N° 2040 - 03 al 09 de Octubre de 2019
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDías pasados, nuestro expresidente José Mujica dijo en un discurso ante sus fans: “¡Vamo a terminar todos como empleados de las multinacionales! … Ahhhhh … sosss el empleado del mes… te ponen un cuadrito… ¡Un porvenir bárbaro! ¡Noooo … dejame una parrillada con el godo de la esquina!”.
Suena lindo, ¿verdad? Enfrentar al gigante McDonald’s con el “gordo de la esquina” es un recurso facilongo para apelar a la sensiblería de apoyar a quien luce más débil. Es histórico: David contra Goliat; 300 espartanos contra miles de persas; el león contra el ratón; el cuadro chico contra el grande; el paisito contra sus dos grandes vecinos.
¡Qué paradoja! El uruguayo medio despotrica contra las multinacionales, pero le encanta tomarse un café en Starbucks, se endueda para usar zapatillas Nike y almuerza seguido en McDonald’s. Dicen que las multinacionales son empresas “explotadoras”, pero más de uno se cortaría un brazo con tal de trabajar allí, ya que saben que tendrán buenos ingresos, capacitación, clima laboral y un plan de carrera. Nada de esto puede ofrecer “el gordo de la esquina”, quien apenas cubre sus cuentas.
De acuerdo con el ranking Great Place to Work (El mejor lugar para trabajar), en la categoría “grandes empresas”, los primeros lugares lo ocupan todas empresas multinacionales. Ninguna local. Y menos aún, ninguna empresa estatal. En la categoría “empresas pequeñas” solo hay cuatro empresas nacionales y las otras ocho son multinacionales. No parece tan mala idea trabajar en una multinacional.
“El empleado del mes” es nada menos que un reconocimiento al mérito. Es destacar a la persona que hizo mejor las cosas en su trabajo recibiendo un reconocimiento público. Se destacan los logros y las contribuciones individuales de cada empleado. No dejan a todos en la misma bolsa porque eso sería injusto. Sin embargo, la izquierda y el sindicalismo uruguayo se oponen generalmente a las evaluaciones del desempeño. Quieren que todos sean “iguales”.
Mujica se mofa de este sistema de reconocimiento: “Ahhhhh … sosss el empleado del mes… te ponen un cuadrito… ¡Un porvenir bárbaro!”. La verdad es que las multinacionales te ofrecen un porvenir bárbaro. De hecho, el actual gerente general de McDonald’s comenzó trabajando como crew, en las posiciones más bajas de la escala jerárquica, hasta que llegó a la cumbre. En la parrillada del gordo de la esquina, lo más probable es que ascienda un hijo del gordo y no el empleado mejor preparado.
Otra enorme confusión que suele tener la izquierda es creer que el pez grande se come siempre al pez chico y por eso hay que “protegerlo” con subsidios, aranceles o reservas de mercado. En realidad no es así. En los mercados libres suele haber lugar para todos, al menos para todos los que trabajen bien. La parrilla, el almacén o el bar de la esquina, encuentran su lugar.
También es paradójico que muchas veces sea el propio Estado el problema, más enemigo del comerciante pyme que la gran multinacional. La cantidad de trámites, permisos, impuestos y regulaciones que impone el Estado al comerciante, seguramente le quitan más tiempo y le suman más preocupaciones al “gordo de la esquina” a que le abran un fast food frente a su local.
En vez de odiar a las multinacionales, Uruguay podría crear muchas. Deberíamos estar orgullosos cuando vamos por el mundo y vemos empresas nacidas en Uruguay que triunfan extramuros. Pero lamentablemente son pocas. Y si las miramos con este desdén, serán aún menos en el futuro.