N° 2063 - 12 al 18 de Marzo de 2020
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“Cuando hace 20 años fuimos a invertir al Chaco paraguayo, fue una verdadera aventura; hacerlo hoy, es una gran oportunidad”, dijo Rodrigo Artagaveytia, director de Everdem, en el evento Actualización sobre el Paraguay productivo y sus cambios tributarios, que reunió a más de 200 personas.
Everdem es una empresa que conoce muy bien toda la cadena del negocio ganadero, desde el asesoramiento para la compra de tierras, el manejo de las mismas, la cría del ganado y hasta su comercialización. Y lo conocen no solo como asesores externos sino porque ellos mismos están involucrados en la operación.
Algunos datos que compartieron en la presentación son elocuentes con respecto a las oportunidades que ofrece Paraguay. Por ejemplo: a valores promedio, en el Uruguay ganadero, la inversión en una hectárea es de US$ 3.200 y se espera obtener 80 kg de carne/ha. En el Chaco Central (Teniente Pico), la hectárea cuesta la mitad (US$ 1.600) y se obtiene el doble de carne (1.600 kg/ha). Una productividad cuatro veces mayor.
También señaló que hace 10 años el Chaco tenía una carga animal de 0,40 unidades ganaderas por hectárea y que actualmente se produce en 11 millones de hectáreas con una carga de 0,55 unidades ganaderas por hectárea.
Comentó del crecimiento que ha tenido la zona del Chaco, en especial con el empuje que le han dado las colonias de alemanes menonitas, muy emprendedores, visionarios, disciplinados y trabajando con altos estándares de calidad, lo que ha contagiado a empresas locales a seguir en esa línea.
Paraguay ya no es el Far West. Si bien quedan muchos bolsones de informalidad y malas prácticas, eso está cambiando rápidamente. Así lo explicó Rafael Heisecke, especialista en legislación tributaria, que comentó sobre la modernización de la SET (Secretaría Estado de Tributación); la simplicidad del régimen impositivo (basado prácticamente en cuatro impuestos); la baja tasa impositiva, el famoso 10-10-10 (10% de IVA, 10% impuesto a la renta empresarial y 10% a la renta personal); y un régimen laboral que facilita la contratación y fomenta la formalización.
Paraguay ha aprobado leyes para estimular la inversión local y captar inversores del exterior, a través de la Ley 60/90, que establece una tasa del 0% para la importación de bienes de capital, el pago del IVA sobre esos bienes, impuesto a las remesas y pago de intereses, así como la exoneración de impuestos al pago de dividendos (dentro de ciertos montos).
El régimen de maquila se aprobó para fomentar la radicación de empresas extranjeras que quieren producir en Paraguay por sus bajos costos en energía, impuestos y costos laborales, con la finalidad de exportar su producción, pagando solamente el 1% sobre el valor final de los bienes o servicios producidos. Hay más de 100 empresas bajo este régimen.
El crecimiento también se dio en el arroz, donde hace 10 años se plantaban 30.000 hectáreas y actualmente son 120.000. En la zona chaqueña la agricultura también creció, donde hace un par de años se plantaban 30.000 hectáreas y ahora está en casi 60.000 y se empiezan a ver cada vez más pivots de riego automático. La forestación pasó de 30.000 hectáreas a 170.000.
Paraguay tiene, además, un “capital demográfico” importante, donde casi el 50% de la población es menor de 30 años y estos jóvenes tienen ganas de aprender, de trabajar y forjar su propio destino. En una reciente encuesta sobre tendencias del mercado laboral, se mostró que “el 45% de la generación millennial paraguaya busca ser independiente laboralmente y solo un 7% busca un trabajo estable”, destaca el diario ABC Color1.
A Paraguay le queda mucho por mejorar en infraestructura, cobertura de salud, educación y sistema jubilatorio, pero todo parece indicar que van en buen camino, estando a punto de obtener una calificación de “grado inversor”, que le permitirá recibir inversiones de los grandes fondos internacionales.
La receta del crecimiento siempre tiene los mismos componentes, independientemente del lugar y del tiempo que se los evalúe: libertad para hacer negocios, regulaciones simples, bajos impuestos y seguridad jurídica.
Si no lo creen, veamos en unos pocos años cómo avanzan Paraguay y Argentina, que hace todo lo contrario. Uruguay, en el medio. ¿Para qué lado nos volcaremos?