• Cotizaciones
    viernes 07 de noviembre de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    No solo hay criminales marginales

    Nº 2098 - 19 al 25 de Noviembre de 2020

    En un pasado con olor a sótano húmedo quedaron arrumbados los argumentos de muy antiguos criminólogos que defendían la existencia de delincuentes natos: nacían delincuentes y no había marcha atrás. En la última década del siglo XVIII, la Escuela de Criminología Positivista, impulsada por el criminólogo y médico italiano Cesare Lombroso, sostuvo que aquellas tendencias innatas tenían un origen genético reconocible en los rasgos fisonómicos (estigmas) de los delincuentes. Se añadieron otros factores influyentes como el clima, la orografía, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la posición económica e incluso la religión.

    Hace varias décadas, desde sectores de la academia penal surgió el argumento de que la ausencia de respaldo social en diversos sectores produce delincuentes. A esa tesis se subieron políticos de izquierda con el objetivo de responsabilizar a los otros partidos porque esas carencias, de las que les atribuían ser autores, alimentaban acciones criminales. Los argumentos parecen razonables, especialmente cuando las personas nacen y crecen entre grupos o familias marginales. Solo ahí, pero no en todos los casos. Menos aún cuando los criminales operan desde el Estado.

    A esas víctimas marginadas se refirió hace pocos días el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, luego de que él y otros tres dirigentes sindicales fueran rapiñados en el barrio Lavalleja, en el camino General Máximo Santos y Jenner. Los asaltantes les apuntaron con armas de fuego que martillaron sobre sus cabezas para amedrentarlos. Se llevaron dinero y otros efectos para luego huir. Pereira dijo que hubiera preferido que la noticia, que informó Subrayado de Canal 10, no trascendiera. No explicó por qué su preferencia por ocultarlo. Tampoco nadie se lo preguntó. Lo que en cambio remarcó en Facebook es que los asaltantes son “victimarios y víctimas al mismo tiempo”. Traducido: nos afanan, pero hay que entenderlos y ayudarlos.

    Pereira avanzó en su razonamiento: “Este mal momento no me hace cambiar mi posición sobre la atención a las personas que están siendo excluidas de la sociedad”. Para reafirmarlo recordó una frase de la murga Agarrate Catalina: “Vengo del basurero que este sistema dejó al costado. Las leyes de mercado me convirtieron en funcional”. Ese es el problema sobre la cual tenemos que reflexionar, advirtió.

    Se trata de una reflexión demagógica y populachera al estilo Donald Trump de quien desde hace 15 años no trabaja en Primaria, de dónde saltó a la militancia sindical como representante de la Federación Uruguaya del Magisterio. No solo es populachero y demagógico. También es tramposo al aventurar el origen social marginal de sus asaltantes. Ni Pereira ni sus compañeros conocen su identidad y mucho menos las eventuales condiciones sociales que, según él, los impulsan a delinquir.

    Fue una opinión meditada porque la escribió en Facebook para que trascendiera. No es el producto de una respuesta improvisada a preguntas periodísticas. Por eso su generalización de que esos delincuentes surgen porque han sido excluidos de la sociedad es arbitraria, ya que mete en el mismo saco a todos los que comenten esos y una enorme variedad de delitos.

    Llama la atención que Pereira, que durante los gobiernos de Tabaré Vázquez y José Mujica ha sido un destacado dirigente, nunca haya impulsado planes para revertir esa tendencia y crear fuentes de trabajo para los marginales. Pudo hacerlo porque a la central sindical le sobra el dinero, cuyo destino nadie controla porque no tiene personería jurídica. Obviamente, podrá decir que esa no es una función sindical, pero cuando se mete a filosofar sobre políticas penales y sociales vinculadas a lo económico ese argumento desaparece.

    Sería importante que el PIT-CNT desarrollara programas en ese sentido porque muchos de sus miles de afiliados han delinquido. No solo los de a pie, cuya expulsión o desafiliación debió publicitar porque, “al que mete la mano en la lata, se la cortamos”. Quienes violaron la ley penal no son solo los de abajo. Hay dirigentes corruptos como el exgremialista de la salud pública y exdirector de ASSE Alfredo Silva, que en 2018 fue condenado por conjunción de interés privado y público por recibir coimas para digitar una licitación.

    La afirmación de Pereira de atribuirle la criminalidad solo a integrantes de sectores sociales marginados es tramposa y busca inducir en error. Hay rapiñeros de ese origen, claro que sí, pero otros cometen asaltos o copamientos munidos de armas de grueso calibre y disponen de una estructura económica que los protege. Tampoco son marginales los mafiosos narcotraficantes ni quienes, como en el caso de Rocco Morabito, facilitaron su fuga de Cárcel Central hace un año y medio.

    Mucho menos tienen un origen marginal otros criminales que integran el partido de Pereira. Entre varios, vale recordar los casos del exvicepresidente Raúl Sendic, condenado por peculado y abuso de funciones, del exministro de Economía Fernando Lorenzo y del expresidente del Banco República Fernando Calloia, condenados por abuso de funciones al haber digitado un aval del banco estatal de US$ 13,6 millones para que una empresa española pudiera participar en la subasta de siete aviones de Pluna.

    Tampoco proviene de un hogar carenciado el exdirector de la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (Ursec), el abogado Nicolás Cendoya, que está siendo investigado en dos causas penales por la destrucción de documentos del organismo y la sustracción de documentos del Ministerio Público vinculados al mismo hecho.

    Aunque parezca redundante vale señalar que, aunque algunos violadores y abusadores sexuales delinquen debido a la influencia cultural marginal, la mayoría tiene sólida formación educativa y disponibilidad de dinero como queda en evidencia, por ejemplo, en la investigación sobre la Operación Océano y en otros casos.

    Ni Pereira ni el resto de los dirigentes del PIT-CNT han hecho un mea culpa sobre los afiliados y los correligionarios traidores condenados que rompieron su obligación de lealtad y honestidad. Por el contrario, en algunos casos los han defendido. Es más cómodo el silencio cómplice. Sin embargo, en el caso de Pereira, católico devoto, quizá se descarga los domingos en la reserva del confesionario.