan perjudicando.Por eso las empresas tienen que poner el foco en los aspectos no tangibles: trato, flexibilidad, autonomía, expertisse e innovación. Pocas empresas están preparadas para esto. Y las que lo hagan, harán la diferencia.