Nº 2261 - 25 al 31 de Enero de 2024
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa decisión de Israel de habilitar la carne vacuna y ovina con hueso tiene la chance de convertirse en un antes y un después para el Uruguay rural. A simple vista puede parecer un dato menor, porque en definitiva poblacionalmente no vamos a comparar a Israel con China o India, países que tienen más de 1.000 millones de habitantes.
Pero el valor importante es el de ser potencialmente una llave de oro y esta columna espera ayudar a que esa llave gire y abra varias puertasen lo económico, social y ambiental.
Si esas puertas se abren el ovino puede volver a zonas de las que se ha retirado y así mejorar la lógica del pastoreo, la resiliencia de los productores a sequías, el enmalezamiento de los campos y la diversificación económica de las empresas, sobre todo de pequeñas y medianas empresas rurales donde viven familias, que dan intensa mano de obra calificada, desde la veterinaria y la agronomía a esquiladores y cada vez más esquiladoras.
La prohibición que pesa sobre la exportación de carne con hueso de Uruguay a bloques económicos importantes es tan injusta como dañosa. Es injusta porque no tiene base científica y busca prevenir la diseminación que ni existe ni tiene chance real de viajar en el hueso de un ovino de Uruguay. Lo más importante es el primer paso y ese se ha dado, ahora corresponde que se nos permita dar el segundo: la Unión Europea (UE) y Gran Bretaña deben aprobar el ingreso de carne ovina con hueso de Uruguay.
A diferencia del vacuno, los cortes más valiosos del ovino son con hueso, porque el costo de desosar un animal chico en una industria es mucho mayor por kilo producido.
La UE tiene que tener la grandeza de actuar en base a sus principios, tomar una decisión basada en ciencia, que ya tiene antecedentes en un país serio y aceptar una carne que además viene de un sector que a pesar de la adversidad avanzó vertiginosamente en certificaciones ambientales y de bienestar animal, en lo que somos mejores que Oceanía. Aquí no se realiza la práctica del mulesing, criticada con toda lógica por quienes se oponen al sufrimiento animal durante el proceso de producción.
¿Por qué es tan importante la luz verde de Europa? Por dos razones: una geopolítica y otra productiva. En términos geopolíticos quienes creemos en la democracia y los derechos humanos estamos preocupados de que países autoritarios y belicosos sean más proclives a dejar entrar los productos uruguayos sin cuotificaciones en base a criterios sanitarios razonables que la Europa que, por nuestro pasado greco romano, democrático y republicano debería ser nuestra socia natural. Por cercanía geográfica y cultural.
Desde el punto de vista de la economía uruguaya tener el visto bueno de Israel y Europa le daría el espaldarazo que la carne ovina puede tener para ingresar a todos los mercados de Asia y el Nafta. La prohibición pasaría a ser la excepción y no la casi regla. Y ahí puede encontrar el ovino el cambio de escenario que precisa.
Méritos investigando y desarrollando ha hecho de sobre con el viento en contra como para ganarse una aprobación que seguramente si fuéramos integrantes de la Commonwealth ya habríamos conseguido.
La Unión Europea y Gran Bretaña tienen la oportunidad de actuar siguiendo las buenas ideas de Adam Smith, avaladas por sus mejores veterinarios, para establecer un puente comercial con ovinos que quien sabe sea una buena cabecera de puente para esa tan postergada autopista que serían los acuerdos de libre comercio.