“Buenas tardes a todas y todos. No sé si somos conscientes del momento histórico que estamos viviendo: es el primer curso de una universidad pública en Uruguay después de 160 años. Es para nosotros una cosa que realmente emociona y nos entusiasma y les queremos agradecer que se hayan atrevido a tomar este desafío”.
Sentado al frente de un repleto salón de clases del liceo Daniel Armand Ugón de Colonia Valdense, el doctor en ciencias y medicina Rodolfo Silveira inauguró con esas palabras el comienzo de la Universidad Tecnológica del Uruguay (Utec), la segunda pública, gratuita y estatal de un país que hasta ahora solo contaba con la Universidad de la República (Udelar), creada en 1849.
Frente a Silveira, consejero de la Utec, escuchaban en silencio 24 curiosos alumnos en el día inaugural de clases de la Licenciatura en Leche y Productos Lácteos, la primera carrera de la nueva institución. Faltaban ocho de los 32 estudiantes que se “atrevieron” a inscribirse en una institución creada hace poco más de un año por la ley 19.043 del 8 de enero de 2013. Fuertemente respaldada por el presidente José Mujica, busca ser una alternativa de enseñanza pública universitaria enfocada en la investigación científica y la innovación tecnológica en el interior del país. “Esta es una universidad pensada desde el interior para Montevideo”, destacó Silveira.
La iniciativa finalmente se concretó el lunes 21 en el liceo de Colonia Valdense, sede de todas las clases teóricas durante los tres años que dura la carrera. La Utec, dirigida por los consejeros Silveira y Pablo Chilibroste, identificó la zona del litoral Oeste (Colonia, Río Negro y San José) como la de mayor urgencia debido a la falta de educación universitaria en ese lugar y la potencialidad de su industria lechera.
Ocho docentes estarán a cargo de la licenciatura, cuyas clases son de cuatro horas en cuatro días a la semana y repartidas entre contenidos teóricos y prácticas de laboratorio en la ex destilería de Ancap en La Paz, a cinco kilómetros de Colonia Valdense. Actualmente el sitio está en refacción y se reestrenará en junio como la Unidad de Innovación en Tecnología de Alimentos de Utec, gracias a una inversión de tres millones de dólares, en parte financiada por la Intendencia de Colonia.
El objetivo es dotar a los alumnos con saberes y métodos de avanzada para que sean capaces de generar conocimiento propio y convertir a Uruguay en referencia mundial en la materia, como Dinamarca e Israel. “Los países líderes no son aquellos que producen mayor cantidad de leche sino los que inventan las máquinas para producirla y luego las exportan al resto”, explicó a Búsqueda Jorge Wenzel, docente de la materia Taller de Proyectos.
Los 32 alumnos de la carrera, casi todos del interior, ya son técnicos en Producción Lechera titulados por el Consejo de Educación Técnico-Profesional (UTU), requisito necesario para inscribirse pero insuficiente para evolucionar profesionalmente. “En la lechería uruguaya hay muchos técnicos y los ingenieros están ocupando su puesto porque el técnico tiene un techo. Esto les va a dar la posibilidad de ser más creativos, de producir conocimiento nuevo”, sostuvo Santiago Jorcín, profesor de Química de Productos Lácteos.
Jorcín señaló que la tarea del técnico apuntará más al desarrollo de productos y no tanto al proceso, en manos del ingeniero, lo que permitirá revertir la situación actual. “Tenemos una cuenca lechera enorme pero ninguna industria uruguaya, salvo Conaprole, tiene un departamento de Investigación+Desarrollo.Copian a otros o hacen un producto de producción primaria, como el yogurt”.
Raro.
La fresca tarde otoñal se despedía de Colonia Valdense con las autoridades de la Utec reunidas ya por más de una hora junto al intendente interino del departamento, Miguel Asqueta, en una sala de dirección del liceo.
Con su inauguración oficial fijada para el 14 de mayo, el estreno de la Utec distaba de parecerse al comienzo histórico de una segunda universidad estatal en Uruguay. La avenida Daniel Armand Ugón, donde se ubica el liceo, corría desierta y en la puerta estacionaban solo dos autos. La amplia entrada estaba flanqueada por un aburrido chofer fumador y el ruido más contundente llegaba de un grupo de gimnastas que cerraban el día en la plaza de deportes contigua.
“Es arrancar de cero. Se trata de formar gente para el medio, en el medio. Es raro. Los recursos no te llueven del cielo”, definió Wenzel el trascendental momento, mientras aguardaba ansioso en el salón de clase para conocer a sus futuros alumnos.
A las 17:30 estos empezaron a llegar, todos puntuales y cumpliendo el amable protocolo de presentarse con nombre y apellido ante quien se encontrara en el lugar, desconociendo si se trataba de sus nuevos compañeros, docentes o funcionarios del liceo que pasaran casualmente por allí. Fueron sentándose uno a uno en el salón, abriendo mochilas en el piso y depositando en el pupitre lapiceras y cuadernolas en blanco, costumbre eterna del primer día de clase sin importar el curso de que se trate.
Quince minutos después ingresaron los directivos de la Utec y el intendente Asqueta. Silveira se encargó del discurso inaugural ante un auditorio atento y nervioso con el acartonamiento típico de una primera cita. El silencio solo se cortó con los tímidos “gracias” de los estudiantes luego de palabras de bienvenida, el deseo de suerte y las felicitaciones de las autoridades.
Luego de la apertura, el grupo de alumnos se quedó con los docentes y los coordinadores de la carrera, quienes les entregaron una carpeta con contenidos programáticos, horarios y la ley de creación de la Utec para que conozcan con claridad la estructura de la nueva institución.
El programa de la licenciatura está basado, entre otros elementos, en bibliografía local e internacional, estudio de casos, asesoramientos de especialistas y referencias de otras universidades, pero la intención es que no sea hermético y que los propios alumnos aporten ideas. “En estas primeras semanas se va a hacer una especie de test de expectativas, objetivos y a partir de ahí modificaremos la carrera. Todos los años se va a modificar algo. Va a ser dinámico”, adelantó Jorcín.
Cuento.
El artículo 32 de la ley 19.043 afirma que para la instalación de la Universidad Tecnológica se integrará un Consejo Directivo Central provisorio, cuyos “miembros durarán hasta cuatro años en sus cargos, período a partir del cual se instalará el Consejo Directivo Central”.
Chilibroste y Silveira, sin embargo, consideran que ese período de hasta cuatro años es demasiado extenso y de cumplirse a rajatabla conspirará contra la propia universidad. Creen que para que la institución pueda continuar su marcha debe incluirse en el presupuesto quinquenal del año 2015, ya que la ley no prevé suficiente financiamiento.
“Trabajamos en tres niveles en paralelo: definición de cursos, definición de locaciones y, el menos visible pero el más crítico, armar el proyecto Utec. La realidad es que la Utec si quiere existir se tiene que financiar en el 2015”, aseguró Chilibroste a Búsqueda.
Por eso procuran completar en agosto el documento final sobre el diseño de la universidad: carreras, locaciones, autoridades, docentes, contenidos, reglamentos, ordenanzas y requisitos. Luego lo presentarán a la Comisión de Educación y Cultura del Senado, el Ministerio de Educación y Cultura, la Udelar, las universidades privadas, consultores internacionales de primer nivel y los candidatos a la Presidencia que resulten de las elecciones internas.
“Este proyecto tiene que ingresar en el proyecto quinquenal. Esa idea que tenemos de hasta cuatro años es un cuento. La ley dice que tiene que durar hasta cuatro años; yo creo que es ahora o nunca. Si no lo hacemos ahora la Utec no va a existir”, enfatizó Chilibroste.
La misma posición comparte Silveira, quien desde octubre lo acompaña en la tarea de dirigir la universidad luego de la renuncia de la consejera María Antonia Grompone, quien aún no fue sustituida. “Nosotros dijimos en el Consejo: ‘cuatro años para hacer una cosa no; vamos a empezar a laburar ya para ver si esto se puede hacer’”. Y agregó: “Si el poder político no se compromete, esto se muere en cada cambio de gobierno. Esto es una cosa pensada para dentro de 30 años. Si tenemos una universidad que tiene 160 años, no me pidan que antes de diez nosotros podamos decir que esto es un éxito”.