En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
+
Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad
Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.
Suscribite a Búsqueda
DESDE
UYU
299
/mes*
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Mientras la sequía hace estragos en algunas partes del país y los vinculados a la agricultura ponemos todas las fichas a que las lluvias vuelvan pronto, se ve poco interés de los medios en presentar qué es lo que pasa cuando enfrentamos estas situaciones de clima adverso.
Uruguay se juega mucho con su agricultura, en particular con la soja. Si las lluvias no ayudan con el rinde, el panorama empieza a ponerse complicado porque las pérdidas pueden ser elevadas y ya no nos queda mucho tiempo como para poder compensar. Vale la pena destacar que la situación climática le está pegando también a Argentina, que ya tiene una pérdida importante de producción en soja y maíz. Normalmente Argentina debería producir entre 55 y 57 millones de toneladas, pero debido a la falta de lluvias se esperan 50 millones de toneladas. Al mercado esto no le mueve un pelo porque Argentina tiene un stock de soja guardada gigantesco, del orden de entre 11 millones y 15 millones de toneladas. Esa es la herencia de los gobiernos K que empujaban a los agricultores a retener todo lo posible la soja para tener una moneda de cambio.
Así es que del lado de Argentina tenemos una esperanza por la menor producción. Del otro lado, Brasil si bien no logrará una cosecha récord, tiene por delante buenos prospectos y estiman una producción cercana a 115 millones de toneladas, y si el clima ayuda en tanto tamaño capaz que aparece un millón más. Por lo tanto, el fenómeno de La Niña se las agarró con los de este lado del barrio y dejó al grandote casi sin pérdidas. La realidad es que el número global de la soja no se va a mover mucho con las pérdidas en Argentina, si es que llueve este próximo fin de semana. Si no llueve, ahí las cosas se complican para buenas y las pérdidas de Argentina pueden escalar alegremente de unos 8 millones a 10 millones de toneladas y ahí las cosas no son tan menores para el mercado.
En tanto, el que no vive de la soja en la agricultura ve cómo hace para pagar las cuentas de la agricultura de invierno. Lo primero que se hace es pedir más plazo para pagar las deudas, porque la producción no fue buena y los precios no han cambiado mucho. Pero de eso nadie habla y no se pone sobre la mesa de la discusión. Sí seguimos escuchando de mesas de diálogo con las diferentes gremiales para ver cómo nos ponemos a tiro y sacamos la competitividad adelante.
Mientras nos jugamos los cartuchos que nos quedan a la soja, el panorama global de los mercados agrícolas parece mejorar respecto a un año atrás. Felizmente los problemas climáticos que han ido surgiendo y sobre todo un mayor flujo comercial en los granos de la mano de una demanda firme, nos hace pensar en mejores precios para el futuro.
Nada de volverse locos, pero al menos lo peor parece haber quedado atrás y empieza una fase algo más venturosa. La triste realidad es que el grado de fragilidad del sistema es tal que no podemos permitirnos un fracaso de proporciones. Ojalá que no enfrentemos eso, yo tengo fe en los pronósticos que nos dan las lluvias salvadoras. Igualmente, creo que nos debemos un mayor esfuerzo de comunicarle mejor a la gente de la ciudad cuando no llueve. No vi a ningún canal de televisión mostrar lo que pasa cuando deja de llover. Uno puede ver el cultivo verde, pero eso no asegura el grano. Al no mostrar esa realidad la gente de la cuidad ni se entera de lo que está pasando. Siguen pensando que se quejan de llenos. Doña María se queja de la falta de frutas de estación cuando va a la feria, pero nadie le explicó por qué eso ocurre. Si queremos cambiar la conciencia de la gente de este país y dejar de hablar siempre de lo mismo, hay que dar la lucha para saber qué pasa afuera de Montevideo.
(*) El autor es ingeniero agrónomo (Dr.), asesor privado y profesor de Agronegocios en la Universidad ORT.
