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    La pobreza

    Sr. Director:

    , regenerado3

    Escribo estas líneas en respuesta a la carta publicada en la edición del pasado jueves que responde a una entrevista que me fue realizada por vuestro semanario y publicada el día 3 de marzo.

    El arquitecto que vive en Punta del Este Juan Andrés Sienra dice que tengo razón en cuanto al valor de lo que está en juego en materia social, pero que me equivoco o “simplemente intento evadir la responsabilidad” de un fracaso en lo que hace a las políticas sociales del Frente Amplio y del Mides en particular.

    Al respecto quisiera expresar un conjunto de reflexiones por la alusión, que paso a desarrollar.

    1- En lo personal rescato y admiro las experiencias de muchos misioneros de la vida que recorren el mundo haciendo el bien al prójimo como el padre Pedro. Creo que son dignos del reconocimiento que tienen y que nunca escribirían desde Punta del Este tanta sanata moralizante sin haber antes puesto los pies en el barro.

    2- Que nuestro país no es comparable, por una parte con Corea o Finlandia, ni por la otra con la selva de Madagascar y que sería bueno, también buscar resultados similares en áreas metropolitanas de ciudades latinoamericanas para ver cuántos casos se encuentran. De hallarlos, le solicito al Sr. Director que los publique en este semanario para ir apoyando el diálogo social en el que estamos y yo me comprometo a difundirlos por los medios que pueda.

    3- Que el liceo Jubilar seguramente sea una buena experiencia de la que aprender, pero no me queda claro por qué no existen muchos liceos así, o si se tiene presente que también existen muchos buenos liceos públicos en Uruguay sin que por ello se haya solucionado el problema de la educación media, lo que da cuenta de que no es un problema tan sencillo que se arregle siguiendo un ejemplo.

    4- Que no me queda claro tampoco cuál es la propuesta de educación que plantea Sienra, ya que en la misma produce la maravilla de la integración social disciplinada, que es seguramente lo que más importa, pues omite el debate fundamental sobre qué es lo que hay que hacer. La educación, es sin duda una condición necesaria para el desarrollo personal y social, pero no es suficiente. Una parte del problema es social y quizá más de lo que Sienra cree, y el modelo del garrote y la zanahoria que ha inspirado a buena parte de la derecha continental no solo no ha resultado sino que ha mostrado el fracaso social más impresionante que el siglo XX ha experimentado con su muy conocida y estudiada reforma neoliberal.

    5- Que no creo tampoco que sea una verdad sostenible que “la cultura que ha demostrado ser exitosa para el desarrollo es la occidental con orígenes judeo-greco-cristianos”, que no tengo claro si es o no una categoría cultural, pero seguro es de un exacerbado etnocentrismo y que los logros adjudicados a la misma no dejan de tener gusto al mismo imperialismo y racismo que ha aplastado los derechos humanos de millones de personas y que hoy la humanidad condena.

    6- Que me parece equivocado que sostenga que: “uno de los aspectos en que los valores han sido subvertidos y tergiversados es que se le ha hecho creer a la gente que tiene derechos (…)” que son inherentes a su condición y exigibles, etc., ignorando todos los tratados sobre derechos humanos que sostienen el orden establecido, que no es ni muy ordenado ni muy justo, vale decirse, pero que no lo es en sentido contrario de lo que plantea el señor Sienra desde Punta del Este.

    7- Que “la sociedad dual ha crecido en el gobierno del Frente Amplio, por el resultado de las ideas que gobiernan”, es una opinión muy equivocada, por lo menos en materia de cosas medibles. De todas formas, para respetar las ideas del señor Sienra debo decir que si bien tengo una buena batería de indicadores que podría demostrar todo lo contrario y responsabilizar a los gobiernos anteriores desde 1959 a 2005, creo que ello no sería 100% honesto intelectualmente. La sociedad dual es un proceso que viene generando el capitalismo global y se expresa en todo el mundo, con diversas consecuencias; en Uruguay en términos culturales no se ha revertido este proceso aunque hay síntomas sociales auspiciosos de comenzar un lento camino de recuperación, aunque nada es seguro. El proceso de empobrecimiento y crecimiento de la desigualdad es de larga data y ha recibido una importante aceleración en este país entre fines de la década de los 60 y comienzos del siglo XXI.

    8- Además vale señalar que las políticas de reducción de la pobreza, no las de la dualidad social que implicarían medidas más drásticas de corte distributivo, han tenido buenos resultados en toda Latinoamérica y otras partes del mundo, incluso aplicadas por gobiernos de derecha, pero han sido insuficientes para restituir los derechos cercenados por el neoliberalismo a la mayoría de la humanidad luego de terminada lo que Eric Hobsbawn llamó la era de oro del siglo XX.

    9- Por otra parte quiero señalar que el padre Pedro que lee Sienra es, además, el del diario “Clarín” que rescata frases contra el asistencialismo y los políticos corruptos… ¿y quién está en desacuerdo con ello? ¿Pero Sienra citaría a Pedro diciendo: “Mi mensaje es de solidaridad, compartir lo que tenemos, porque las riquezas que tenemos nos han sido dadas para compartirlas, porque lo que yo no necesito se pierde, hay un proverbio indio que dice eso, ¿por qué guardar algo si hay un hermano que lo necesita?”. ¿O tenemos que pensar que es un error de Pedro por andar diciendo cosas que no son de origen judeo-greco-cristianas?

    10- Sienra se refiere y reclama “contraprestaciones y deberes” que son exigibles para los pobres que son ayudados por el Estado, porque la asistencia genera dependencia y holgazanería… cosa que también dice Pedro, aunque aplicado a un contexto diferente. Esto es un tema controversial en todo el espectro político y da para un artículo entero, pero es bueno al menos observar lo siguiente: según datos del INE, la tasa de actividad de la población vulnerable a la pobreza no es muy distinta a la de la población no pobre, tampoco lo es la tasa de empleo y si hay mayor diferencia en la tasa de desempleo, esto viene siendo así hace muchos años y da por tierra con el mito repetido mil veces de que los pobres están en esa condición porque no trabajan. Existe una fuerte desigualdad de ingresos también en el mercado de trabajo, donde sí opera la educación, y en el sentido que dice Sienra, pero también operan y hacen la diferencia el capital social y relacional, o sea el contexto social. Pensar que la pobreza es hija de la voluntad y además es un problema personal de los que la padecen, es además de un error conceptual una comodidad autocomplaciente.

    Juan Pablo Labat

    Director Nacional de Evaluación y Monitoreo del Mides