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Otto Gossweiler es un nombre que divide aguas en la Armada Nacional. Con una extensa trayectoria dentro de la institución, algunas de sus actitudes le valieron en un principio choques con camaradas, que con el tiempo se hicieron más marcados y finalmente públicos a partir del año pasado.
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En abril de 2022, con el rango de contralmirante, asumió al frente de la Dirección General de Material Naval, encargada de las funciones logísticas de abastecimiento, mantenimiento y transporte y de las áreas de meteorología, oceanografía, hidrografía y ayudas a la navegación. Desde ese cargo elevó varias quejas por hechos supuestamente ilícitos que desembocaron en investigaciones del Ministerio de Defensa, pero también en sanciones personales a él por contravenir reglamentos de conducta de la Armada. En todos los casos, Gossweiler recurrió las decisiones y presentó argumentos para hacerlo.
El pasado 15 de diciembre el ministro de Defensa, Javier García, firmó su pase a retiro voluntario, según una resolución a la que accedió Búsqueda. Tres días antes, El Observador había informado que la decisión de retiro de Gossweiler se produjo tras presentar una denuncia de acoso laboral por hostigamiento contra el comandante en jefe de la Armada, Jorge Wilson, al alegar que tras una carrera intachable el año pasado fue sancionado de manera continua e improcedente.
Gossweiler ocupó embarcado los cargos de comandante, segundo comandante y oficial del detall, en unidades de tierra, los de jefe, director, subdirector, subjefe y asesor, ejerció la docencia en las escuelas Naval, de Guerra Naval y de Especialidades, fue agregado de Defensa ante Alemania, comandante de la Flota de la Armada Nacional y director general de Finanzas. Fuentes militares afirmaron que ahora aguarda que el ministerio se expida sobre la denuncia de acoso y sobre sus descargos a las sanciones que recibió para evaluar “las acciones jurídicas pertinentes” que puedan ser necesarias, incluso contra quienes fueron sus superiores.
Las desavenencias con el mando militar comenzaron en mayo, cuando Defensa.com publicó que Gossweiler notificó a Wilson sobre pagos indebidos a ciertos integrantes de la Armada. En concreto, sostuvo que personal recibía de manera ilegal una partida anual adicional destinada solo para quienes desempeñan determinados trabajos en el Servicio de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología (Sohma), en el Servicio de Iluminación y Balizamiento (Serba) y en el Servicio de Electrónica (Selar). Wilson lo sancionó con 15 días de arresto a rigor en la base naval secundaria de La Paloma por entender que la manera en que le comunicó el hecho se filtró públicamente al no respetar “las medidas de reserva pertinentes”.
El comandante en jefe de la Armada conversa con el ministro Javier García. Foto: Daniel Rodríguez / adhocFOTOS
En junio Gossweiler avisó a UTE, OSE y al servicio de gas que se cerraban sus contratos con el Club Naval, la Liga Marítima Uruguaya y el Centro de Suboficiales de la Armada por entender que el pago de gastos de instituciones privadas era un desvío de fondos públicos. La resolución se tomó sin aviso previo a sus superiores, por lo cual fue de nuevo sancionado —tres días de arresto a rigor en su domicilio— por no respetar la verticalidad de mando.
El 2 de diciembre, El Observador y Defensa.com informaron sobre otra sanción de 10 días de arresto a rigor y 10 días de arresto domiciliario por falta de controles en el Grupo de Buceo y Salvamento de la Armada, división que supervisó entre 2020 y 2022 mientras fue comandante de la flota de la Armada.
El contralmirante también había denunciado situaciones irregulares con el manejo de viáticos y horas extras en la Comisión Técnica de la Dirección Registral y de Marina Mercante (Cotec), el departamento de la Armada encargado de controlar técnicamente la navegación civil de todos los barcos que llegan a Uruguay y de las embarcaciones de bandera uruguaya que navegan en el extranjero.
Fuentes de la Armada atribuyeron todas las denuncias a una estrategia de Gossweiler para desplazar a Wilson de su puesto y ser nombrado comandante en jefe.
Por el momento, las situaciones elevadas por Gossweiler culminaron con respuestas concretas del Ministerio de Defensa. Respecto al manejo ilícito de pagos adicionales que por ley únicamente están destinados a ciertas tareas y a determinado personal, García ordenó a un equipo jurídico y contable llevar adelante una investigación administrativa. El ministro también dispuso el cese inmediato del pago de UTE, OSE, Antel y gas a instituciones ajenas a la Armada y el reintegro a la fuerza del personal subalterno activo que cumple funciones en el Club Naval, el Club de Suboficiales y la Liga Marítima. En cuanto a la Cotec, el ministerio aumentó sus potestades sobre las inspecciones marítimas e inició una investigación administrativa para revisar su funcionamiento que culminó con el arresto del ex comandante en jefe de la Armada, Carlos Abilleira (2018 a 2020), y de siete oficiales.
