Para el presidente de la Suprema Corte, “lamentablemente” el edificio de la corporación “seguirá vallado” durante 2014

En la Corte saben que este año será igual o peor que el anterior, porque ya hay planteadas inconstitucionalidades contra la figura penal de “abuso de funciones” en el “caso Pluna” —que involucra nada menos que al ex ministro de Economía, Fernando Lorenzo, y al titular del Banco República, Fernando Calloia— y contra la Ley de Faltas, que ya tiene un dictamen adverso del fiscal de Corte. Pero también se prevé que van a ser impugnadas la “ley de medios” y la que regula el mercado de marihuana, y todo esto en el contexto de un año electoral que pone particularmente sensible a los actores políticos y a la opinión pública.

Estas declaraciones de Larrieux coinciden con el espíritu que reina en la corporación, cuyos ministros decidieron en los últimos días bajar el tono de la polémica con el Ejecutivo después de las repercusiones por el firme discurso que el propio titular de la SCJ pronunció en su asunción.

En ese acto, que habitualmente es bastante protocolar, Larrieux afirmó que algunos de los cuestionamientos a la Corte fueron un “intento de desvalorizar el sistema democrático”.

También dijo que el año pasado el cargo de ministro de la Suprema Corte “pareció transformarse en una profesión de alto estrés”.

Sostuvo que fue un año “complicado” por “la judicialización de los conflictos que no pueden resolverse en otros ámbitos tal vez más adecuados”. Indicó que fue “especialmente” complejo para la corporación, que “en el ejercicio pleno de sus facultades constitucionales y legales, se vio sometida a fuertes críticas en circunstancias por todos conocidas y cuyas implicancias aún se están procesando”.

“Los incidentes en la sede del máximo órgano del Poder Judicial en febrero del año pasado, los cuestionamientos a sus decisiones en materia de control de constitucionalidad de las leyes, fuera del ámbito propio a las discusiones técnicas, implicó —a mi criterio y sin comprometer a mis colegas— el intento de desvalorizar el sistema democrático apoyado en tres poderes independientes”, destacó.

En ese instante el senador y ex presidente por el Partido Nacional, Luis Alberto Lacalle, dijo por lo bajo “muy bien, bien dicho”, mientras asentía con su cabeza.

El magistrado utilizó siete veces el término “independencia” y aseguró que está dispuesto a defenderla en cada gesto, puesto que esta es “la premisa básica del sistema democrático”.

Luego de que el presidente de la Corte, visiblemente emocionado, pronunció estas palabras, se escuchó un aplauso de más de 30 segundos del público, compuesto en su mayoría por jueces letrados y de tribunales de apelaciones, además de funcionarios judiciales y familiares. Las palabras de Larrieux también contaron con el respaldo de sus colegas. El ministro Ricardo Pérez Manrique declaró a Búsqueda que “si bien las palabras del presidente no fueron conversadas antes, cada uno tiene su impronta”. “Todos compartimos lo que dijo. Estoy totalmente de acuerdo con Larrieux, ya que el Estado de derecho y la independencia del Poder Judicial están por encima de todas las cosas y de los avatares políticos”, opinó.

Sin drama.

Al salir de la Corte, Mujica se mostró parco ante los periodistas y comentó simplemente que “siempre la democracia tiene sus complicaciones”.

El secretario de la Presidencia, Homero Guerrero —quien también asistió a la ceremonia junto con el prosecretario Diego Cánepa—, procuró quitar dramatismo a los dichos de Larrieux.

“Sí fue un año complicado, pero yo creo que, por lo menos visto desde la perspectiva del Poder Ejecutivo, no ha sido más complicado que otros”, señaló Guerrero. “Tal vez algunas leyes que se declararon inconstitucionales tuvieron más impacto en la opinión pública, como la mal llamada interpretativa de la Ley de Caducidad”, añadió. “No hay que tomar con dramatismo las cosas” ya que hay “una relación muy buena y solvente”, insistió.