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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáHe leído atentamente la nota periodística y entrevista del periodista Pedro Tristant al Dr. Alfredo Cabrera, presidente del BPS. En cuanto a la nota, nos gustaría poder tener el espacio necesario en vuestro semanario para aportar nuestra mirada respecto de los temas que se analizan y describen como supuestas mejoras para la población a partir de la aplicación de la nueva ley de reforma jubilatoria.
Ya las uruguayas y los uruguayos hemos podido ver que a la Ley 16.713, que creó las AFAP en 1996, se la aprobó prometiendo que con la privatización parcial de la seguridad social se iban a poder cobrar jubilaciones de privilegio. 27 años después la realidad demostró que esto era completamente falso, eran, para que llamemos las cosas por su nombre, promesas.
Y ahora vuelven las promesas. Dice el presidente Cabrera que recibe personas que le preguntan: “¿Ya puedo volver a trabajar?”. A mí también me lo preguntan. Sería muy importante que cuando nos hagan esa pregunta, todos respondamos a esas hipotéticas personas que sí, que pueden volver a trabajar, pero que viven en un país en el que el trabajo escasea y es muy mal remunerado, que para esas capas etarias la situación es aún peor y que en la ley se prevén mecanismos que le permitirán trabajar en horarios fraccionados, pero disminuyendo el valor de sus jubilaciones, que además tampoco son suficientes.
En otro tramo, el Dr. Cabrera realza la extensión, ahora obligatoria, de la afiliación a las AFAP. Desafío al presidente del BPS a que transparentemos en forma sencilla, accesible para toda la población, cuáles son los montos de jubilaciones y pensiones que paga el BPS y cuáles son los que pagan las AFAP. Pero no con cuadros estadísticos complejos, hagámoslo en forma simple, clara, llana, como para que quede claro que esto que manifestamos es inobjetable.
Y digámosle claramente a la ciudadanía que si en algún momento de la vida sufre alguna enfermedad, incapacidad para trabajar o desempleo, que allí estará el BPS pero no estará la AFAP presente. Faltaba más, cómo le vamos a pedir a una empresa con fines de lucro que se haga cargo de lo que tiene que hacerse cargo el Estado.
A lo largo de todo este tiempo he leído, escuchado y he visto innumerables declaraciones de jerarcas del BPS, del gobierno y al reiterado Dr. Rodolfo Saldain hablando maravillas de esta nueva ley jubilatoria. Y lo que es aún peor, hablando de un país que no es real. Parece que viviéramos en países diferentes, el de los escritorios, desde donde diseñan leyes, y el de la realidad, el de la gente a la que, como está pasando en este momento, le están ajustando un 3% las pasividades, ajuste que luego deberán descontar del aumento anual de enero.
Tan irreal es el país en el que estas autoridades viven, que parece que no saben que hoy si un ciudadano o una ciudadana quiere tramitar una pensión por invalidez no hay agenda disponible en un plazo razonable.
¿Sabe el Dr. Cabrera que si una o un ciudadano intenta hoy mismo agendarse en la web del BPS para tramitar su jubilación, recién podrá hacerlo en diciembre o enero del año próximo?
¿Saben el Dr. Cabrera, los demás integrantes del directorio, las autoridades nacionales que esto es consecuencia directa del brutal recorte presupuestal que el BPS y todas las empresas y entes del Estado están sufriendo? ¿Saben que se han retirado del organismo centenares de trabajadoras y trabajadores en los últimos años y que se han cubierto poquísimas vacantes?
¿Cómo piensan que van a sobrevivir todas esas personas hasta que puedan tramitar sus prestaciones? ¿Creen ustedes que estamos hablando de personas que tienen ahorros en cuentas bancarias para ir viviendo, comiendo, atendiendo su salud mientras esperan su jubilación? ¿Saben ustedes que si recurrieran a un préstamo en el mercado privado de crédito deberían pagar tasas de hasta 135% de interés en un país en el que la inflación no llega al 10%, para tener algo de dinero mientras no pueden cobrar una prestación de BPS, a la que tienen pleno derecho?
¿Qué les parece si empezamos a hablar del mundo real, del BPS de “la necesidad de la gente, de nuestra gente”? ¿Quiere que hagamos la gestión en la web del banco juntos, en una misma computadora? ¿Quiere venir conmigo a cualquier oficina del banco para verificar juntos la presión y las condiciones cada día peores en que las y los trabajadores del organismo llevan adelante sus funciones? ¿Se ha enterado de que en algunas circunstancias ha habido ataques físicos contra trabajadoras y trabajadores del organismo?
Habrá notado que no estamos hablando de salarios, lo que también podríamos hacer. Estamos hablando de condiciones de trabajo, de derechos de la población vulnerados dramáticamente. Quien esto escribe es trabajadora de la sucursal Carmelo, en el departamento de Colonia. Combino mi militancia sindical que ya tiene muchos años, el ejercicio actual de la presidencia del sindicato con las tareas en dicha ciudad, en la que vivo. Conozco a la gente, sus preocupaciones, sus necesidades, sus desvelos. Doy, damos todas y todos nosotros la cara, todos los días de la vida. No hablo ni hablamos desde la teoría ni desde el escritorio. Ustedes sí, ustedes hablan desde la comodidad de un escritorio y de condiciones materiales que les permiten afrontar la vida cotidiana sin sobresalto alguno.
Este pequeño testimonio personal es el mismo que pueden dar cada una y cada uno de nuestros compañeros de trabajo, que día a día son menos, que afrontan más y más responsabilidades y lo hacen con capacidad y compromiso por la gente. Porque finalmente la destinataria de nuestros esfuerzos es la población.
Y aunque cada tanto tienen que escuchar palabras denigrantes sobre su desempeño, son las y los que ponen también la cara todos los días cuando la ciudadanía se hace presente en nuestros centros de trabajo y no pueden resolver su situación de manera adecuada y en los tiempos que necesitan.
Esto, que pasa en el BPS, pasa en todo el Estado uruguayo, el desmantelamiento es generalizado y la intención de desacreditar a las empresas y entes del Estado, y a su personal, permanente. ¿Cuántas veces Ffose, el sindicato de las y los trabajadores de OSE denunciaron que podía pasar lo que pasó, que nos quedáramos sin agua potable? ¿Cuánto tiempo hace que desde la ATSS venimos anunciando que esto pasaría, que no podíamos seguir así, reduciendo personal sistemáticamente?
Hemos mantenido innumerables instancias de diálogo con las autoridades correspondientes. En todas, ATSS ha formulado las preocupaciones de las y los trabajadores del BPS y ha hecho propuestas concretas. Siempre el diálogo ha sido cordial, pero las soluciones brillaron por su ausencia. Y así llegamos al día de hoy, con una reforma que se aplicará sin el personal suficiente para afrontarla y haciendo a las apuradas un llamado a concurso para que ingrese personal que deberá transitar la capacitación imprescindible para ello sin los tiempos adecuados.
Termino mi carta, Sr. Director, por ahora, para no hacerla muy extensa, pero podría seguir hablando del mundo real. Y termino planteando como trabajadora, como presidenta del sindicato del BPS un doble desafío.
Desafío al presidente del Directorio del BPS y a todos los integrantes de dicho colectivo a que recorramos juntos palmo a palmo el organismo para comprobar de primera mano que lo que estoy afirmando es cierto, es verdad, ocurre, es la realidad. Ni hablamos de la implementación de la reforma, ahora todo será por expedientes electrónicos, más exigencia para menos trabajadores, más estrés, más atraso en los trámites y, lo que nos importa especialmente, menos tiempo de atención directa al público, un público que necesita ser escuchado y asesorado correctamente.
Y desafío al Dr. Cabrera a un debate público para hablar de estos temas. No se les debe seguir exigiendo cada vez más a las y los trabajadores del BPS y, fundamentalmente, a la ciudadanía, haciendo que las y los beneficiarios tengan que autogestionarse, cuando debemos ser nosotras y nosotros los que asesoremos en el ejercicio y derecho a la seguridad social. Y digámosles claramente que trabajarán más para cobrar menos y que, en algunos casos, para las y los uruguayos que menos tienen, aquellos que en peores condiciones viven, las consecuencias serán peores aún.
Karina Sosa Mahr
CI 2.646.915-1
Presidenta de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social
Integrante de la Mesa Sindical Coordinadora de Entes
Filial del PIT-CNT