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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl continuo trajinar por el mundo de muchos legisladores de todos los partidos y su séquito de funcionarios y otros participantes del excursionismo parlamentario, los millones de dólares que se gastan en pasajes, viáticos sin rendición de cuentas y gastos diversos, los miles de horas en que permanecen al margen de la función para la que los elegimos, que es legislar para el Uruguay trabajando en el Uruguay, es un carcinoma en nuestra democracia que la ciudadanía está empezando a conocer. Además, si se profundiza en su análisis, ese cúmulo de viajes causa una total repulsa por su carácter de abusivo cuando no rayano en lo inmoral y de burla al país, por su tránsito en equilibrio entre la ética y la falta de ética. Son viajes totalmente inútiles en la mayor parte de los casos y con delegaciones que, además de todo eso, y en viajes que identificaremos, ponen en ridículo al país al que, en los lugares de destino, deben señalar como el de los legituristas incansables.
Lo curioso es, Sr. Director, que mientras el corso sigue, ahora han aparecido quienes lo quieren justificar con argumentos infantiles, que, en resumen, sostienen que viajan para relacionarse e intercambiar frases corteses con amiguitos de otros parlamentos. Nos parece que hay vías más económicas para tan altos objetivos, desde una tarjeta postal, el correo electrónico o las redes sociales. Por eso queremos divulgar las escalofriantes cifras de dólares que se gastan en esto.
Hay que destacar que ordenar y seleccionar la información que presentamos, que comprende desde el año 2005 hasta ahora, no fue tarea fácil. Los documentos están en formato pdf, desconociendo la política de datos abiertos sostenida por el Estado, amén de que la forma en que el Parlamento presenta la información demuestra una gran desprolijidad. Un ejemplo: el nombre de un legislador aparece hasta de cinco formas distintas y a la hora de agrupar datos hay que hacer un curso previo. Y tal hecho, un auténtico menosprecio al ciudadano consultante, ocurre en una entidad en la que un Administrativo III tiene un ingreso, solo por concepto de sueldo, de casi 42.000 pesos. Quizás nuestros honorables legisladores decidan contratar a alguien de Silicon Valley que diseñe un programa de forma que las referencias a cualquiera de ellos en estos planillados, en todos los casos, se presenten compuestas de la misma forma y que los planillados se estructuren en una aplicación de uso libre. Posiblemente haya alguien, en el extranjero, por supuesto, capaz de lograr eso y de paso... para seleccionarlo habrá que hacer algún viajecito con buenos viáticos, ¿no?
La información que presentamos abarca ambas Cámaras y el período que va desde el 2005 hasta el 11 de mayo de 2017 lo referido al Senado y hasta el 25 de abril de este mismo año a Diputados. Las cifras totales, con valores en dólares estadounidenses y discriminados por lo gastado por funcionarios y otros participantes en los viajes y por los propios legisladores, son estas, señalando que en Viáticos se indica lo asignado menos lo devuelto:
Así que en estos poco más de 12 años el turismo legislativo insumió más de ocho millones de dólares, y muchos de esos millones los gastaron los que luego, cuando pasan algunos días en Montevideo y van al Parlamento, claman por la reducción del gasto que ordena el Presupuesto de la República, incluso quienes en su momento prometieron usar la motosierra para podar y luego arrancar de raíz el gasto social. Pero estos gastos, el turismo legislativo que nos produce náuseas, a ellos no les incomodan, les cae bien y personalmente pienso que les aprovecha.
Complementariamente, muestro los cinco legisladores de cada Cámara que más sacrificio hicieron en ese mismo período, porque realmente, para gastar lo que gastaron hay que hacer un enorme esfuerzo. Indico en Viáticos el gasto neto en tal concepto, o sea, la partida asignada menos el importe devuelto, un punto que más adelante merecerá unas líneas.
En la maraña de eventos que dan lugar a estos viajes, incluyendo las asambleas de varias cofradías de parlamentarios del mundo (la UIP, el Parlatino, el Parlasur), toda clase de conmemoraciones, inauguraciones, grupos de amistad, foros, cumbres, seminarios, es interesante ver lo relacionado a dos relevantes eventos de los múltiples en que participaron nuestros legisladores y los funcionarios del Poder Legislativo, y así conocer las motivaciones que los impulsan y lo que el país obtiene de esa sacrificada labor. Uno es la gran excursión a Tailandia del año 2010 que costó US$ 142.816 (ciento cuarenta y dos mil ochocientos dieciséis dólares), oficialmente referida como la asistencia a la 122ª Asamblea de la Unión Interparlamentaria. El otro es ¡Vamos todos a la placita! del año 2015, con un costo de US$ 27.746 (veintisiete mil setecientos cuarenta y seis dólares), identificada en la documentación disponible como el viaje para Inauguración de la Plaza Solar de Artigas en La Puebla de Albortón (Zaragoza, España) con un paseíto final hasta Santiago de Compostela.
En la gran excursión a Tailandia del año 2010 participaron seis diputados, tres senadores y tres funcionarios de la Cámara de Representantes. Los informes que presentan los diputados luego de cumplida la misión en el exterior solo están disponibles en la página web de la Cámara desde el año 2012 y aunque el 20 de setiembre pedí el correspondiente a este evento, al amparo de la Ley 18.381, hasta hoy no lo he recibido. Y como en el Senado no presentan ese tipo de informes, solo queda el recurso de ver la información en el sitio de la Unión Interparlamentaria. Los temas tratados fueron, fundamentalmente: 1) La solidaridad con Chile y Haití, entonces devastados por terremotos, a partir de una propuesta de Uruguay y otros cuatro países; 2) la cooperación en la lucha contra la delincuencia organizada, en especial la trata de personas, el tráfico de armas y drogas; 3) cómo alcanzar los Objetivos del Milenio, y 4) el rol de los jóvenes en la democracia. Todos los puntos dieron lugar a suculentas resoluciones pletóricas de recomendaciones, llamados, afirmaciones, reafirmaciones, invitaciones, urgimientos, requerimientos, exhortaciones y otros importantes recursos cuyos tremendos efectos, a los siete años de haberse formulado, aún esperan para ser palpables.
Si hay un mejor ejemplo de lo que se entiende por turismo parlamentario, que alguien lo señale, por favor. Nueve legisladores y tres funcionarios del Poder Legislativo acumulan noventa días de ausencia de sus funciones y gastan 142.000 dólares para visitar Bangkok.
En la inauguración de la plaza en La Puebla de Albortón y posterior viaje a Galicia, participaron siete diputados y un funcionario, con todos los gastos a cargo de la Cámara de Representantes, los US$ 27.746 ya citados. Curiosamente, en el informe del diputado Aristimuño se ignora la asistencia en el grupo de los diputados Germán Cardoso del Partido Colorado y Pablo Iturralde del Partido Nacional, que sí integran la nómina de los siete ya referidos cuyo pasaje aéreo financió la Cámara. La misma falta de referencias ocurre en el informe de la diputada Lilián Galán. ¿Se habrán evaporado esos dos diputados?
De la información disponible surge que también asistió el expresidente José Mujica, quien formalmente inauguró la plaza, pero evidentemente costeó su viaje porque no se registra ni un centésimo de gasto vinculado a su asistencia, a cargo de la Cámara.
Esa placita está enclavada en el solar que parece haber sostenido la vivienda del abuelo de nuestro Artigas. El terreno lo adquirieron entidades de la colectividad española en Uruguay y la plaza fue financiada por la Cámara de Representantes.
Todo muy bien, pero pudo resolverse más económicamente delegando en Mujica la representación, ahorrándonos siete pasajes en avión, siete suculentos viáticos y tantas intervenciones sosas sobre la fraternidad, la amistad, el relacionamiento de Artigas con Azara, etc., etc.
Los informes. Repasando los aspectos formales de la documentación de los viajes de los legisladores y funcionarios en misiones oficiales al exterior, uno a destacar es el referido a los informes que producen al concluir la misión. El reglamento de la Cámara de Representantes, en el literal P) del artículo 104, establece la obligación de producir un informe dentro de los 20 días de cumplida la misión “detallando el cumplimiento de la misma”, lo que en buen español parece querer indicar, referido a la delegación uruguaya, en qué sesiones participó, qué mociones se presentó, qué propuestas votó afirmativamente, cuáles se votaron por la negativa, y, lo más importante, qué aportó al país la misión. Pero en la gran mayoría de los casos los informes no dicen nada de eso, son simplemente transcripciones facsimilares del informe que produjo la directiva del organismo para documentar el evento y archivarlo. En la Cámara de Senadores no hay norma que establezca la obligación de informar nada, así que los excursionistas ni siquiera deben tomarse esa molestia: solo viajar, alojarse en buenos hoteles, participar de buenos almuerzos y cenas, paseos y todo lo demás que permitan los viáticos, que, por supuesto, nadie va a pensar que incluya la compra de calzoncillos, teléfonos celulares, perfumes, colchones —ocupan mucho espacio— y otras cosillas. Eso no es imaginable.
Los viáticos. Los legisladores y funcionarios que viajan en misiones al exterior reciben partidas para viáticos de cuya utilización no rinden cuentas, y si se les canta devolver algo, lo devuelven, a veces en cantidades ridículas de 5 o 10 dólares cuando dispusieron de partidas de miles de dólares. Estas generosas devoluciones son la especialidad del senador Heber, el mismo que calificó como “una vergüenza” lo de Sendic y su tarjeta corporativa. También hemos visto casos en que los legisladores han devuelto la totalidad del viático, entre ellos José Amy, Nora Castro, Álvaro Delgado, Pablo González, Omar Lafluf, Graciela Matiauda, José Mujica, Leonardo Nicolini, Daniela Payssé, Daniel Peña, Eduardo Ríos, Gustavo Rombys, Berta Sanseverino, Lucía Topolansky, Daisy Tourné, Juan Vázquez, Walter Verry y Mónica Xavier. La diputada Tourné, en 22 misiones, devolvió la totalidad de los viáticos, por un monto de US$ 28.919.
Otra particularidad del régimen de viáticos de los legisladores es que, por los montos de los que no rinden cuenta (en los hechos, todo lo asignado menos lo devuelto) no se efectúan aportes a la seguridad social, cuando la norma general es que tales partidas están gravadas en un 25% (veinticinco por ciento) cuando están destinadas a su utilización fuera del país, excepto cuando las mismas estén sujetas a rendición de cuentas. (Art. 10 del Decreto 113/96). Sobre este punto efectué una consulta al Senado el 14 de setiembre pasado, amparándome en la Ley 18.381, pero no he recibido respuesta.
Toldo el sistema del turismo parlamentario, como dijo el senador Lacalle Pou, demuestra que “el despilfarro y la corrupción del gobierno los paga el ciudadano”, aunque creo que él tenía en mente otros hechos.
Correctivos. El despilfarro de estos viajes, el clamor porque se reduzcan los viajes a lo totalmente necesario ha impulsado la presentación de algunos proyectos de normativa en tal sentido. Conocemos uno del senador Ernesto Agazzi y otro del senador Pedro Bordaberry. Fundamentalmente, tienden a establecer que la Cámara debe conocer y publicar en su página web todas las motivaciones, la integración, el costo y las expectativas de logros de la misión, y determinan la obligación de los legisladores de presentar un informe de la misión cumplida, exigencia que ya existe en Diputados. Ninguno de los dos proyectos de modificación del reglamento del Senado menciona la rendición de cuentas documentada de los viáticos, por lo que su utilización seguirá en el limbo. Y nosotros, los ciudadanos de a pie, en la nebulosa de la duda.
Milton Cencio Demaría
CI 3.232.517-7