Nº 2173 - 12 al 18 de Mayo de 2022
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPor distintas razones (entre ellas, la desconexión entre las fechas de entrega de estas columnas y las de varios de los partidos jugados) no nos hemos ocupado con el debido detalle de la reciente trayectoria de Peñarol y Nacional en el ámbito internacional, que presentan algunas similitudes y una conclusión común y bien preocupante: la falta de buenos resultados en el tramo de la Copa Libertadores de América ya recorrido (algo más acentuado en el equipo aurinegro).
Nuestros habituales lectores recordarán que —en más de una oportunidad— nos hemos ocupado de las recurrentes frustraciones que ambos equipos grandes han acumulado, en lo que va del presente siglo, en el plano internacional. Al punto que, en los dos torneos más importantes que organiza la Conmebol, solo podríamos rescatar —y con cierta benevolencia— el vicecampeonato logrado por Peñarol en la Copa Libertadores del año 2011. Y esa orfandad incontrastable duele aún más si la comparamos con los múltiples lauros que fueron sumando aurinegros y tricolores en el correr del siglo pasado.
Si vamos a la realidad actual, nos encontramos con que Peñarol aparece en una situación harto comprometida para clasificar al siguiente tramo, pues —tal como ha venido siendo una constante en los últimos años— perdió los tres partidos que jugó como visitante (ante Colón, Cerro Porteño y Olimpia, en ese orden). Y en un par de casos con un detalle en común, causante de las derrotas. En el primer partido jugado en Santa Fe —dentro de un trámite bastante equilibrado— empataba con su rival en un gol casi al final del partido, lo que implicaba la fuerte posibilidad de rescatar un punto valioso para el futuro. Sin embargo, un saque de banda, cerca del banderín del córner, tomó desatenta a la retaguardia aurinegra y de allí llegó el gol de la victoria del local. Y la historia se repitió en el cotejo siguiente ante Cerro Porteño, en ocasión de su primera visita a Paraguay. Esta vez fue en los descuentos del primer tiempo, cuando el autor del único gol del partido remató, sin marca dentro del área, una pelota que recogió un compañero directamente de un saque lateral. Aunque Peñarol intentó una remontada en el período final, no tuvo éxito y debió volverse a Montevideo con las manos vacías, confiando en que, en su nueva visita a Asunción, una semana después, pudiera recuperar ante Olimpia algunos de esos puntos que allí había dejado. Sin embargo, no fue así. Sorpresivamente, en la primera jugada del partido Bentancourt quedó solo y sin marca dentro del área guaraní y se perdió el gol de modo increíble. Ese lapso inicial fue el mejor del aurinegro, pero el equipo local se adueñó pronto de la iniciativa y solo la pericia de Dawson evitó, en varias oportunidades, la caída de su arco. Y el gol, que a la postre sería el de la victoria olimpista, llegó sobre la media hora de juego luego de una desatención colectiva de la retaguardia aurinegra tras la ejecución de un tiro de esquina. Olimpia, que estaba muy comprometido, recobró su chance y Peñarol no logró finalmente su objetivo de conseguir alguna unidad como visitante, vital para acceder a la ronda siguiente, quedando último en su grupo (el único partido como local lo ganó frente a Olimpia en forma justa y está obligado a ganar indefectiblemente los dos que le quedan —también en el Campeón del Siglo— para aspirar a clasificar a la ronda siguiente).
A título ilustrativo de lo señalado, las cifras de lo que ha sido la actividad aurinegra en el exterior en este siglo son escalofriantes, pues de los 50 partidos jugados solo ganó cinco (en el resto registra siete empates y 38 derrotas, las últimas siete en forma consecutiva).
En lo que hace a Nacional, más allá de encontrarse en una situación incómoda para seguir en carrera en la Copa, ha podido en cambio obtener algunos puntos importantes en sus partidos jugados fuera del país. En efecto, aunque perdió el primero ante Bragantino, en la ciudad de San Pablo, sin jugar en buena forma, en su siguiente salida al exterior obtuvo una muy festejada victoria ante Vélez Sarsfield, con el mérito de haberla logrado de atrás en el marcador, aunque aprovechándose de haber tenido un hombre de más durante 70 minutos. Esa noche el dueño de todos los aplausos fue el argentino Emmanuel Gigliotti, autor de los dos goles que liquidaron el pleito.
Entre esos dos cotejos como visitante, el equipo tricolor resignó dos puntos de oro como local al empatar 0 a 0 ante Estudiantes en una actuación muy discreta. Y, en su último partido, en la revancha en La Plata (en un cotejo plagado de graves incidentes en algunas de las tribunas) cayó ante el equipo Pincharrata por 1 gol a 0. Aunque no fue bueno el despliegue tricolor, frente a un rival que en líneas generales fue superior, lo cierto es que el único gol llegó casi en el cierre del primer tiempo por una desatención imperdonable de la retaguardia tricolor, al momento de reanudarse el juego, tras la obligada salida de Ocampo por lesión. A lo que debe sumarse que la inadmisible ausencia del VAR en un torneo tan importante impidió al juez del cotejo detectar una clara mano en el área del dueño de casa, prácticamente en el minuto final del partido, y sancionar el correspondiente penal en favor del tricolor, que le hubiera posibilitado rescatar al menos uno de los tres puntos en juego. Pero, si el empate no se le dio en esa oportunidad, dos días después otra igualdad (entre Bragantinos y Vélez, en Brasil) benefició a Nacional, que cerrará esta fase clasificatoria con dos partidos como local (se da por descontado que el ganador de este grupo habrá de ser Estudiantes de la Plata).
En suma: a esta altura ni Peñarol ni Nacional tienen asegurada su participación en la fase siguiente de la Copa Libertadores, pero el tricolor tiene una chance algo mayor a ese respecto. Y aunque subsidiariamente podrían engancharse en la Copa Sudamericana (tal como ocurriera con el equipo aurinegro en la edición pasada), lo cierto es que la diferencia en los premios entre una y otra competición son siderales.
Pero hay algo adicional para tener en cuenta en esta sumaria revisión: más allá de algunas últimas victorias trabajosas, ambos equipos grandes no vienen rindiendo satisfactoriamente en la actividad local y, si bien han escalado posiciones, siguen a seis puntos del inconmovible líder, Deportivo Maldonado, a solo cuatro fechas del cierre del Apertura (igualados en puntaje, la única diferencia son los goles a favor: 20 tiene Nacional y apenas ocho posee Peñarol). Por ende, los problemas para ellos continúan y, como lógica derivación, sus fieles seguidores (en especial los aurinegros) ¡ya no ocultan su descontento!