N° 2008 - 14 al 20 de Febrero de 2019
, regenerado3N° 2008 - 14 al 20 de Febrero de 2019
, regenerado3Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa lectura de los autores clásicos del pensamiento liberal tiene mucho de travesía interdisciplinaria; previsiblemente hay mucho material de economía —Smith, Ricardo, Hayek, Von Mises, Friedman— pero también lo hay en el dominio de la filosofía política, de la filosofía del derecho, de la antropología y sin duda, también, de la ética. Esos mencionados autores, que a mi entender constituyen el Olimpo de la familia liberal, junto con Mandeville, Bastiat, Bentham, Stuart Mill, Alberdi, Spencer y Rand definieron el campo y las premisas de una postura intelectual que a diferencia de cualquier otra teoría política o filosófica permanentemente está confrontada con la realidad, porque refiere a las características y comportamiento del sistema capitalista, cuya vigencia es absoluta por extendida y eficaz en todo el mundo.
De mi largo trato con esta buena biblioteca, he llegado a aislar lo que creo es el centro de la formulación liberal, que resumo en las siguientes proposiciones:
—Las relaciones sociales genuinas no son producto de la coacción, sino de la libertad.
—Las personas se deben a sí mismas y no a ningún colectivo.
—Nadie puede obligar al individuo a hacer o no hacer en contra de sus intereses.
—La propiedad es, más que un derecho, una extensión natural de la persona, como la vida, como el pensamiento, como la libertad de expresar y de circular por el mundo.
—La seguridad es el primero de los derechos, el que los hace posible a todos.
—El individuo es soberano y nadie más que él conoce y defiende su bien y sus intereses.
—El capitalismo es el sistema económico y social de la libertad.
De todas las piezas que comportan el tesoro bibliográfico liberal, creo que el trabajo de Ayn Rand sobre los vínculos entre el capitalismo y la libertad, el capitalismo y el individualismo extremo (cf ¿Qué es el Capitalismo?) es el más claro. La ventaja que lleva Rand sobre sus congéneres, por lo común economistas, es que ella se aventuró con mayor énfasis y constancia en los aspectos filosóficos, procurando determinar un entero concepto del hombre en situación de libertad. No va esto en desmedro de los otros valiosos textos de Hayek o Von Mises o Friedman —que son los que remozaron en las últimas generaciones el legado liberal—, sino que en rigor trata de complementarlo. Estos autores avanzaron sobre las evidencias de la economía hacia la vida social, hacia el lugar del individuo en la historia social; pero Rand meditó con preferencia en el campo de la filosofía.
No hay que confundirse: filosofía, según la ejerce, no quiere decir meramente reflexión teórica; Rand también fue una hábil y temible polemista y sus adversarios tuvieron oportunidad de enterarse. En este texto que estoy presentando se aprecia esa virtud sin necesidad de echar mano a los subrayados. A título de ejemplo, es interesante ver cómo responde a la pregunta sobre la pertinencia del capitalismo; dice: “¿Es el hombre una entidad individual soberana, dueña de su persona, de su mente, de su vida, de su trabajo, de sus productos, o es un objeto de propiedad de la tribu (Estado, sociedad, colectividad), que pueda disponer de él como le plazca, dictarle sus convicciones, reescribir el curso de su vida, controlar su trabajo y despojarlo de sus productos? ¿Tiene el hombre derecho de existir para sí mismo o nace en la esclavitud como siervo obligado a pagar por su vida con servicios prestados a la tribu, sin esperanza de emancipación? Esta es la primera cuestión que hay que resolver. Todo lo demás son consecuencias y aplicaciones prácticas. La cuestión básica es solamente: ¿es libre el hombre? En toda la historia de la humanidad, el capitalismo es el único sistema que responde: sí. El capitalismo es un sistema social basado en el reconocimiento de los derechos individuales, incluso el derecho de propiedad, en el que toda propiedad es poseída individualmente. El reconocimiento de los derechos individuales lleva consigo la exclusión de la fuerza física de las relaciones humanas. Básicamente, los derechos solo pueden ser violados por medio de la fuerza. En una sociedad capitalista, ningún hombre ni ningún grupo puede iniciar el uso de la fuerza física contra los demás. La única función del gobierno en esta sociedad es la tarea de proteger los derechos del hombre, es decir, la tarea de protegerlo de la fuerza física”.
El gobierno, pues, es un agente del derecho de defensa del hombre. Está para asegurar las libertades. Todo lo que haga por fuera de esto es opresión.